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19/S: El dolor y la esperanza

Ahí sólo hay voluntarios que les sugieren arreglarlo por su cuenta

El edificio de Azores 609 se fracturó, pero la delegación no atiende a los residentes
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En los pasados tres días más de mil personas han acudido al Centro Médico Siglo XXI del IMSS para donar sangre en apoyo a los heridos por el sismoFoto Alfredo Domínguez
 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de septiembre de 2017, p. 16

Cuatro días después del sismo del 19 de septiembre, miles de personas enfrentan otra crisis: la ausencia de las autoridades.

Por ejemplo, los residentes del edificio de la calle de Azores 609, en la colonia Portales de la delegación Benito Juárez, ya hablaron a Locatel y fueron a la delegación a solicitar auxilio, porque su edificio quedó muy dañado. Las columnas de la planta baja, donde se ubicaba el estacionamiento, están fracturadas, aseguran.

Sin embargo, quienes atienden las oficinas delegacionales no tienen capacidad de resolución y de plano les recomendaron que busquen alternativas temporales por sus propios medios.

Ninguna voz autorizada les ha podido decir hasta el momento si su patrimonio (para muchos lo único que tienen) puede repararse o habrá que tirar el edificio. Como pudieron juntaron entre todos 13 mil pesos, para pagar los trabajos de apuntalamiento provisional con vigas y fierros.

Ayer por la tarde, por fin, acudieron enviados de la delegación, quienes tomaron nota y fotos, pero no han sido atendidos por ningún perito en estructuras. Nos dijeron que sólo hay 30 peritos de esos en la ciudad, que son los que deben venir. No sé cuándo nos toque que nos visite, pero sí nos urge la ayuda, aseguró Guadalupe Pérez, administradora del condominio.

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En el Colegio del Tepeyac, de la colonia Lindavista, en la delegación Gustavo A. Madero, se brinda respaldo emocional a afectados por el sismo del 19 de septiembreFoto Guillermo Sologuren

Estamos desesperados. Esto es un caos. Vas a la delegación y encuentras puros voluntarios. No hay personal, me dijeron. No hay quien apuntale los edificios que están en riesgo de colapsar y me sugirieron que mejor busquemos por nuestros propios medios, señaló.

Los residentes de este inmueble, con antigüedad de 40 años, son conscientes de que hay casos peores al nuestro, pero igualmente ellos son damnificados y algunos no tienen familiares que los apoyen mientras tanto. Su dinero, ropa o algo para poder vender y sobrevivir quedaron dentro.

También dudan del manejo que se dará al fondo para reconstrucción. No hay confianza en la autoridad. “Seguro lo que se junte, de todo eso que están enviando empresas, artistas e incluso de otros países, se lo van a dar a sus conocidos o al primero que se moche”, expresa otro vecino.

Solicitan vigilancia policial porque algunos pernoctan fuera del inmueble. Y pese a que estaban ahí, por la noche se robaron las calaveras de un coche. No hay quien nos apoye. Nos sentimos completamente solos, huérfanos, a oscuras, agregó la señora Lupita.