Política
Ver día anteriorJueves 21 de septiembre de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

‘‘Aquí hay vida’’, grito que despertó el entusiasmo de rescatistas

Montaña de cemento y miedo en Zapata y Prolongación Petén
 
Periódico La Jornada
Jueves 21 de septiembre de 2017, p. 5

‘‘Aquí hay vida’’. Alguien levantó un puño solitario. Y después eran cientos. Un código de emergencia que se contagió como gripa, pero que ya todos saben interpretar después del temblor del 19 de septiembre de 2017.

‘‘Silencio’’, se pidió en Emiliano Zapata y Prolongación Petén, colonia Santa Cruz, donde un edificio de seis pisos quedó en ruinas. Una montaña de tierra, cemento y miedo. ‘‘Que nadie hable’’, y todos aguzaban los sentidos hasta que alguien gritó: ‘‘Aquí hay alguien’’.

Como un estallido todos se abrazaron y empezaron a circular más veloces los cubos de cascajo y a arremeter con más furia las paladas. Cualquier indicio humano lo reconocían como una seña viva, un acto reflejo de amor a la vida.

El trabajo de rescate, casi en la parte más alta de los escombros, empezó a las 13:15 y terminó una hora más tarde. Cuando lograron sacar a la persona atrapada todos aplaudieron. Pensaban que era un sobreviviente. Más tarde, el capitán de navío Alfredo Peyrot confirmó que se trataba del cuerpo sin vida de, Ana Evangelina Rosas, de 49 años de edad. Entre los voluntarios casi nadie se enteró de que se trataba de la confirmación de la muerte. La cifra hasta el momento en ese derrumbe era de cinco personas rescatadas con vida y la recuperación de tres cuerpos.

Gabriel Valerio, chofer de la tintorería Euro-Clean, que se encontraba en la planta baja del edificio derruido, seguía incansable desde la tarde del martes en que llegó a buscar a sus compañeros. Pensaba que todos estaban atrapados. Por la noche y la madrugada se deslizó por boquetes y reptó entre escombros. Escuchaba a un compañero que le contestaba. ‘‘Era el lavador’’, relató. ‘‘Un hombre de unos 50 años. Me dicen que salió, pero regresó a apagar la caldera y le cayó el edificio’’.

Foto
Rescatistas sacan un cuerpo sin vida en ZapataFoto Juan Manuel Vázquez

‘‘Estoy cansado, pero no me puedo ir’’, dijo. ‘‘Yo escuché a mi compañero. Tengo la esperanza de verlo salir, mientras tanto aquí sigo’’. Lo dijo firme, a pesar de que alguien que supuestamente lo ayudaría robó su celular. ‘‘¿Cómo en estos momentos se atreven a hacer algo así, en fin’’, soltó como despedida.

Un hombre de unos 60 años, equipado con instrumentos sofisticados, observaba. Es dueño de una empresa que comercializa tecnología para emergencias. Aguardaba su intervención con un grupo de cinco rescatistas con un sensor sísmico y acústico y un brazo cuya punta es una cámara móvil operada desde un control con pantalla.

‘‘Nosotros detectamos signos de vida’’, explicó el hombre. ‘‘Escuchamos, detectamos y señalamos para que entonces intervengan los topos’’. Durante una hora no se podía mover un pie. Cualquier susurro podía alterar la medición. Solamente se oían el viento de los árboles y esporádicos relámpagos. Hasta que salió una seña de un hoyo, el que la recibió afuera volteó a la muchedumbre e hizo una seña que apuntaba al boquete.

‘‘¡Aquí hay alguien!’’, fue el grito antes de una nueva ovación y el arranque de otra operación que esperaba encontrar eso... vida.