El mundo enfrenta una crisis de discriminación, xenofobia, racismo y de pensamientos supremacistas, que lejos de hacer un mundo mejor lo vuelven un mundo agresivo, violento y hostil, señaló Luis Raúl González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

En el homenaje póstumo del activista por la defensa de los migrantes José Alberto Donis Rodríguez, fallecido el 30 de julio del año en curso, el titular de la CNDH agregó que lo que se esperaba fuera el milenio de la aldea global se ha convertido en un espacio de persecución, de odio, de establecer muros y obstáculos, de separar familias, y solamente por ser diferentes, por ser extranjeros.

La dignidad humana de las personas migrantes, dijo, no debe ser menoscabada, y por ningún motivo deben ser víctimas de arbitrariedades, de abusos de autoridad o ser criminalizadas por el simple hecho de migrar. Se debe respetar ante todo a su persona, su patrimonio, sus derechos, su unión familiar en muchos casos y el interés superior de la niñez.

El homenaje fue organizado por el albergue para migrantes Hermanos en el Camino y la CNDH. En este acto, el padre Alejandro Solalinde resaltó la labor del guatemalteco Donis Rodríguez, su compañero por nueve años. Expuso que su muerte no fue un accidente automovilístico sino que lo mataron.

Dijo que con esto lo golpearon porque yo admiraba mucho a esta persona, quien era un joven ejemplar.

Rubén Figueroa, del Movimiento Migrante Mesoamericano, dijo que para Donis Rodríguez su enfoque era justicia por las víctimas, ya sea de la delincuencia o de las autoridades que violentan a diario los derechos humanos.

Alberto Donis Rodríguez llegó al albergue Hermanos en el Camino desde nueve años, tras su paso para intentar llegar a Estados Unidos. Ahí permaneció para ayudar a más migrantes, a quienes dedicó su máxima atención, expuso Figueroa.

Al homenaje también asistieron sus familiares, amigos y compañeros de diversas organizaciones en favor de los derechos humanos.