Opinión
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México SA

Paquete 2018: lo mismo

Sexenio de 2 por ciento

México, objetivo militar

P

reparaos, mexicanos de a pie, que el paquete económico prometido por José Antonio Meade para 2018 (responsable y con sensibilidad social) será más de lo mismo de los cinco años anteriores (y de muchos más atrás), con un crecimiento económico que, de cumplirse, sólo cerrará otro círculo de 2 por ciento; es decir, lo mismo que lo registrado en los cinco sexenios previos.

De acuerdo con las proyecciones de la Secretaría de Hacienda, en 2018 la economía mexicana crecería entre 2 y 3 por ciento, con lo que –de cumplirse el pronóstico– la tasa anual promedio en la materia durante el sexenio peñanietista a duras penas llegaría a 2 por ciento, con todo y paquete de reformas que –versión oficial– aportarían dos puntos porcentuales adicionales a tal crecimiento.

En los hechos, tal contribución no se dio y sólo se registró el resultado promedio inercial de los últimos 35 años, aunque esa proporción es para los mexicanos de a pie, pues para los amigos del régimen inmersos en los grandes negocios sexenales el avance fue cuatro veces mayor, cuando menos.

Entre las idílicas estimaciones de los genios de Hacienda se cuentan las siguientes: tipo de cambio de 18.1 pesos por dólar; inflación de 3 por ciento; tasa de interés de los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes) en un nivel de 7 por ciento (lo que de inmediato pone en duda que la inflación promedio sea de 3 por ciento); déficit en cuenta corriente de 1.8 por ciento del producto interno bruto (el mismo con el que cerrará 2017); costo financiero de la deuda pública por 664 mil millones de pesos (11 por ciento más que el estimado para 2017); 46 dólares por barril de crudo mexicano, como precio promedio; la plataforma de producción petrolera aumenta ligeramente (59 mil barriles por día), pero la de exportación cae en alrededor de cien mil barriles diarios

Por el lado del gasto, la Secretaría de Hacienda presentó a la Cámara de Diputados un presupuesto de egresos de la federación por un importe de 5 billones 236 mil 375.6 millones de pesos, equiparable a los ingresos que esa misma dependencia estima obtener en 2018, al tiempo que prevé un déficit presupuestario de 466 mil 684.5 millones.

La lectura de la Secretaría de Hacienda sobre la realidad económica mexicana es la siguiente (con base en los Criterios Generales de Política Económica para el próximo año, de los que se toman los pasajes sucesivos): de manera consistente con un entorno externo más favorable, se prevé que en 2018 las exportaciones no petroleras de México registren una aceleración respecto a 2017. Esto se traduciría en un mayor crecimiento de la producción de manufacturas y de los servicios relacionados con el comercio exterior. Asimismo, se anticipa que la plataforma de producción de petróleo en 2018 comience a recuperarse de la tendencia decreciente que registra desde 2005.

Se estima un fortalecimiento de la demanda interna, apoyado en la creación de empleos formales, la expansión del crédito, un aumento de los salarios, la convergencia de la inflación al objetivo del Banco de México de 3 por ciento con un rango de un punto porcentual, y una mejoría paulatina de la confianza de los consumidores y las empresas. Por tanto, también se anticipa un mayor crecimiento de los sectores de la construcción y los servicios menos vinculados con el sector externo.

Se prevé que el dinamismo del consumo y la inversión también estarán apuntalados por los efectos de la implementación de las reformas estructurales. En particular, se anticipa que las rondas de licitaciones del sector energético continúen impulsando una mayor inversión y que comiencen a contribuir a una mayor producción de petróleo y gas. De acuerdo con la encuesta a los especialistas en economía del sector privado publicada por el Banco de México en septiembre de 2017, se espera que el ingreso de inversión extranjera directa se incremente de 24 mil 200 en 2017 a 25 mil millones de dólares en 2018.

Si se consideran los factores anteriores y los efectos asociados a las reformas estructurales, se estima que durante 2018 el valor real del PIB de México registre un crecimiento anual de entre 2 y 3 por ciento. Para efectos de las estimaciones de finanzas públicas, se plantea utilizar un crecimiento puntual del PIB para 2018 de 2.5 por ciento.

En este escenario, se proyecta que el valor real de las exportaciones de bienes y servicios se incremente a un ritmo anual de 3.6 por ciento. Por otro lado, se estima que la inversión y el consumo registren crecimientos anuales de 1.8 y 2.6 por ciento, respectivamente. Asimismo, se espera que las importaciones de bienes y servicios aumenten a una tasa anual de 3.4 por ciento.

El escenario económico para 2018 considera una inflación general consistente con el objetivo del Banco de México. Este panorama implica que la cuenta corriente de la balanza de pagos registre un déficit moderado de 23 mil 300 millones de dólares, el cual sería equivalente a 1.8 por ciento del PIB. Se proyecta que el flujo de inversión extranjera directa financiará totalmente el déficit en cuenta corriente.

El entorno macroeconómico previsto para 2018 se encuentra sujeto a riesgos a la baja que podrían modificar las estimaciones anteriores, donde destacan los siguientes: posposición de la renegociación del TLCAN o bien que se abandone el tratado por parte de alguno de los miembros; menor dinamismo de la economía de Estados Unidos; debilitamiento de la economía mundial; elevada volatilidad en los mercados financieros internacionales; plataforma de producción de petróleo menor a lo prevista e incremento de las tensiones geopolíticas.

Hasta allí la lectura de la Secretaría de Hacienda, en la que no incluyó el perverso panorama político-electoral que puede provocar más que jaloneos.

Las rebanadas del pastel

Gracias al aprendiz Luis Videgaray, a partir del pasado jueves México pasó a ser objetivo militar de Corea del Norte. Eso le pasa por andar de servicial con los gringos y atender –rápidamente y sin más– la exigencia del vicepresidente estadunidense, Michael Pence, quien el pasado 15 de agosto solicitó a los gobiernos de Brasil, México, Chile y Perú romper lazos diplomáticos y económicos con los norcoreanos. Brasil y Chile no hicieron caso; Perú expulsó al embajador… de Venezuela, y sólo México echó al representante de Kim Jong Un. Entonces, con esos funcionarios y terremotos de 8.4 grados como el reciente, para qué los mexicanos necesitan más enemigos.

Twitter: @cafevega