Sociedad y Justicia
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Escuelas no son fábricas: maestros

Rechazan plan para medir productividad de docentes
 
Periódico La Jornada
Viernes 8 de septiembre de 2017, p. 37

Casi 10 mil supervisores escolares en todo el país han sido capacitados por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para medir el "uso efectivo del tiempo en clase". La finalidad es determinar qué hacen los profesores frente a grupo, qué alumnos se involucran o no en la actividad que se realiza en el aula, e incluso, deberán identificar qué materiales y prácticas pedagógicas emplea el maestro.

La medida, aseguraron docentes y directores de educación básica entrevistados por La Jornada, "no es nueva. Hace varios años se intentó imponer el método Stallings –técnica para medir y controlar el tiempo en el aula– y hoy regresa está visión de la fábrica-escuela, donde lo que importa es medir la productividad del docente, sin tomar en cuenta los complejos procesos sociales y humanos que implica la enseñanza".

De acuerdo con cifras dadas a conocer por el gobierno federal en su Quinto Informe de Gobierno, en el ciclo escolar 2016-2017 se capacitó en la llamada técnica de Observación de clase a 4 mil 862 supervisores.

Subraya que hasta este momento 9 mil 442 supervisores de los 15 mil 881 que se desempeñan en ese cargo en todo el país han sido formados para aplicar esta herramienta de medición, es decir, el 63 por ciento del total.

Al respecto, maestros frente a grupo destacaron que se busca aplicar el sistema Toyota en el aula, donde un capataz observa la producción que genera un obrero en línea y reporta cuánto tiempo le lleva realizar su trabajo apretando tuercas. Lo que no se ha querido comprender es que la escuela no es una fábrica donde se puede aplicar la lógica de la producción en línea.

Francisco Bravo, profesor con más de 25 años de servicio, director de primaria e integrante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), destacó que con este mecanismo de vigilancia y control del docente sólo se perpetúa una política pública que sigue considerando al maestro como el único responsable del desastre educativo.

Directores de secundaria destacaron que es practicamente imposible aplicar una evaluación de ese tipo en el aula sin caer en la simplificación de un manual de instrucciones que te dice cómo hacer algo, y luego viene un supervisor a medir si realmente se aplicó.