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El polifacético autor recibe la medalla Bellas Artes de manos de Lidia Camacho

Celebran al inclasificable y fascinante Hugo Hiriart

Incrédulo de los límites, nos regaló de nuevo la posibilidad de soñar con el teatro de títeres, pues ignoró que era un género sólo para niños, define la titular del INBA

No me agrada la blanca luz de la notoriedad y me gusta aún menos cualquier ejercicio de poder, afirma el galardonado

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El público que abarrotó la sala Manuel M. Ponce del máximo recinto cultural del país atestiguó la entrega de la presea Bellas Artes que hizo Lidia Camacho, directora del INBA, al escritor, dramaturgo, ensayista, director de escena y académico Hugo HiriartFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Viernes 1º de septiembre de 2017, p. 3

Por la excelencia de su obra, la forma en que ha enriquecido y transformado la literatura mexicana y la fantasía con que escribe y dibuja a la vez, la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) reconocieron al dramaturgo, narrador, ensayista, académico y director de escena Hugo Hiriart (Ciudad de México, 1942) con la medalla Bellas Artes.

La noche del miércoles, ante un público que llenó la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el autor de obras como La ginecomaquia y Minostastas y su familia, recibió la presea de manos de la directora del INBA, Lidia Camacho, quien afirmó que la obra del galardonado es inclasificable y fascinante.

En la ceremonia, Camacho dijo que las obras de Hiriart han logrado que los lectores descubran universos insospechados y gocen de la más pura literatura. “Gracias a su imaginación, la novela de caballerías es mucho más que una novela de caballerías, porque mezcla en un solo relato la historia, la política, la profecía y la ciencia ficción.

“Incrédulo de los límites, Hugo Hiriat nos regaló de nuevo la posibilidad de soñar con el teatro de títeres, pues ignoró la idea de que era un género sólo para niños y dotó al teatrino de nuevas dimensiones y complejidades al escribir ya obras emblemáticas como Minotastas y su familia.

Cada texto suyo construye tácitamente a su propio lector y el lector que la escritura de Hugo Hiriat exige es uno que encuentre en el diálogo, el debate y la refutación, los motivos para leer un buen ensayo, una buena novela, como los que él escribe siempre provocadores y de giros insospechados hechos como una aventura de pluma.

Modesto menú literario

Hugo Hiriart, quien estaba acompañado de los actores Muni Lubezki, Laura Almela y Germán Jaramillo, dijo: A mí nunca me ha gustado figurar, presidir, destacar, estar a la vista. No me gusta la blanca luz de la notoriedad y me gusta todavía menos cualquier ejercicio de poder; prefiero, con mucho, la media luz, la reserva, pasar inadvertido, de incógnito, no en el escenario y a la vista de todos.

Explicó que invitó a sus amigos actores para leer algunos de sus textos, pues no le gusta que hablen de él, y calificó la lectura de modesto menú de degustación.

El primer texto fue leído por el autor, pues se trataba de un autorretrato que escribió hace muchos años, en el cual comparte lo que le gusta, como los trenes y los hoteles; el arroz con chícharos en las fondas mexicanas o el solo de flauta al comienzo del Teniente Kijé, de Prokófiev, la coca de dieta y el queso cotija.

Germán Jaramillo leyó el texto Circo, el cual, explicó Hiriart, nació “de un entusiasmo fallido: tratar de hacer un teatro de objetos electromecánicos que operara solo, sin titiriteros. Logré una obra de 10 minutos con un barquito de hojalata maravilloso, como todos los barquitos de hojalata.

Después hice para Mercedes Iturbe, quien se encargaba de la cultura en Morelos, un pequeño circo electromagnético; el circo se exhibió y funcionó muy bien. Tenía un tigre de hojalata que rugía y con eso lo digo todo.

La actriz Laura Almela leyó el texto Semántica del huevo, incluido en el libro Disertación sobre la telaraña. También se leyeron textos en torno a la mosca y el oso, así como una breve escena de la obra de teatro Ámbar, que se desarrolla en India.

En esa ceremonia se proyectó al inicio un video en el que diferentes personajes de la comunidad cultural, como Juan Villoro, Enrique Singer, Jaime Labastida, Ana García Bergua y Bertha Hiriart se refirieron a la obra del galardonado.

En el video, Villoro dice que Hiriart representa la felicidad de la inteligencia y lo define como un escritor formidable, cuya imaginación no tiene límites, pues va de lo más común a lo más insólito.

Celebra inquietudes de los jóvenes

Antes de que comenzará el acto en la sala Ponce, Hugo Hiriart charló brevemente con los medios y dijo que le daba gusto el reconocimiento y añadió que la escritura es lo único que sé hacer más o menos.

El homenajeado, quien ha sido profesor de literatura y teatro en las universidades Nacional Autónoma de México y Autónoma de la Ciudad de México, compartió que le gusta impartir clases sobre todo en la segunda casa de estudios, que es una universidad para marginados, para el proletariado urbano. Es la única universidad que tiene ese propósito en una ciudad cuya marginación cultural es inmensa, absoluta y toda la gente la ataca y la quiere quitar cuando debería haber 20 mil universidades de esas y hay una.

Celebró que ve en los jóvenes su inquietud social, porque viven en un estado de injusticia, y la minoría, esa que no está como ellos, no entiende nada, no sabe lo que es vivir en una colonia donde no hay policía, no hay nada; donde hacen dos horas y media para llegar a la universidad.