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Asistencia técnica de la SEP debe estar en operación antes de que acabe el sexenio
 
Periódico La Jornada
Domingo 27 de agosto de 2017, p. 29

Antes de que concluya el sexenio, la Secretaría de Educación Pública (SEP) deberá operar en todos los planteles de prescolar, primaria y secundaria del país el llamado Servicio de Asistencia Técnica a la Escuela (SATE), con el que buscará incidir en la práctica docente, el funcionamiento y organización de la escuela, así como en su evaluación interna y externa.

De acuerdo con los Lineamientos Generales para la Prestación del SATE, emitidos por la coordinación nacional del Servicio Profesional Docente (SPD), deberá estar en operación en todas las escuelas públicas de educación básica a más tardar al inicio del ciclo escolar 2018-2019.

Esto contempla la formación de equipos que guiarán el desarrollo del servicio en los estados; capacitación del personal de las supervisiones de zona escolares de manera previa a su instrumentación, y garantizar las condiciones necesarias para su operación conforme a su marco regulatorio.

La SEP y las autoridades locales en cada entidad deberán atender los 224 mil 976 planteles de formación básica distribuidos en todo el territorio nacional a través del SATE, el cual estará integrado por un supervisor escolar; dos asesores técnicos pedagógicos por promoción; un asesor técnico por reconocimiento para prescolar y primaria, y tres para las secundarias; y un asesor técnico con funciones de orientación en apoyo a actividades de dirección a otras escuelas.

El propósito del SATE, señalan los lineamientos de observancia obligatoria para las autoridades federales y locales, es apoyar el funcionamiento de la escuela a fin de que alcance sus metas educativas y fortalezcan su capacidad de gestión.

Esto implica que los maestros, con apoyo del servicio, deberán aprender a disminuir las barreras para el aprendizaje de alumnos en situación de vulnerabilidad, con énfasis en población indígena, migrante, con discapacidad y dificultades severas en conducta, comunicación y aprendizaje, así como escuelas multigrado y telesecundarias.

Para ello operará en las instalaciones de educación básica, así como en los planteles indígena, especial y multigrado, aunque no recibirán apoyo del SATE las escuelas del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), pese a que atienden a niños y adolescentes con mayores carencias socioeconómicas y de infraestructura educativa.

Tampoco se prevé su inclusión para el apoyo a los instructores del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos.

Si bien el SPD instruye que la organización y operación del SATE será responsabilidad de los gobiernos estatales, a la SEP le corresponde impulsar su implementación, desarrollo y evaluación, lo que incluye supervisar su puesta en marcha y demandar información a las autoridades educativas locales para determinar el impacto de sus resultados.

Las entidades deberán garantizar que cada supervisión de zona escolar cuente con el personal suficiente para integrar el servicio, así como con las condiciones materiales para su puesta en marcha.

También tendrá que evitar la sobrecarga administrativa de supervisores y escuelas, e implementar acciones graduales y sistemáticas de capacitación de supervisores y directores que realicen funciones adicionales de asesoría técnica para el servicio.

A fin de que el SATE llegue a cada plantel educativo, el supervisor –a escala nacional hay poco más de 14 mil– deberá garantizar que se atienda cada uno de los planteles que integran su zona escolar, por lo que deberá visitarlos para organizar su implementación.

Entre sus obligaciones están coordinar, desarrollar, dar seguimiento y registrar todas las acciones que se realicen como parte del servicio, pues deberá evitar que el SATE genere cargas y exigencias administrativas innecesarias en las escuelas a su cargo.