A pocos días de su cumpleaños 70, Miguel Ángel Vargas se precia por igual de ser la única persona que ha corrido las 34 ediciones del Maratón Ciudad de México, que de haber dado tres vueltas a la tierra, pues según sus estadísticas, ha cubierto más de 120 mil kilómetros en esa y otras carreras pedestres, todas en esta ciudad.

Mi lema es: Soy guerrero de la Guerrero, hoy gladiador y mañana quiero morir como titán, dice firme el contador público que recibió un reconocimiento por su participación, en la apertura de la exposición y entrega de números en el autódromo Hermanos Rodríguez.

Ya me van a llevar a la NASA, porque ya me les salí de la genética, bromea con orgullo el hom-bre que llegó a correr la prueba de 42.195 kilómetros en 2.40 horas, aunque ahora sólo aspira a terminarla, lo que estima podrá hacer en alrededor de cuatro horas, como ha sido en los recientes años.

Nunca ha corrido otro maratón. Soy localista y nacionalista; llevo 34 a mucho orgullo y de verdad me siento muy completo para esta edición 35.

Miguel Vargas ha vivido todo tipo de experiencias, pero la participación que más le gusta recordar es la de 2003, cuando corrió con el tobillo izquierdo reconstruido con ocho tornillos tras una fractura jugando futbol rápido, y la más conmovedora, la de 1985, que fue reprogramada de septiembre a diciembre por los daños del temblor.

Esa me hizo llorar, pero de tristeza, porque teníamos pérdida de vidas, el país estaba dolido. En el recorrido había edificios todavía dañados y derrumbados.

Si bien Miguel Vargas es un personaje en la maratón capitalina, asume que la fama es como una burbuja que se truena, por lo que prefiere ser considerado referente para las nuevas generaciones.