Los científicos de México están preocupados porque en este sexenio parece repetirse la tendencia del pasado: en los últimos años de la administración la inversión en ciencia, tecnología e innovación decrece. Una razón para el temor es que en 2017 el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) sufrió un recorte de recursos de 27 por ciento respecto del año anterior.

Quitar recursos a la ciencia no es la solución para los problemas económicos del país, declaró ayer José Luis Morán, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

El ofrecimiento del presidente Enrique Peña Nieto era que en 2018 se invertiría uno por ciento del producto interno bruto (PIB) en ciencia. En 2016 se llegó a 0.57 por ciento y luego bajaron los recursos. La media de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) es de 2.4 por ciento. Korea del Sur destina 4 por ciento de su PIB, Estados Unidos 2.5 y Alemania 2.8. Esta es la realidad cuando nos comparamos con países que aprecian y saben qué es invertir en ciencia y tecnología, expresó el Morán en un encuentro con reporteros.

Sabemos que el recorte no fue exclusivo a ciencia y que obedeció a la situación económica del país que está relacionada con circunstancias internacionales, planteó.

Esquemas que se repiten

Mostró datos del gasto federal en investigación y desarrollo experimental de 1980 a 2015. En ellos se ve un patrón que se ha repetido por seis sexenios: en los dos últimos años de cada administración baja la inversión en ciencia. Por ejemplo, con Carlos Salinas de Gortari, el gasto pasó de 0.35 por ciento del PIB en 1992 a 0.18 por ciento entre 1993 y 1994; en el de Vicente Fox bajó de 0.41 por ciento en 2005 a 0.37 por ciento en 2006.

En la imagen, José Luis Morán, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, para quien quitar recursos a la ciencia no es la solución para los problemas económicos del paísFoto Luis Humberto González

En el sexenio de Peña Nieto se llegó al mayor porcentaje de inversión federal respecto del PIB en la historia reciente: el 0.57 por ciento el año pasado. Esto nos tenía muy optimistas, por el programa del presidente para llegar a uno por ciento, que es lo que la OCDE recomienda para un país como el nuestro, señaló Morán.

Hasta 2016, lo científicos pensaban que las cosas iban bien, pero nos hemos dado cuenta de que no es suficiente tener la voluntad, dijo Morán, y habló de la necesidad de buscar un esquema para que el Conacyt pueda pasar a través de los sexenios con presupuestos garantizados y pueda hacer planeación a largo plazo.

A la baja presupuestal hay que sumar que siempre, cuando entra un presidente y nuevos directores en Conacyt, muchas de las cosas que se venían haciendo dejan de hacerse y se interrumpen los programas.

Mantener a la baja la inversión en ciencia, planteó, podría afectar el crecimiento del programas como el del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Para el presupuesto de 2018, Morán consideró que lo mínimo que se puede desear es que la inversión federal en ciencia, tecnología e innovación recupere los montos de 2016. Me conformaría con que nos reincorporaran el porcentaje que recortaron este año, pero para seguir la curva de crecimiento que había propuesto el gobierno y si queremos dar un salto trascendental, sería necesario un incremento de entre 30 y 35 por ciento del presupuesto con relación a este año.