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México SA

Cae inversión extranjera

Dólares de 33 centavos

TLCAN: salario de 10%

E

n la ya tradicional dinámica de las buenas y malas noticias, en 2016 el monto de inversión extranjera directa (IED) captado por México ascendió a 32 mil millones de dólares, pero resultó 8 por ciento inferior al registrado un año antes, con todo y reformas que (versión oficial) catapultarían el crecimiento económico.

El citado, sin duda, es un muy buen monto, pero, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), de cada dólar reconocido como IED sólo 33 centavos significaron dinero fresco para la economía mexicana. El resto fue reinversión de utilidades (obtenidas en México) y préstamos entre matrices y sucursales instaladas en territorio nacional, amén de que el capital contante y sonante mayoritariamente se destina a la adquisición de empresas ya establecidas y reconocidas, de tal suerte que el capital foráneo no arriesga mayor cosa.

En días pasados la Cepal divulgó su informe anual La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe, el cual dedica un capítulo a nuestro país (México: ¿el final del dinamismo?), del que se toman los siguientes pasajes.

La IED hacia México en 2016 se mantuvo en niveles históricos elevados y totalizó 32 mil 113 millones de dólares, pese a que cayó 7.9 por ciento respecto de 2015. De esta forma, el país se posicionó como el segundo mercado más importante para los capitales extranjeros en la región, después de Brasil. En relación con los componentes de tal inversión, los préstamos entre empresas han crecido de forma sostenida en los pasados cinco años (21.6 por ciento en 2016) y concentraron 42 por ciento del total. Los ingresos de capital, por su parte, bajaron 19.8 por ciento y representaron 33 por ciento de la inversión, mientras la reinversión de utilidades disminuyó por tercer año consecutivo (23.9), representando una cuarta parte del total de ingresos.

La manufactura es el principal receptor de capitales extranjeros en México. Entre 1999 y 2015, 48 por ciento de la IED se destinó a dicho sector, mientras en 2016 el porcentaje se elevó a 61. La industria automotriz es el sector más atractivo y el año pasado concentró 19 por ciento de la IED, mientras la industria química (14) y bebidas y tabaco (7) le siguieron en importancia.

(Por cierto, en la víspera de la renegociación del TLCAN, la Cepal detalla que actualmente el salario medio que reciben los trabajadores de la industria automotriz en México es de 2.38 dólares por hora, mientras sus homólogos estadunidenses ganan cerca de 24 dólares la hora. La fabricación aquí en lugar de Estados Unidos genera ahorros en los costos laborales de entre 600 y 700 dólares por vehículo, que representan cerca de la mitad de los costos que se ahorran al producir en México vehículos que se venden en Estados Unidos).

El vecino del norte nuevamente fue el mayor inversionista en México, con 39 por ciento del total, si bien su participación cayó respecto del año anterior y en relación con el promedio del periodo 1999-2016. Las inversiones desde la Unión Europea representaron 31 por ciento del total, similar a 2015. España se mantuvo como el principal inversionista europeo (11 por ciento), pese a la caída de la IED desde este origen, mientras ingresaron más capitales desde Alemania. Otros inversionistas de relevancia fueron Canadá y Japón, ambos con 6 por ciento, mientras Brasil fue el país más destacado de América Latina y el Caribe.

En la reforma energética se establecieron las bases para la creación de un mercado eléctrico mayorista, con lo que se permite a los privados participar en la generación de electricidad y en el desarrollo de infraestructura de transmisión y distribución mediante contratos con la Comisión Federal de Electricidad (CFE). La concreción de las inversiones asociadas a esta reforma supondrá un ingreso de capitales extranjeros, principalmente durante los próximos años. En 2016 se adjudicaron las dos primeras subastas eléctricas, en las que se firmaron contratos con empresas mexicanas y extranjeras: la primera con 18 contratos a 11 empresas, y la segunda con 56 contratos a 23 empresas, en su mayoría en el área de energía solar fotovoltaica y también en energía eólica.

En 2016 ingresaron mil 131 millones de dólares en energía eléctrica, lo que duplicó con creces el monto de 2015. En telecomunicaciones si bien las reformas recientes habilitaron la participación de nuevos operadores y en 2015 se registraron grandes inversiones, en 2016 la IED disminuyó en relación con el año previo y totalizó 753 millones de dólares, valor que se encuentra por debajo de la inversión foránea media de años anteriores.

Pese a que cayó el monto total de inversiones anunciado para la industria automotriz, ésta concentró cerca de 20 por ciento del total (en número y monto). A diferencia de años anteriores, no se realizaron grandes proyectos, aunque las empresas instaladas en México anunciaron expansiones y nuevas instalaciones de menor magnitud. En manufacturas, el mayor proyecto fue la construcción de una nueva planta cervecera por parte de la estadunidense Constellation Brands en Mexicali.

El mercado energético se mostró particularmente ágil y una cuarta parte del monto total de inversiones anunciado en 2016 correspondió a proyectos sectoriales. Las energías renovables (principalmente la solar) concentraron la mayor parte del monto. La italiana Enel y las españolas Acciona, Fisterra Energy, Grenergy Renovables e Iberdrola acapararon 61 por ciento del total anunciado, seguidas por las chinas Envision Energy y Jinko Solar, con 15 por ciento.

Entre los proyectos anunciados en hidrocarburos destacaron la construcción de una planta de gas natural licuado en Yucatán, por parte de la surcoreana Korea Gas, que requerirá una inversión estimada de entre mil y mil 500 millones de dólares, y la expansión del portafolio de inversiones que tiene en el país la canadiense TransCanada. En 2016 se adjudicaron dos contratos a 25 años para la construcción y operación de gasoductos, uno en forma individual, con una inversión de 550 millones de dólares (Tula-Villa de Reyes), y otro en sociedad con la mexicana IEnova (Sur de Texas-Tuxpan) por 2 mil 100 millones.

Las rebanadas del pastel

Uno tras otro se destapan los casos de corrupción del nuevo PRI, pero son tantos y tan seguidos que al de por sí lento y tortuoso camino de la justicia mexicana de plano se le acabaron los pretextos, pero no la cara dura. Toca el turno a Emilio Lozoya, el cual, desde luego, no será el último.

Twitter: @cafevega