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El regreso
E

l gozo y el aliento por la belleza que nos refleja la Estela 21 de Edzná, al recibirnos en el umbral, nos recuerda nuestro origen. Uno de muchos. Y es que México es heredero de una cosmogonía en la que tres fundamentos de civilización –humanidad, naturaleza y religiosidad– conviven en equilibrios armoniosos, en legados de genio. Ese, entre muchos, es el sentimiento que despierta Mayas, el lenguaje de la belleza, que en los próximos días abrirá por fin sus puertas en el Museo Nacional de Antropología.

La exposición muestra con maestría el impresionante acervo de cultura que es resultado de las investigaciones arqueológicas de los últimos años en nuestro país realizadas por Ricardo Bueno, Enrique Nalda, Luis Leira o Roberto García Moll, entre los muertos recientemente, y por Antonio Benavides, Arnoldo González Cruz, Peter Schmidt, José Huchim o Adriana Velázquez, entre muchos de los que siguen trabajando con pasión, tesón e inteligencia en el mundo maya. El pensamiento que impulsa esta muestra se articula en torno a una original idea que nos conduce por una travesía por el espacio más precioso del hombre: el cuerpo humano; en sus representaciones, sus modificaciones, sus deificaciones, sus idealizaciones.

Así podemos aprehender con todos nuestros sentidos que en la expresión plástica del clásico maya el ideal de belleza la caracteriza y la identifica como sociedad. En su manifestación material a través de un realismo exquisito o a través de sus representaciones simbólicas los mayas se revelan ante nosotros. El cuerpo como lienzo, el cuerpo revestido, el espejo animal y los cuerpos de la divinidad, son los ejes que dan cauce y cimiento a la exposición. Ellos nos enseñan los valores universales del arte maya.

Así les ha sido descubierto a cientos de miles de hombres y mujeres que han conocido la exposición en el Museo Maya de Cancún en 2013, en el Museo Regional Carlos Pellicer Cámara de Villahermosa en 2014, en el Museo Nacional de Pekín ese mismo año, en el Palacio Cantón de Mérida en 2015, en el Martin- Gropius-Bau en Berlín, en 2016, y en el Palazzo della Gran Guardia, de Verona, en 2016 y 2017. La riqueza, en cada sede, se acrecienta.

Sé que al caminar frente a estas obras maestras del arte maya uno recibe en nuestra íntima raíz relámpagos de belleza. Las dos estelas de los gobernantes mayas –hombre y mujer– de Pomoná, la cabeza de tortuga de Oxkintok, el respaldo del trono de Pakal, gobernante de Palenque, y sus cabezas de estuco; la lápida de barro de Pomoná con representación de un personaje del inframundo, los personajes apenas pintados de Jaina, los animales de Comalcalco, el Chac-Mool y los atlantes de Chichén Itzá, la representación del escriba de Mayapán son ejemplos de la fiesta de los sentidos a la que nos invita Karina Romero, curadora de la muestra. Ella nos devela, acompañada de la maestría de la museografía de José Antonio Sada y del diseño de la identidad gráfica de Érika Miller, que la belleza de los mayas concentra las semillas de un universo de admiración, de asombro y de ventura.

El prodigio civilizatorio del arte de las mujeres y los hombres que hablan el lenguaje de la selva y de los ríos atesora los momentos y los signos de gran parte de la vida en común que los mayas de hoy, en seis y medio millones de voces de todas las edades, comparten con sus ancestros en las verdes espesuras de Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Chiapas y Tabasco.

Para continuar y hacer reverberar esta conversación regresa a México la excepcional exposición Mayas, el lenguaje de la belleza con la magia de su lenguaje plástico. Ella recrea la textura universal del arte maya haciendo gala de la luminosidad de los paisajes de la vida íntima y de los jirones de belleza que hacen aún más rica nuestra herencia cultural. En esta delicada muestra, el lenguaje de piedra, el lenguaje de arcilla y el lenguaje de color se tejen con maestría y un canto compuesto por manos de hace siglos llega hasta nosotros. Es un crisol de voces, de paisajes, de miradas.

Sí, hoy más que nunca los invito a celebrar el lenguaje de la belleza y el regreso de los mayas a nosotros.