Cuernavaca, Mor.

De acuerdo con información del sitio electrónico de la Fiscalía General del Estado (FGE), este año han desaparecido 55 niñas y adolescentes de entre 11 y 17 años de edad, así como 34 mujeres, informó Susana Díaz Pineda, representante en Morelos de la organización Digna Ochoa.

Indicó que el narcotráfico y la violencia en Morelos han provocado que en años recientes, particularmente en la administración que encabeza el gobernador Graco Ramírez, se hayan incrementado en forma alarmante las desapariciones de jóvenes.

Nuestra base de datos la alimentamos con las mismas fichas que emite la Fiscalía General del Estado (FGE). Sólo en este semestre van 89 desaparecidas, una cantidad alarmante, y son sólo las denuncias de padres o familiares, aseguró la activista.

Dijo que, según la FGE, sólo fueron localizadas 13 jóvenes y hay una cerrazón muy grande de esta dependencia para informarnos sobre el paradero de las demás.

“Las causas de la mayoría de estas desapariciones tienen que ver con el crimen organizado que opera en Morelos, un tema que no ha querido enfrentar el gobernador. Hay trata en el estado, y las jóvenes también son enganchadas para vender drogas o para esclavitud doméstica. Dos jóvenes desaparecieron, publicaron sus fichas y días después las encontraron muertas.

Los gobiernos del estado y federal se niegan a investigar asesinatos si las víctimas tienen huellas de tortura; la mayoría de estos casos quedan en la impunidad. La FGE rehúsa informar sobre asesinatos cometidos con saña. Las víctimas de feminicidios quedan en calidad de desconocidas y no se investiga, dijo Díaz Pineda.

Recordó que en 2016 desapareció una estudiante de secundaria de 12 años de edad en el municipio de Tlaltizapán y no ha sido localizada. La madre de la menor ya acudió a instancias federales, pues en Morelos no hay autoridad que ayude a localizarla.

En tanto, una mujer de 21 años de edad y siete meses de embarazo falleció ayer luego de que un día antes su esposo le disparó en una vivienda de la colonia Loma Hermosa, en Cuernavaca. El bebé también murió y el esposo declaró que el disparo fue accidental.