Londres.

Los grandes favoritos encabezados en la jornada ayer por el serbio Novak Djokovic y el suizo Roger Federer avanzaron sin problemas en el torneo de Wimbledon, donde el mexicano Santiago González y el estadunidense Donald Young no pudieron conjurar la magia que los llevó a la final de Roland Garros y cayeron en primera ronda ante los franceses y campeones defensores Nicolas Mahut y Pierre-Hugues Herbert.

González y Young sufrieron únicamente un rompimiento en todo el partido, pero no pudieron controlar los fuertes servicios de los franceses, que se impusieron en cuatro sets, 6-3, 7-6, 4-6 y 7-6.

Esta vez, Djokovic y Federer tuvieron que jugar tres sets para ganar en Wimbledon. Ambos ex campeones avanzaron a la tercera ronda dos días después que sus primeros rivales en el torneo abandonaron por lesión.

Federer, siete veces ganador en Wimbledon, sufrió un poco en el primer set pero se impuso 7-6 (0), 6-3, y 6-2 al serbio Dusan Lajovic, y Djokovic, tricampeón, derrotó al checo Adam Pavlasek, 6-2, 6-2 y 6-1.

Es perfecto. Exactamente lo que quiero; no quiero tener encuentros de cinco sets, señaló Djokovic, al enterarse de que se medirá al letón Ernests Gulbis, que superó 6-4, 6-4, 7-6 (3) al argentino Juan Martín del Potro.

Federer, máximo ganador de títulos de Grand Slam, con 18, tendrá como oponente al alemán Misha Zverev.

Una de las favoritas del torneo, la tercera preclasificada, la checa Karolina Pliskova, fue eliminada en segunda ronda al perder 3-6, 7-5 y 6-2 ante la eslovaca Magdalena Rybarikova.

También avanzaron la rusa Svetlana Kuznetsova y la polaca Agnieszka Radwanska, pero la imagen de la jornada la dejó la estadunidense Bethanie Mattek-Sands.

En su partido ante la rumana Sorana Cirstea, la rodilla de Mattek-Sands se dislocó de manera angustiosa; acabó en el suelo gritando de dolor, suplicando ayuda. ¡Ayúdenme!, clamaba la jugadora en una escena que la televisión decidió no mostrar planos cortos.