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Negocios y empresas

El déficit petrolero

M

éxico pasó de ser una gran potencia petrolera, que en los años setentas nos llevó a la ficción de que nuestro mayor problema sería ‘‘la administración de la abundancia’’, según José López Portillo, a ser un país altamente deficitario en hidrocarburos.

Los datos de la balanza comercial de los últimos dos años nos muestran con precisión esta cruda realidad. En 2015 exportamos 23 mil 100 millones de dólares de productos petroleros, contra una importación de 33 mil 288 millones de dólares de dichos productos. En 2016 vendimos a otros países sólo 18 mil 818 millones de dólares e importamos 31 mil 566 millones de dólares de hidrocarburos y, para colmo de males, el desequilibrio comercial en este sector crecerá durante los próximos años.

Pemex dejó de ser el gran exportador y productor de petróleo y derivados, para convertirse en una empresa que en 2016 representó menos de 5 por ciento de las exportaciones totales de México, que llegaron a 373 mil 939 millones de dólares y su tendencia es a la baja, no sólo por el crecimiento de otros sectores, sino por la caída de la eficiencia y productividad de esta empresa que tiene costos fijos muy altos, difíciles de reducir. Ningún político al frente de la empresa ha tenido la capacidad de bajar los costos y aumentar la eficiencia al promedio de las empresas del sector en el mundo y la corrupción y el robo es una constante en esta empresa estatal.

Otro elemento importante a considerar es la creciente participación de empresas privadas en este sector, por lo que en una década la participación de Pemex en las exportaciones totales de nuestro país bajará aún más, para representar tan sólo dos o tres puntos porcentuales.

Pemex fue un gran generador de divisas y de ingresos para el gobierno en la segunda mitad del siglo pasado, lo que permitió el financiamiento de parte del gasto corriente y del gasto de inversión pública; sin embargo, ahora representa una carga para la población que tiene que pagar el doble de precio de la gasolina en México con relación a la que se vende en Estados Unidos.

En estas condiciones, el criterio de que Pemex es una empresa que ayudará a solucionar los grandes problemas de México en los próximos años es tan sólo una ficción.