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Tildó de sicópata a Joe Scarborough y de loca a Mika Brzezinski

Nuevo ataque de Trump contra periodistas de tv
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 2 de julio de 2017, p. 16

Nueva York.

El hombre electo más poderoso del mundo continuó atacando a dos presentadores de un noticiario de cable, desafiando las expresiones de reprobación de decenas de legisladores de ambos partidos, medios y una amplia gama de intelectuales y observadores.

Donald Trump envió dos tuits el jueves insultando a los conductores del programa Morning Joe, de MSNBC, Joe Scarborough (a quien llamó el sicópata Joe) y Mika Brzezinski (a quien calificó de loca y de bajo IQ y quien había estado sangrando por un estiramiento facial), provocando una ola de críticas condenando su ataque personal y misógino.

Los conductores respondieron el viernes tanto en su programa como en un artículo de opinión en el Washington Post, donde lo acusan de mentir sobre encuentros sociales con él, expresaron su preocupación por la obsesión de Trump con ellos, y su estabilidad mental. Nosotros estamos bien. Pero el país no, comento Scarborough.

Chantaje

En el artículo los presentadores comentan que ya no les sorprende el comportamiento de Trump, pero que este episodio ha llevado a que líderes estadunidenses y aliados se pregunten una vez mas si este hombre está calificado para ser presidente. Agregaron que tenemos nuestras dudas, pero ambos estamos seguros de que el hombre no está equipado mentalmente para continuar viendo nuestro programa. Más aún, acusaron a la Casa Blanca de chantaje.

Detallaron –tanto en el programa como su artículo– de cómo recibieron varias llamadas de la Casa Blanca informándoles que la revista de chismes y escándalos National Enquirer (cuyo dueño es amigo leal de Trump) estaba por publicar un reportaje negativo sobre los dos y que el presidente podría intervenir para anular la publicación a cambio de que ellos lo llamaran para disculparse de la cobertura negativa de su gobierno. Scarborough, ex diputado federal republicano quien tenía una relación amistosa con Trump, informó que él se negó, y la nota se publicó.

Trump, después del programa del viernes, envió otro tuit, diciendo que fue Scarborough quien “me llamó para frenar un artículo del National Enquirer. Le dije ¡no! Programa malo”.

Scarborough respondió: ¿Por qué sigues mintiendo sobre cosas que pueden ser desmentidas tan fácilmente. ¿Qué te pasa?

Pero Trump rehusó callarse a pesar de 48 horas de condenas por más de tres decenas de legisladores de ambos partidos, incluyendo el presidente de la cámara baja, Paul Ryan, editoriales, comentaristas de toda la gama política, incluyendo simpatizantes. Ante el asombro de gran parte de la cúpula política, Trump envío este sábado otros tuits contra los presentadores, escribiendo que “el loco Joe Scarborough y la tonta como una piedra Mika no son gente mala, pero su show de bajos ratings es dominado por sus jefes de NBC. Qué mal”.

Con ello aprovechó regresar a uno de sus temas favoritos: atacar a los medios. Festejó la renuncia de tres periodistas de CNN, afirmando que “estoy extremamente complacido de ver que @CNN finalmente ha sido revelado como noticias falsas y periodismo de basura. Y era hora”.

También criticó a los gobiernos estatales que están rehusando cumplir con la solicitud de su nueva comisión sobre la integridad electoral, cuyo jefe, el ultraconservador y feroz antimigrante Kris Kobach, pidió que cada estado entregue información sobre el electorado, incluyendo nombres, direcciones, historial de su voto, afiliación partidaria, entre otras cosas. Unos 25 estados –la mitad del total– están resistiendo o rechazando la solicitud afirmando que viola la protección de privacidad de ciudadanos y algunos sugiriendo que será usado para esfuerzos para suprimir el voto. La comisión, según críticos, fue inventada por Trump con el objetivo de justificar la acusación del presidente de que entre 3 y 5 millones de votos fueron emitidos ilegalmente en la elección, y que eso explica por qué perdió el voto popular (ganó la presidencia por el colegio electoral).

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Los presentadores de televisión Joe Scarborough y Mika Brzezinski, en febrero pasado en Nueva YorkFoto Afp

Trump tuiteó, desde su club de golf en Nueva Jersey donde permanecerá durante el puente del Día de la Independencia, que varios estados están rehusando otorgar información al muy distinguido panel sobre fraude electoral. ¿Qué están intentando ocultar?

No existe evidencia de fraude electoral cometido a través de votos ilegales en la elección de noviembre.

Mientras el presidente busca anular el legado de su antecesor al desmantelar su reforma de salud, con una intensificación de las tensiones con Norcorea y, por otro lado, se continúa impulsando medidas anti-migrantes, asombró a casi toda la gama política que el ocupante de la Casa Blanca se dedicara a este berrinche personal con los anfitriones del programa de cable.

En un editorial, el Washington Post afirmó que tras estos últimos tuits, es obvio que no vale la pena instar al presidente Trump a que actúe con mayor dignidad, respeto para su puesto o, bien, por el autorrespeto. No sucederá, Eso hace aún más urgente que el resto de nosotros pensemos cómo salvaguardar la civilidad y valores democráticos hasta que acabe su presidencia. Concluyó que lo que nos da esperanza es la convicción de que el pueblo estadunidense son mejores que la misoginia y rudeza que vemos escupirse desde la Casa Blanca.

Vergüenza de sí mismo

El New York Times, en su editorial, señaló que Trump no aguanta la crítica y parece no darse cuenta de que está avergonzándose a sí mismo. Eso es lo que tanto republicanos como demócratas han estado intentando decirle.

Quiero decir algo ahora mismo que ya no pensaba posible: estoy asombrado por algo que dijo Donald Trump, comentó el influyente comediante y crítico político Stephen Colbert, en su programa Tonight Show del jueves. Al leer el tuit contra los dos presentadores concluyó: Dejemos de pretender que Trump es el síntoma de algo. Él es la enfermedad. Y la única cura es tres años y medio de licor y descanso en cama.

Y eso que Colbert y otros aún no estaban enterados de las palabras marcianas de Trump en una ceremonia el viernes para anunciar su Consejo Nacional sobre el Espacio. Firmando la orden ejecutiva frente a cuatro ex astronautas (la única mujer astronauta en la sala no fue reconocida, sólo sus tres colegas), intentó explicar –o así se cree, nadie sabe– la naturaleza del universo: ésta es la infinidad aquí. Podría ser la infinidad. Nosotros realmente no lo sabemos. Peor podría ser. Tiene que ser algo, pero podría ser la infinidad, ¿verdad?