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En Bellas Artes, destacan la relevancia de la obra del humanista

Homenaje a Carlos Montemayor
 
Periódico La Jornada
Jueves 22 de junio de 2017, p. 5

Entre poesía y recuerdos transcurrió la noche. Los versos escritos por Carlos Montemayor (1947-2010) los leyó Silvia Pratt, los recuerdos y valor de su obra fueron descritos por sus amigos y colegas Natalio Hernández, José Vicente Anaya y Patrick Johansson.

Los cuatro participaron en una jornada para conmemorar al ensayista, narrador, poeta y activista social a 70 años de su natalicio.

Entre el público que acudió a la velada, el pasado martes, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, estaban Susana de la Garza, viuda del autor de Las mujeres del alba; Victoria y Alejandra, hijas del humanista, y su hermana Martha Montemayor.

El poeta Natalio Hernández dijo que Montemayor (fallecido en febrero de 2010) fue “un chingón de la palabra (…) escritor polifacético, versátil, humanista contemporáneo, un tolteca, esto es, un artista, un creador. Su trayectoria profesional de poeta y traductor de los clásicos griegos y latinos de la literatura universal le permitió desarrollar la sensibilidad necesaria para que los últimos 20 años de su vida los dedicara en gran medida a la literatura en las lenguas originarias de México, en particular, y de América en general”.

Los frutos de ese interés están en sus libros y en los foros efectuados, donde se destaca la importancia de las lenguas maternas.

Profundizar en su literatura

Uno de los mayores impactos sociales y culturales de Carlos Montemayor, añadió Hernández, fue promover la preservación de las lenguas originarias en México, pues son más antiguas que la lengua española que tiene mil años; las lanerías mexicanas tienen 5 mil años, así lo afirman los lingüistas”.

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Carlos Montemayor (1947-2010), el 27 de febrero de 2007, durante una entrevista con La JornadaFoto Cristina Rodríguez

Montemayor afirmaba que México como nación no se puede explicar ni entender si no se considera la herencia lingüística y literaria que está en la memoria ancestral de los pueblos. Poco antes de su muerte, recordó el Hernández, Montemayor dijo que ya no serían los antropólogos y los lingüistas los que hablarían por los pueblos indígenas, ahora serán ellos mismos a través de sus poetas y escritores los que digan quiénes son, de dónde vienen, qué piensan, qué sienten, cuáles son sus problemas, cuáles son sus aspiraciones y proyectos de vida. Carlos Montemayor abrió el camino para visibilizar la lengua y la literatura de los pueblos originarios de México.

Su obra permanecerá vigente todo el siglo XXI porque este es y será el siglo de la diversidad, del diálogo de las culturas, del diálogo de las lenguas. En suma, el diálogo de las civilizaciones de todos los pueblos del mundo, de todos los pueblos de nuestra madre tierra: el planeta Tierra.

El escritor José Vicente Anaya destacó que desde sus obras tempranas Montemayor manifestó las que serían sus preocupaciones y ocupaciones de ensayista, entre ellas una ética sobre lo justo y lo injusto. Habló del trabajo de traductor y su acercamiento a los autores clásicos, y cómo llegó a la literatura de compromiso.

Para el investigador Patrick Johansson no se ha trabajado a fondo la obra del homenajeado, no sólo en lo que se refiere al mundo y las lenguas indígenas, sino también en términos literarios porque no hay que olvidar que fue novelista, músico y artista.

La poeta Silvia Pratt leyó poemas de Montemayor, como Memoria de la plata y Finisterra.