Opinión
Ver día anteriorDomingo 11 de junio de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
¿La Fiesta en Paz?

Carta a Lenín Moreno, nuevo presidente de Ecuador

Foto
En Ecuador no se trata de prohibir la muerte del toro en el ruedo; se trata de valorar y estimular, por parte de taurinos y autoridades, el potencial ganadero y torero del paísFoto archivo
E

stimado presidente Moreno: No sé si su probada modestia haya imaginado el inmenso orgullo que provocó en millones de latinoamericanos su victoria en la reciente elección presidencial en Ecuador, pues se trató de un reñido triunfo auténticamente democrático, para ejemplo de tantos países instalados aún en las imposiciones y el fraude, mientras ustedes son capaces de destituir presidentes ineptos.

Cuando hay un desempeño político comprometido y honesto no se teme al voto. El propósito de promoverlo incluso mediante la aplicación de una multa equivalente a 45 dólares a quien se abstuviera de sufragar y el hecho de haber permitido el gobierno de su antecesor, Rafael Correa, la presencia de cuatro misiones internacionales de observadores electorales en la jornada, así lo demuestra. Estas misiones avalaron el triunfo que le otorgó la ciudadanía, sabedora de que los avances logrados por el régimen anterior habrán de continuar en el suyo, y sabedora también de que los banqueros, paradójicamente, jamás han sido de fiar en la historia de la humanidad.

Usted es hombre de fortalezas y de desafíos, de responder con un criterio capaz de matizar en vez de dramatizar, de ver en las crisis –individuales y colectivas– oportunidades de solución y acción no de lamentaciones, y de percibir en añejas tradiciones fuentes de expresión de auténtica ecuatorianidad, ese sentido propio de la realidad y del tiempo, de la belleza y el ritmo, de la sensibilidad y el carácter. Quito, como una de las ciudades con más sello de todo el continente, de ese continente inventado que señalara el historiador mexicano Edmundo O’Gorman.

Y es que a nuestro continente, lo sabemos de sobra, muchos lo siguen viendo como mero objeto de apropiación supuestamente descubierto y conquistado por unos para su exclusivo beneficio a raíz del histórico tropezón de Colón, y no como otra región de la tierra poblada por sujetos capaces de seguir siendo, haciendo y decidiendo desde su particular perspectiva y para su verdadero desarrollo mediante el aprovechamiento inteligente y soberano de sus recursos humanos y naturales.

Con sus prioridades de disposición al diálogo, creación de empleos, impulso al desarrollo del gran potencial petrolero y más y mejor educación para todos, quisiera sugerirle con respeto, presidente Moreno, una estrategia más racional, menos visceral y más provechosa de la tradición taurina de Ecuador; vamos, de una fiesta de toros más ecuatoriana y menos colonizada. No se trata de prohibir la muerte del toro en el ruedo; se trata de valorar y estimular, por parte de taurinos y autoridades, el potencial ganadero y torero del país. Ver desfilar y triunfar anualmente a las figuras europeas en cosos ecuatorianos mientras los diestros locales sólo sirven de relleno, es poco atractivo y favorece prohibiciones de muy dudosa humanidad y evidentes orígenes.

¿No puede o no quiere la élite taurina de Ecuador producir toreros competitivos de nivel internacional? ¿Procurará su gobierno regular y promover este espectáculo mediante un golpe de timón al falso universalismo de la fiesta brava? ¿Favorecerá la integración de un mercado común taurino latinoamericano? ¿Querrá su administración ser ejemplo para los demás países taurinos de la zona al propiciar el surgimiento de toreros que enorgullezcan al pueblo? De otra manera, por aquellos rincones la fiesta de toros seguirá hecha girones. Deseándole éxitos continuados en beneficio de la salud del noble e imaginativo pueblo de Ecuador, reciba un afectuoso saludo.