Opinión
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México SA

¿Y el paraíso?

Gurría macabro

OCDE recorta

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ebe ser una broma macabra de José Angel Gurría, secretario general de la OCDE, porque, contrario a lo que ahora advierte la institución que representa, a lo largo de las recientes semanas –previas a las elecciones, con las del estado de México a la cabeza– de las bocas de los funcionarios peñanietistas, los empresarios orgánicos y los organismos independientes no salieron más que flores y bombones que daban cuenta de que en el paraíso mexicano, en cuestión de días, todo mejoró, creció y se embelleció.

Pero no. Resulta que tras las elecciones estatales la OCDE decide recortar la perspectiva mexicana de crecimiento y advierte que sus motores se ralentizan, con todo y que los citados jilgueros celebraban todo lo contrario (el poder adquisitivo se recupera; el consumo crece a paso veloz; la economía funciona razonablemente bien; el producto interno bruto crecerá más y así por el estilo).

En su reporte, divulgado ayer, la organización presidida por Gurría advierte sobre un entorno más adverso por razones internas y externas, lo que provocará que el gasto del consumidor, el motor del crecimiento en los pasados dos años, crecerá a un ritmo más lento, ya que la creciente inflación erosiona el poder adquisitivo de los consumidores y las condiciones de crédito se aprietan. ¿En serio?, si todo –saliva de por medio– funciona razonablemente bien (José Antonio Meade dixit).

Para no ir más lejos, la OCDE sacó la tijera y para 2017 recortó la perspectiva de crecimiento de 2.3 a 1.9 por ciento, es decir, lo contrario de lo que la Secretaría de Hacienda, el Banco de México y los organismos empresariales (todos la incrementaron, así fuera un par de décimas de punto porcentual) hicieron días antes de las elecciones en cuatro entidades de la República, con especial atención y dedicación a la del estado de México, uno de los bastiones de la monarquía tricolor. Pero haiga sido como haiga sido el tricolor dice que ganó y lo demás es lo de menos.

El organismo también advierte sobre los riesgos considerables relacionados con la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y las posibles medidas proteccionistas por parte de la nueva administración estadunidense. La apertura de las fronteras no ha beneficiado por igual a todas las regiones y categorías de trabajadores. La mejora de los resultados educativos y la reducción de la informalidad permitirían que los frutos de la globalización se compartiesen de forma más amplia.

Por lo anterior, las perspectivas de crecimiento están ligadas a los riesgos externos, que siguen siendo considerables. Con el regreso gradual de la confianza, es de esperar que los planes de inversión que fueron aplazados por la reciente incertidumbre y turbulencia se reanuden, al tiempo que la fortaleza del sector manufacturero y la debilidad del peso deberían apoyar a las exportaciones. Sin embargo, la subida de la inflación y el endurecimiento de las condiciones crediticias lastrarán el gasto en consumo. Los riesgos para las perspectivas son considerables.

Anuncios desfavorables, advierte la OCDE, podrían repercutir negativamente en la inversión, la producción manufacturera y las exportaciones. Una menor recaudación fiscal procedente de un crecimiento más débil podría hacer peligrar los planes de consolidación fiscal y requerir nuevos recortes del gasto público, lo que pesaría adicionalmente sobre el crecimiento. Entonces, tranquilos, que apagado el furor electoral la situación retoma su nivel real.

En el plano global, la OCDE prevé que en 2017 la economía mundial repunte de manera moderada, pero es necesario esforzarse más para asegurar que los beneficios del crecimiento y la globalización se repartan de manera más generalizada. Después de cinco años de un crecimiento deficiente, hay indicios de mejoría, aunque la modesta expansión cíclica en curso no bastará para mantener aumentos firmes en los niveles de vida en los países de la organización. Se requiere una globalización más inclusiva y basada en normas que funcione para todos, centrada en el bienestar de las personas.

De acuerdo con sus estimaciones, el fortalecimiento de la confianza de empresas y consumidores, el aumento de la producción industrial, la recuperación del empleo y de los flujos comerciales contribuirán a una mejora del crecimiento del PIB mundial de 3 por ciento en 2016 a 3.6 en 2018.

Estima que la recuperación continuará en Estados Unidos, con un crecimiento previsto de 2.1 por ciento en 2017 y 2.4 en 2018. La zona euro tendrá un avance constante de 1.8 en ambos años. En Japón se prevé 1.4 por ciento en 2017 y uno en 2018. Prevé que el área de la OCDE de 35 países crezca 2.1 por ciento, como promedio, tanto en 2017 como en 2018.

En China el crecimiento disminuiría a 6.6 por ciento en 2017 y 6.4 en 2018, mientras que en tales proporciones serían de 7.3 y 7.7 por ciento, respectivamente. El crecimiento en Brasil se espera que sea positivo para 2017, antes de llegar a una tasa de 1.6 en 2018.

Aunque las perspectivas, anota la organización, aplauden el repunte de la economía mundial, señalan que las previsiones todavía mantienen las tasas de crecimiento por debajo de promedios anteriores, así como el ritmo necesario para escapar completamente de la trampa del bajo crecimiento. También llama la atención el hecho de que si bien algunos factores podrían empujar el crecimiento global más alto de lo proyectado, también hay significativos riesgos a la baja, entre los que destaca los financieros, las vulnerabilidades en las economías avanzadas y emergentes, la gran incertidumbre política en muchos países y un deficiente crecimiento salarial.

La OCDE se manifiesta en favor de un enfoque integrado para que la globalización funcione para todos. Debe incluir políticas nacionales para fomentar las oportunidades, la innovación y la creación de nuevas empresas, a fin de generar un crecimiento económico más fuerte que en el pasado reciente y también más inclusivo. Al mismo tiempo se necesitan políticas más eficaces para apoyar a las personas y las regiones que corren el riesgo de rezagarse. Por último, pero no menos importante, los países deben trabajar juntos para mejorar y llenar los espacios faltantes en la gobernabilidad internacional.

Las rebanadas del pastel

Si los genios peñanietistas renegocian el TLCAN como lo hicieron con el azúcar, entonces agarraos, porque cedieron en la negociación, aceptaron reducir la exportación y cumplieron demandas de la industria estadunidense (Wilbur Ross dixit). En castellano simple, se inclinaron.

Twitter: @cafevega