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Pobres, 7 de cada 10

¿Bienestar mínimo?

Coneval y los Xolos

C

on la novedad, mexicanos ilusos, de que nunca falta un aguafiestas que eche para atrás la dorada versión oficial de que todo marcha de maravilla y la economía funciona razonablemente bien, con un desempeño similar al de los Xolos de Tijuana, de acuerdo con la reciente analogía, científicamente comprobada, del secretario de Hacienda, José Antonio Meade.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval, encargado de medir la pobreza en México y evaluar programas y políticas sociales del gobierno federal) afirman que una familia de cuatro personas se encuentra actualmente en situación de pobreza por ingresos si su ingreso mensual es inferior a 11 mil 290.80 pesos. Esta cifra es muy superior al salario mínimo actual, que equivale a 2 mil 401.2 mensuales. Habría que incrementar 4.7 veces el salario mínimo para cumplir lo estipulado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (N de la R: mejor tarde que nunca, porque la Carta Magna está en vigor desde hace un siglo y sólo hasta ahora recuerdan lo que ella obliga).

Dicha institución detalla que organismos internacionales son menos exigentes para medir la canasta básica y la pobreza. Para el Banco Mundial la canasta básica para considerar a un hogar pobre en México es de 4 mil 322.70 al mes y la cifra de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) es de 9 mil 172.30 pesos, en tanto que para el Coneval es de 11 mil 290.80 pesos

Esta última cifra equivale a 2 mil 822.69 pesos por cabeza, al cierre de abril pasado, que de acuerdo con el Coneval sería suficientes para que un mexicano tenga un nivel de bienestar alimentario y no alimentario; si se considera sólo el nivel mínimo alimentario, entonces el monto se reduce a mil 400.27, siempre en el ámbito urbano. Así, sería conducente que el organismo borrara la palabra mínimo y la remplazara por miserable, por ser, según su propio criterio la institución que con más rigor entiende y mide la pobreza en México.

Con ese panorama, explica el Coneval, actualmente siete de cada 10 personas en el país tienen un ingreso laboral inferior al costo de la canasta básica familiar (cuyos precios han crecido más que la inflación oficial), es decir, 84 millones de mexicanos se encuentran en esa circunstancia, similar a la de los Xolos.

El citado organismo, que presume la contundencia en su análisis sobre la realidad social del país, considera que un mexicano que vive en el ámbito rural y obtiene un ingreso de mil 821.07 pesos (cierre de abril) mensuales tiene un bienestar mínimo, porque –asegura– le alcanza para la canasta alimentaria y la no alimentaria; lo mismo sucede en el terreno urbano, aunque para tener ese bienestar mínimo se requieren 2 mil 822.69 pesos por mes y cabeza. ¿En serio se puede hablar de bienestar mínimo?

Por cierto, en lo que va del sexenio peñanietista el precio de la canasta alimentaria considerada por el Coneval se ha incrementado casi 22 por ciento, mientras que la inflación oficial acumulada en el periodo no llega a 18 por ciento.

Eso por un lado. Por el otro, de acuerdo con la más reciente estadística del Inegi (organismo que trabaja febrilmente para maquillar las próximas cifras oficiales sobre la pobreza en el país, con el fin de que cuadren con la tesis científica de Meade) en el primer trimestre del presente año 63 por ciento de la población ocupada obtuvo un ingreso no superior a tres salarios mínimos (hasta 80.04 y no más de 240.12 pesos por día), mientras que los ganadores (cinco miningresos, equivalentes a 400.2 pesos por jornada) apenas representaron 5 por ciento de tal universo.

Como en días pasados se documentó en este espacio, en números cerrados la población ocupada en el país suma 52 millones de mexicanos: de ellos, casi 7.5 millones obtiene, por cabeza, un ingreso de hasta un salario mínimo; 14.3 millones más de uno y hasta dos, y 11.2 millones de dos y hasta tres. En total, 33 millones de conacionales sobreviven con ese ingreso. Y los que ganan más apenas suman 2.7 millones (5 por ciento de la población ocupada, o si se prefiere cinco de cada cien), que estarían en condiciones de no ser catalogados como pobres. Sin embargo, para efectos prácticos aquellos que en México ganan más (cinco salarios mínimos) apenas obtienen 36 por ciento del salario mínimo federal en Estados Unidos.

Algo más: el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, documenta que la calidad de las fuentes de trabajo que se generan en el país continúa deteriorándose, y a lo largo del actual gobierno el número de personas que percibía hasta tres salarios mínimos al día se incrementó en alrededor de 18 por ciento, mientras que el relativo a los que obtienen cinco salarios mínimos se desplomó en la misma proporción, de tal suerte que si bien la generación de empleos ha estado presente, las remuneraciones de los mismos han menoscabado perjudicando la calidad de vida de los trabajadores de tal forma que, a pesar de contar con una fuente laboral, ésta es insuficiente para cubrir sus necesidades.

Y de cereza, el siempre sabio cuan exacto análisis de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos: el Consejo de Representantes decidió avanzar hacia la recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo aun antes de que concluya el proceso deliberativo que arrancó a partir de que éste creó la Comisión Consultiva para la Recuperación gradual y sostenida de los Salarios Mínimos Generales y Profesionales, proceso que tiene previsto concluir hacia el mes de agosto de 2017, con base en el Informe Final de la Comisión Consultiva y de los Estudios Técnicos que en ésta se realizaron. El aumento –por llamarle así– fue de 3.9 por ciento (más un “monto independiente de recuperación de cuatro pesos diarios, sólo aplicable a quienes obtengan un salario mínimo), y hasta ahora la inflación oficial acumulada es la más elevada en una década.

Así es: el poder adquisitivo de la mexicanada se recupera, como la de los Xolos. ¿Dudas?

Las rebanadas del pastel

Mañana, día histórico en el estercolero conocido como proceso electoral del estado de México, donde el ácido recorrerá calles y avenidas. Algunos sobrestiman a la denominada candidata popular, y otros subestiman la ilegal, pero históricamente muy eficiente cuan depredadora maquinaria tricolor. Hagan sus apuestas. De cualquier forma, nadie salvará a la patria.

Twitter: @cafevega