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Despliegue militar de la alianza provoca nueva carrera armamentista, afirma Moscú

Las relaciones entre Rusia y la OTAN, en su peor momento desde la guerra fría
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 27 de mayo de 2017, p. 21

Moscú.

Las relaciones entre Rusia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que no sólo sobrevivió a la disuelta Organización del Pacto de Varsovia, formada como contrapeso por el también extinto campo socialista en Europa, sino continúa su expansión hacia el este, atraviesan la crisis más seria desde que terminó la guerra fría, lamentó ayer la cancillería rusa.

Esto debido a que la alianza noratlántica congeló todos los proyectos de cooperación en ámbitos de interés común, mientras el despliegue militar en su flanco oriental provoca una nueva carrera armamentista, agregó en un comunicado.

En otras palabras, nada que celebrar tienen Rusia y los países de la OTAN ahora que este sábado se cumple el 20 aniversario de lo que, en su día, se creyó el comienzo de una nueva era de entendimiento entre los antiguos adversarios que dejaron de defender ideologías antagónicas.

Firmada en París el 27 de mayo de 1997, el Acta fundacional de relaciones, cooperación y seguridad entre Rusia y los miembros de la alianza noratlántica, igual que otro documento capital, suscrito hace 15 años para proclamar la nueva calidad de los nexos, se empolvan en los archivos por el choque frontal de los intereses geopolíticos de sus élites gobernantes.

No sorprende, por tanto, que Moscú y Bruselas no hayan intercambiado mensajes de felicitación. En lugar de ello la OTAN, en su más reciente cumbre esta semana, de modo categórico calificó a Rusia de amenaza para toda Europa y se dispone a tomar medidas para contrarrestar lo que denomina acciones (rusas) que intimidan a sus vecinos.

En ese contexto de abierta hostilidad, Rusia condenó este viernes el emplazamiento de tropas y armamento adicionales de la OTAN cerca de la frontera rusa, lo cual –en opinión de su cancillería y aunque se diga que tiene carácter temporal y rotatorio– se inscribe en la aspiración de legitimar sus preparativos bélicos y de modificar la correlación de fuerzas en Europa.

Para el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, se trata de claros intentos de eludir los principios establecidos en el Acta fundacional y ello, al romper el equilibrio, es peligroso y no se corresponde con los intereses legítimos de los países miembros de la OTAN.

Rusia –insiste su diplomacia– no es la culpable del deterioro de los vínculos, el cual es resultado de la línea destructiva que durante años mantiene la alianza noratlántica para alcanzar un indiscutido dominio político y militar en los asuntos europeos y mundiales.

Y deja la puerta abierta para negociar: Al margen de la complejidad del momento actual, estamos convencidos de que si, incluso en el periodo de confrontación de bloques, podíamos encontrar soluciones a los problemas, con más razón podemos hacerlo ahora que los estados de Eurasia no están enfrentados por contradicciones ideológicas.

Pero para ello, advierte, hay que despolitizar la comprensión de los procesos contemporáneos y tratar de ver más allá del horizonte de hoy en interés no de un club exclusivo de países, sino de todos los pueblos de Europa sin excepción.