Opinión
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México SA

Empleo precario

Annus horribilis

Javier Valdez, doloroso asesinato

E

l descenso de la tasa oficial de desocupación (que no de desempleo) y el incremento en el número de plazas formales registradas en el IMSS son un par de logros permanentemente presumidos por la administración peñanietista, la cual con ello quiere demostrar que las cosas marchan de maravilla. Sin embargo, el número real de las plazas generadas está en el aire, porque todo indica que la mayoría de ellas en realidad sólo se formalizaron, es decir, existían, pero en el ámbito de la informalidad. Si bien esto es positivo, pues permite el acceso a las instituciones de seguridad social, no alcanza para dejar a un lado la cada vez más radical política de precarización laboral.

En este contexto, la Cepal y la Organización Internacional del Trabajo divulgaron su informe más reciente sobre la Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe, en el que subrayan que en 2016 la región latinoamericana y caribeña sufrió el mayor aumento de la tasa de desempleo urbano de los pasados dos decenios. Si bien este incremento, de 7.3 por ciento en 2015 a 8.9 en el año siguiente, fue resultado, en buena parte, del desempeño del mercado laboral brasileño, la mayoría de los demás países de la región también enfrentaron un deterioro de sus mercados laborales.

Del informe referido se toman los siguientes pasajes. En este segundo año consecutivo de contracción del producto regional, la tasa de ocupación urbana cayó marcadamente 0.7 puntos porcentuales, principalmente por la debilidad en la generación de empleo asalariado, que disminuyó 0.5 por ciento en el promedio ponderado. La continua debilidad en la generación de empleo incidió en una reversión de la caída de la tasa de participación que se había observado durante los dos años anteriores, pues muchos hogares sintieron el impacto de un mercado laboral deteriorado y aumentó el número de miembros que buscaron un trabajo remunerado.

La mayor presión desde los hogares se expresa no solamente en el incremento de la tasa de desempleo, sino también en el del trabajo por cuenta propia que, ante una débil generación de empleo asalariado, se caracteriza por ingresos bajos e inestables. Esto implica un deterioro de la calidad media del empleo que se refleja también en las bajas tasas de crecimiento del empleo registrado (que en varios casos son negativas) y en aumentos salariales más bajos. El importante deterioro del mercado laboral brasileño, cuya tasa de desempleo urbano aumentó 3.7 puntos porcentuales, incidió marcadamente en los datos regionales.

En un contexto de bajo crecimiento generalizado, principalmente en América del Sur, los demás países de la región también registraron desmejoras laborales, aunque de menor envergadura. Si se excluye a Brasil, en el promedio simple de los países latinoamericanos la tasa de desempleo subió 0.7 puntos porcentuales, mientras en los países del Caribe de habla inglesa y holandesa incluso se registró, en promedio, una caída de 0.6 puntos porcentuales de la tasa de desempleo. En vista de que el empleo es la llave para reducir la pobreza, y tomando en cuenta la excesiva desigualdad en la región, las tendencias laborales recientes son altamente preocupantes. En efecto, se han frenado los avances en el combate de estos flagelos, lo que constituye un llamado a multiplicar los esfuerzos para promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, como se establece en el Objetivo de Desarrollo Sostenible.

El quebranto de las condiciones laborales tiende a afectar, sobre todo, a grupos vulnerables como las mujeres, los jóvenes con un bajo nivel de educación y a los inmigrantes, muchos de los cuales se desempeñan en ocupaciones precarias. Una masiva emigración laboral refleja serios problemas en los países de origen de los migrantes, y desde hace varias décadas América Latina y el Caribe es una región de emigración neta. Sin embargo, por diferentes motivos, recientemente la emigración intrarregional se ha desacelerado y, en términos relativos, la migración intrarregional ha ganado relevancia.

Poco se sabe actualmente de las características de la inmigración hacia países de la región y la inserción laboral de estos inmigrantes. Existen diferencias significativas entre los países con movimientos migratorios recientes relativamente masivos y aquellos donde los indicadores reflejan el peso de migraciones laborales del pasado y de otras modalidades de migración. Destaca que en los casos en que hay más presencia relativa de inmigrantes, predomina la migración de personas con un nivel educativo menor que el de la población nativa, y se desempeñan generalmente en ocupaciones y rubros que requieren menores niveles de calificación y son poco atractivos para la población local.

En cambio, en países con menor proporción de inmigrantes respecto de la población total destaca una migración de personas con niveles educativos relativamente elevados y cuyas condiciones laborales, en promedio, parecen ser mejores que las de los trabajadores nativos. En los países con fuertes flujos migratorios, los inmigrantes tienen ingresos medios más bajos que los de los nativos, sufren elevados niveles de informalidad laboral y tienen cobertura de seguridad social significativamente más baja que los ocupados nativos.

Destaca la baja cobertura en el caso de las mujeres migrantes. Estos resultados ponen de relieve la importancia de fortalecer los mecanismos de integración laboral, para lo que es indispensable una perspectiva de género. Para este año se proyecta leve mejoría del desempeño económico a escala regional, con una tasa de crecimiento de 1.1 por ciento, después de dos años de contracción del producto. Si bien se trata de una mejora indiscutible, es claramente insuficiente para revertir el deterioro registrado en los mercados laborales en 2015 y 2016.

Las rebanadas del pastel

Doloroso y abominable el asesinato de Javier Valdez Cárdenas, corresponsal de La Jornada en Sinaloa. Los dos crímenes (el organizado y el institucionalizado) a los periodistas les colocaron la diana en la espalda. Sólo en lo que va de 2017 seis colegas han sido ultimados, dos de ellos de nuestra casa editorial: Miroslava Breach y ahora Javier Valdez, y las presuntas autoridades sólo ofrecen pretextos y más pretextos. El gobernador de Chihuahua, Javier Corral, no ha hecho absolutamente nada para detener a los responsables en el caso de Miroslava Breach, y es de esperar que el de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, tampoco. Un abrazo de despedida para el buen bato.