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Economía Moral

Investigaciones recientes avanzan en la comprensión del bienestar humano/ XIV

Huppert y So, resultados de bien-estar multidimensional en 22 países europeos

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ara aplicar la metodología multidimensional que desarrollaron (véase entrega del 5/5/17), Huppert y So (HyS) en Flourishing Across Europe: Application of a New Conceptual Framework for Defining Well-Being, clasificaron los países incluidos en la tercera ronda de la Encuesta Social Europea (ESE) en tres regiones, muy desiguales en términos del número de países: Europa del Norte (cuatro países: los tres escandinavos y Dinamarca); Europa Occidental y del Sur (11 países) y Europa del Este (seis países, todos del ex bloque socialista). Los 10 rasgos del bien-estar multidimensional (BEM), que también llaman HyS salud mental o florecimiento, los agruparon en dos factores mediante una técnica estadística de análisis factorial: 1) características positivas: estabilidad emocional, vitalidad, optimismo, poder de recuperación, emoción positiva y auto-estima; 2) funcionamiento positivo: involucramiento, aptitud, significado y relaciones positivas. Para “abordar la pregunta de qué tanto nos puede decir este enfoque acerca del florecimiento en comparación con un único rubro sobre la satisfacción en la vida, analizaron también las respuestas a la pregunta (incluida en la ESE) ¿Qué tan satisfecho está usted, actualmente, con su vida como un todo?. Al añadir esta pregunta a las otras 10, se conformó un tercer factor, que sólo incluye esta pregunta, al que llamaron evaluación positiva. Las respuestas a esta pregunta tuvieron bajos niveles de correlación con nueve de los 10 rasgos de BEM, pero muy alto (como era de esperarse) con emoción positiva que se capta con la pregunta Considerando todo, ¿qué tan feliz es usted?. HyS concluyen que emoción positiva (felicidad) y satisfacción con la vida, miden un constructo similar que se puede igualar con BE hedónico, mientras que los demás rasgos miden BE eudaimónico.

A partir de estos hallazgos, HyS adoptan una definición operacional de BEM, la cual en primer lugar debería indicar cuántos rasgos de cada uno de los dos primeros factores deberían estar presentes para que una persona pudiera considerarse en BE, floreciente o sana mentalmente. En cada uno de los rasgos se definió un umbral para definir su presencia o ausencia, mediante un procedimiento que describí en la entrega del 5/5/17. Dado que de los 10 rasgos originales sólo emoción positiva mide el aspecto hedónico (emocional) del BE, su presencia la definen como el primer requisito. Los otros dos requisitos son la presencia de todos (menos uno) de los rasgos de cada uno de los dos factores: ‘características positivas’ y ‘funcionamiento positivo’ que se refieren al aspecto eudaimónico del BE. El 15.8 por ciento de la muestra en los 22 países cumplió los tres requisitos, por lo que HyS concluyen que, en los 22 países, poco menos de la sexta parte de la población es floreciente, sana mentalmente o vive con BEM. Para comparar este porcentaje con el de alta satisfacción en la vida (ASV), calcularon, primero, la correlación entre ambas medidas (0.34), la cual es baja pero estadísticamente significativa. Si se establece como punto de corte mínimo (umbral) el puntaje ocho (de 10) en la escala de SV para obtener la categoría de ASV, 40 por ciento estaría en ASV, 2.5 veces la proporción en BEM, y si se establece como umbral de ASV el puntaje de nueve, la proporción sería el 18.1 por ciento, cercana a la de BEM, por lo cual éste fue el umbral que HyS adoptaron. Aunque las proporciones de población así obtenidas en ambos conjuntos son cercanas, las personas incluidas en cada uno son básicamente diferentes: en Europa como un todo sólo 7.3 por ciento estaba en BEM y en ASV. Es decir, la intersección de los conjuntos (7.3 por ciento) es la menor de las tres categorías que se conforman al sobreponer los dos conjuntos, como se muestra en el cuadro con las tres cifras en negritas. La población con ASV pero sin BEM es 10.8 por ciento del total, la que tiene BEM pero no ASV es 8.5 por ciento, y la menor es la que tiene tanto ASV como BEM: 7.3 por ciento. La proporción de la población europea que tiene ASV y/o BEM, es decir, la comprendida en la unión de los conjuntos, es 26.6 por ciento (suma de 10.8, 8.5 y 7.3), la cuarta parte de la población europea. Nótese que esto significa que casi las tres cuartas partes de la población (73.4 por ciento), ni reporta ASV ni vive en BEM (que se considera cuando la persona está por arriba de los umbrales en la mayor parte de los rasgos). Nótese que 7.3 por ciento de la población en la intersección (con SV y BEM) es sólo 27.4 por ciento (poco más de la cuarta parte) de 26.6 por ciento de la población ubicada en la unión de los conjuntos (con BEM y/o SV). Entre quienes están en BEM, poco menos de la mitad (46 por ciento) reportaron ASV; entre los que reportaron ASV sólo 38.7 por ciento tenían BEM. Si uno de los métodos selecciona correctamente a las personas con una buena vida, el otro no lo hace.

Los autores describen los resultados obtenidos para BEM en los 22 países europeos, los cuales se muestran en la gráfica. Los resultados extremos resultaron altamente coincidentes con la regionalización. Los países de Europa del Norte están todos en el tercio superior de la distribución, destacando Dinamarca, el país mejor situado, en el cual la proporción de BEM es de 40.2 por ciento, 10 puntos por arriba del segundo lugar, Suiza. En contraste, los siete países de Europa del Este están entre los nueve países peor situados. El país peor situado resultó Portugal. Los autores también analizan los perfiles de los países en términos de los rangos que ocupan en cada uno de los 10 indicadores. Encuentran una gran variabilidad. Mientras Dinamarca obtuvo el primer rango (mejor nivel) en cinco de los 10 indicadores, Eslovaquia y Portugal obtuvieron altos rangos (bajos niveles de BE) en casi todos. En otros casos, sin embargo, aparecen fuertes contrastes. Por ejemplo, España ocupa el rango uno (el mejor) en auto-estima, pero el 22 (el peor) en vitalidad y en aptitud. Queda pendiente la discusión de la metodología y de los resultados, a lo cual los autores dedican mucho espacio.

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