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Luego de 41 años esa ópera volvió a Europa y se estrenó en el Teatro Real de Madrid

Bomarzo, de Ginastera, se verá desde una pantalla en Bellas Artes

Mañana será transmitida en alta definición, con sonido digital y de manera gratuita a un costado del máximo recinto cultural del país

Pier Francesco Orsini, personaje principal de esa historia, aparece como un hombre jorobado, deforme y atormentado; lo interpreta John Daszak

Foto
Escena de la ópera del compositor argentino Alberto Ginastera (1916-1983), que hace unos días concluyó funciones en la capital española y este sábado se podrá disfrutar en Ciudad de México, como parte del programa La cultura a-pantallaFoto Javier del Real/ Teatro Real
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 12 de mayo de 2017, p. 3

Madrid.

La ópera Bomarzo, del compositor argentino Alberto Ginastera (1916-1983), se volvió a escuchar en Europa tras permanecer 41 años en silencio.

El estreno en el Teatro Real se efectuó el pasado 24 de abril y las funciones concluyeron el 7 de mayo.

Ahora, en México, esa coproducción del Teatro Real de España y la Ópera de Amsterdam se transmitirá en alta definición, con sonido digital y de manera gratuita en la pantalla gigante instalada en el corredor Ángela Peralta, a un costado del Palacio de Bellas Artes, este sábado a las 19 horas dentro del programa La cultura a-pantalla, informa el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

El delirio renacentista de un sueño homérico. El afán de inmortalidad del hombre frente a la finitud de la muerte y el canto embriagador de la penumbra. El sexo, la locura, la herida abierta de la ira, el vacío de la penumbra y el alarido de amor no correspondido. Todo eso pasa en Bomarzo.

Una pieza musical que desató la ira y la censura de la dictadura en Argentina, cuando en 1967, tras su estreno en el Teatro Colón, cuando Juan Carlos Onganía, entonces dictador en ese país sudamericano, ordenó que no se volviera a representar semejante indecencia que le había obligado a mandar a confesar a mi mujer y a mis hijas.

Renacentista ilustrado

En Bomarzo, donde la música es atonal, de escritura modal y renacentista, se evocan algunas de las grandes pasiones y recovecos más enigmáticos de un personaje apasionante de la historia italiana: el duque Pier Francesco Orsini, noble que mandó construir en un bosque que llamó Bomarzo, a unos 100 kilómetros de Roma y quizá uno de los lugares más inquietantes y bellos de la región, un bosque de inmensas estatuas de piedra.

Era el siglo XVI y los nobles estaban obligados a financiar grandes ejércitos, pagar a la Iglesia y la corona a cambio de protección e impunidad. Pero Orsini, renacentista ilustrado, decidió hacer sus propios proyectos; como el bosque de las estatuas de piedra gigante, que llamó Sacro Bosco también conocido como Parco dei Mostri (Parque de los monstruos), o el apoyo a empresas que se aventuraban en la indagación de la inmortalidad o simplemente en apoyar y dar techo y comida a artistas que se dedicaran con libertad a desarrollar sus creaciones.

El bosque de Orsini es además una de las máximas representaciones del manierismo, que con el paso del tiempo se convirtió en un lugar de culto de algunos de los grandes creadores del siglo XX, como Salvador Dalí, Jean Cocteau, André Breton, Michelangelo Antonioni y Luchino Visconti. También de escritores, como el argentino Manuel Mujica Láinez quien, a partir de esas intrigantes figuras pétreas, escribió su célebre novela Bomarzo.

Mujica Láinez es el autor del libreto de la ópera de Ginastera, quien a pesar de su aparente conservadurismo moral se convirtió en uno de los compositores más vanguardistas y revolucionarios de América Latina de la segunda mitad del siglo XX, enarbolando la música dodecafónica y atonal.

Bomarzo se estrenó el 19 de mayo de 1967 en el Lisner Auditorium de Washington con rotundo éxito y poco después se presentó en Nueva York y Los Ángeles, también con grandes elogios a la arriesgada y bella propuesta musical, así como a la atrevida y sugerente historia creada por Mujica Láinez y Ginastera.

Un éxito que también vino impulsado por el escándalo de la censura que sufrió en el Teatro Colón de Buenos Aires, donde tuvo una función el 7 de julio de 1967, en la que, entre los espectadores, estaban el dictador Onganía y su familia. Entonces llegó la orden de retirarla para resguardar la moralidad pública. Finalmente se estrenó en Argentina en 1972 y desde entonces volvió al Teatro Colón en 1984, 2003 y 2016.

Calurosa respuesta del público

El estreno en el Teatro Real de Madrid tuvo también calurosa respuesta del público, incluso a pesar del lenguaje poco convencional y lo arriesgado de la propuesta escénica, obra de Pierre Audi, que destaca por su lenguaje visual explosivo en el que hay un movimiento permanente de luces, personajes y sonidos que mutan junto con los delirios del duque de Orsini, representado como un hombre jorobado, deforme y atormentado.

La dirección musical es de David Afkham, quien debuta en el Teatro Real; el reparto lo integran John Daszak, Germán Olvera, Damián del Castillo, James Creswell, Hilary Summers, Milijana Nikolic, Nicola Beller Carbone, Thomas Oliemans y Albert Casals, así como el Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real.