Desangelado empezó el festejo por el Día de las Madres en la plaza Garibaldi, donde después del mediodía a cuentagotas llegaban las familias a solicitar las tradicionales Mañanitas a los mariachis, que se disputaban los pocos asistentes.

Los días entre semana no son muy buenos, porque mucha gente trabaja, pero el año pasado hubo más movimiento; esperamos que en la noche se anime un poco, expresó Ricardo Iván Chávez, quien toca la vihuela en uno de los grupos musicales.

A diferencia de otros años, donde solían contratar hasta una hora de canciones, la mayoría de los visitantes sólo pedía Las Mañanitas, que en el regateo podían bajar de 200 a 150 pesos.

De Santa María la Ribera llegó Yadira Guerra, su esposo y sus dos hijos, quienes decidieron festejarla con un desayuno en un restaurante de una plaza comercial y una canción de mariachi. Fue una sorpresa que decidieron hacer para mí, porque no hay para más, expresó.

Sentadas en una banca de la plaza, Carmen y María, de 74 y 75 años de edad, decidieron festejarse solas. Le dije a mi amiga, vente, vámonos temprano a ver hasta dónde llegamos. Nos bajamos en el Metro y caminamos. Nada más escuchamos un ratito y nos regresamos, apuntó.

Otros llegaron solos, pidieron Las Mañanitas y vía teléfono celular hicieron llegar la imagen y el sonido a sus progenitoras.