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Veinte mil menos que en 2016, informa la Secretaría de Cultura de Ciudad de México

El Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional recibió 120 mil visitantes
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Lectores en la jornada final, ayer, del Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional. Algunos representantes de sellos editoriales manifestaron que las ventas disminuyeron en contraste con las del año pasado. Sin embargo, la Secretaría de Cultura capitalina consideró que se cumplió con la finalidad del encuentroFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Miércoles 19 de abril de 2017, p. 8

La afluencia del decimoprimer Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional fue de 120 mil personas, 20 mil menos que el año pasado, según cifras preliminares de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México (CDMX).

Pese a la disminución de visitantes, las autoridades capitalinas se dicen satisfechas con la respuesta a las ocho jornadas del encuentro y consideran que se cumplió con poner a disposición del público miles de ejemplares fuera de catálogo con descuentos del 30 al 80 por ciento del valor comercial.

El Gran Remate de Libros es un acto consolidado. Ha encontrado ya su lugar como parte de la agenda cultural de la Semana Santa en la Ciudad de México, dijo en entrevista Déborah Chenillo, coordinadora de vinculación cultural comunitaria de la dependencia capitalina.

Estamos muy contentos, muy satisfechos con esta edición 11 del Gran Remate. La presencia editorial es cada vez más fuerte. Este año tuvimos 700 sellos, distribuidos en 250 expositores.

Disminución de lectores y ventas

Un sondeo efectuado por La Jornada entre algunos de los expositores arrojó una visión menos optimista, al estimar que la disminución de visitantes y ventas fue considerable.

Eso ocurrió en los módulos de la editorial Artes de México y de Ediciones B, cuyo responsable de este sello, de nombre Alberto, comentó que en este 2017 las ventas fueron menores para en relación con 2016.

Este año bajamos un poco más los precios y por eso la utilidad para la editorial no fue tanta. Pero, al fin y al cabo, ese es el objetivo del Gran Remate: se hace para beneficio de las personas, no de nosotros, dijo el representante editorial; aclaró que participaron con cerca de mil títulos y 15 mil ejemplares, con descuentos en promedio de 70 por ciento del valor de lista.

Sí resentimos la baja de visitantes. Sobre todo afectó los días que hubo lluvia; quizá el público se asustó y no quiso salir de sus casas. Por fortuna, a nosotros nos ayuda que somos una editorial grande y que nos buscan mucho.

Para Ediciones Océano, en voz de su representante Carlos Alberto Gómez, este año no mostró grandes cambios respecto del anterior, tanto en asistencia como en ventas.

No sé que tan alarmante sea, porque se supone que un acto siempre tiene que ir al alza en todos los sentidos. Que al menos se mantenga en los mismos términos, de entre los males, es el menor; esperemos que el siguiente año nos pueda ir mejor, dijo, no sin antes valorar la importancia social de este encuentro editorial único, a su decir, en México.

El Gran Remate de Libros es un escaparate necesario, sobre todo para que los jóvenes y los que menos tienen puedan acercarse a la cultura y los libros. Tiene muchas ventajas, desde los precios hasta tener como sede el Auditorio Nacional, lugar muy bello, de muy fácil acceso, tanto en automóvil como en transporte público, y en el que no se cobra por entrar.

Una posición similar a la anterior fue la de Eduardo Insúa, encargado del módulo de Quindecim, empresa mexicana especializada en la edición y distribución de discos compactos de música de concierto y ópera, que este año participó por primera vez.

Estamos muy contentos y satisfechos por lo que logramos. Es muy importante que ferias como ésta existan, porque ofrecen muy buenos precios al alcance del público, apuntó.

La verdad, la cultura es un poco cara y nos piden a los expositores que demos buenos descuentos, y eso es muy importante para la gente: puede comprar más productos culturales.

Según Déborah Chenillo esta cita libresca es una espléndida oportunidad para la industria editorial, porque la velocidad de distribución con la que los libros pasan por un punto de venta muchas veces es más rápida a la que necesitaría el libro para posicionarse con un público o un mercado.

La funcionaria cultural consideró que toda vez que este encuentro editorial está consolidado, es momento de que sus organizadores (el Auditorio Nacional, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana y la Secretaría de Cultura de Ciudad de México) se sienten a analizarlo y considerar cómo mejorar.

Como Secretaría de Cultura nos pone en la mesa ciertas reflexiones de que tendríamos que tomar decisiones para la próxima edición, añadió.

Creo que cuando un acto se consolida de esta forma es bueno ver qué está funcionando, qué se puede mejorar, qué habría que modificar. Pero antes hay que recapitular. Es un momento importante para el Gran Remate, en que este tipo de actividades nos muestran que la gente las reclama.