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Saludos a mister Trump
U

na tras otra, cinco mujeres toman la palabra en su lengua. Son comandantas del EZLN. Amada lo hace en chol. Everilda en tojolabal. Yésica en tzoltzil. Miriam en tzeltal. Y Dalia en castilla. Mandan un saludo al presidente de Estados Unidos: ¡Vete a la chingada, Trump! Galeano se encarga de traducirlo al inglés: “ Fuck you, Trump!”

Así comenzó el seminario Los muros del capital. Las grietas de la izquierda, realizado por el EZLN en las portentosas instalaciones de Cideci/Universidad de la Tierra, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, entre el 11 y el 16 de abril pasados. Un acto que tuvo como objetivo principal darle un abrazo colectivo a don Pablo González Casanova, de quien les enorgullece la compañía de su paso, su palabra crítica y, sobre todo, su compromiso sin tibiezas ni dobleces.

El seminario fue parte de la campaña mundial: Frente a los muros del capital: la resistencia, la rebeldía, la solidaridad y el apoyo de abajo y a la izquierda, convocada por los rebeldes chiapanecos. Su objetivo consiste en llamar a la organización y la resistencia mundial, frente a la agresividad de los grandes dineros y sus respectivos capataces en el planeta, y que aterroriza ya a millones de personas en todo el mundo.

Organizada en el contexto de la llegada a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump, convoca a organizarse con autonomía, a resistir y rebelarse contra las persecuciones, detenciones y deportaciones. Sostiene que cada ser humano tiene derecho a una existencia libre y digna en el lugar que mejor le parezca, y tiene el derecho a luchar para seguir ahí.

El mandatario estadunidense fue recordado a lo largo de todo el encuentro. En muy interesantes trabajos, Gilberto López y Rivas, Tom Hansen y Sergio Rodríguez analizaron la naturaleza del proyecto trumpista. El 14 de abril, mientras leía la ponencia Lecciones de geografía y calendarios globalizados (https://goo.gl/NPvB8Y), el subcomandante Galeano colocó sobre la mesa una figura de madera de mister Trump que fue derribada por una muñeca de tela que representa a la niña Defensa Zapatista.

“Cuando Trump habla de recuperar las fronteras de EU –leyó Galeano– es la de México, pero la mirada del finquero apunta a territorio del mapuche. La lucha de los originarios no puede ni debe circunscribirse a México, debe alzar la mirada, el oído y la palabra, e incluir todo el continente, desde Alaska hasta Tierra de Fuego.”

Un par de días antes, en el arranque del encuentro, el subcomandante Moisés explicó, en una ponencia titulada El mundo capitalista es una finca amurallada, cómo el planeta entero se está convirtiendo en una finca y los gobiernos nacionales en capataces que simulan poder e independencia. “Porque el que manda –señaló– ya no es el que manda. El que manda son el patrón capitalista. Esos gobiernos que se dicen: el de Peña Nieto, el de Guatemala, que el de El Salvador y todo lo demás son capataces. Los mayordomos: los gobernadores. Los presidentes municipales son los caporales. Todo está al servicio del capitalismo”.

La llegada al poder de Trump representa una nueva amenaza para quienes han emprendido el éxodo al vecino país del norte. El mismo Moisés, en un discurso titulado Café organizado contra el muro (https://goo.gl/CCcbG1) expresó su apoyo a los que han emigrado a Estados Unidos, debido a la pobreza y violencia en su lugar de origen, donde los explotan, reprimen y despojan, como en una finca de hace 100 años. “Los migrantes –puntualizó– no se fueron porque quisieron, sino porque ya no pudieron estar en su finca, mejor conocida como país”.

Ante esta emergencia, los zapatistas decidieron solidarizarse con los migrantes del otro lado de la frontera. Lo harán donándoles a sus luchas 3 mil 791 kilos de café tostado (5 mil kilos en pergamino). Son iguales que nosotros, asegura Moisés. Hay que apoyar a los que nos apoyaron. Nos toca decirles que luchen con resistencia y con rebeldía, porque ya no les queda de otra.

Café contra el muro es un formidable ejemplo de cómo los rebeldes chiapanecos están cambiando las relaciones sociales, poniéndolas de cabeza. El aromático fue durante muchos años un cultivo de finca destinado a la exportación que se convirtió en un producto campesino e indígena porque los jornaleros que lo cosechaban en condiciones de explotación salvaje lo hicieron un cultivo propio en sus parcelas. También, por la acción combinada de la reforma agraria y el extensionismo estatal.

Desde hace casi tres décadas, los pequeños productores comenzaron a apropiarse de la cadena productiva y a exportar su grano sin intermediarios. Los mejor organizados lograron entablar relaciones de cooperación con consumidores conscientes de países del norte para tratar de construir un mercado justo.

Los caficultores zapatistas dieron un un salto en estas experiencias al organizarse y funcionar sin recibir un solo centavo de ayuda gubernamental. Trabajando en colectivo, derrotaron a los coyotes locales y comenzaron a adquirir paulatinamente infraestructura para industrializar su grano. Desde hace años, colectivos trasnacionales cercanos a ellos, adquieren el café pagando precios por arriba de los del mercado internacional.

Hoy, los zapatistas le han dado la vuelta a la tortilla a esa relación, y, de ser beneficiarios de la solidaridad internacional, se han convertido, a pesar de la escasez material con que viven, en generosos donantes. No dan lo que les sobra. Necesitamos ayudarnos entre los de abajo, para demostrar que no necesitamos a los que dan apoyo condicionado, señaló Moisés.

En el camino, han formado cooperativas como Yach’il Xojobal Ch’ulchan (Nueva Luz del Cielo), con presencia en más de ocho municipios de los Altos, y oficinas en San Cristóbal de las Casas. Además del aromático, comercializan miel, cacao y té limón.

Explican el avance de su proyecto como sueños que se van realizando. Y, cuando se les pregunta cómo es que le hacen para que el café, que sirve para no dormir, produzca tantos sueños, responden: no descansamos, somos los hombres murciélago, los hombres de la noche.

Ahí lo mandan a saludar, mister Trump...

Twitter: @lhan55