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Financió campañas presidenciales y obtuvo contratos de grandes obras de manera ilegal

Odebrecht pagó 3 mil 300 mdd en sobornos a funcionarios de 10 países

La otrora exitosa firma de ingeniería rutinariamente entregaba dádivas a políticos de varias naciones

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Marcelo Odebrecht, ex director general de Odebrecht, en un video dado a conocer el miércoles pasado por la Suprema Corte de Brasil como parte del caso de corrupción denominado Lava Jato (lavado de autos)Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Domingo 16 de abril de 2017, p. 14

Sao Paulo.

La constructora Odebrecht pagó cerca de 3 mil 300 millones de dólares en sobornos entre 2006 y 2014 para financiar campañas políticas y pagar por beneficios a cambio de obras en al menos 10 países, incluido México.

El ex director general del gigante brasileño de la construcción Marcelo Odebrecht aseguró que la compañía ayudó a financiar la campaña del ex presidente peruano Ollanta Humala, con aproximadamente 3 millones de dólares.

Otro ex directivo de Odebrecht, Hilberto Mascarenhas Alves da Silva Filho, quien era el operador de la Oficina de Operaciones Estructuradas, encargada de pagar los sobornos, según la investigación ministerial, dijo a los fiscales que Odebrecht pagó cerca de 3 mil 300 millones de dólares en sobornos entre 2006 y 2014 para financiar campañas políticas y pagar sobornos a cambio de obras en al menos 10 países, entre los que se cuenta México.

Los testimonios quedaron sin secreto de sumario después de que el juez Edson Fachin autorizó la investigación de ocho ministros del actual presidente Michel Temer, 12 gobernadores y decenas de legisladores federales implicados en el caso, descubierto hace tres años dentro de una investigación por sobornos en la petrolera estatal Petrobras.

Por separado, en un testimonio presentado esta semana a los fiscales, Marcelo Odebrecht informó que la compañía aportó 3 millones de dólares a la campaña de Humala, que fue electo presidente de Perú en 2011.

La constructora Odebrecht se encuentra en medio de la mayor investigación de corrupción en la historia de Brasil. La pesquisa, conocida como Lava Jato (Operación Lavacoches), ha revelado de antemano el pago de miles de millones de dólares en sobornos a políticos de parte de compañías brasileñas.

Esta semana se dieron a conocer varios testimonios obtenidos en acuerdos de culpabilidad, como parte de una iniciativa de un juez del Supremo Tribunal Federal para arrojar luz sobre la manera en que Odebrecht –otrora la firma de ingeniería más exitosa de América Latina– pagaba rutinariamente a funcionarios en Brasil y otros países a cambio de contratos.

Un ex ejecutivo de Odebrecht testificó esta semana que la compañía donó 1.5 millones de dólares a la campaña de Mauricio Funes, que posteriormente fue presidente de El Salvador de 2009 a 2014.

Temer de nuevo señalado

Los investigadores a cargo de la megacausa de corrupción conocida como Lava Jato pidieron acceder a los registros de entradas y salidas de la residencia en 2014 del ahora presidente de Brasil para indagar su posible implicación en hechos delictivos.

Según informan los principales medios del país, los investigadores quieren saber si Temer efectivamente recibió a Marcelo Odebrecht el 28 de mayo de 2014 en el palacio de Jaburu, la residencia del vicepresidente en Brasil. La policía federal ya fue autorizada para cumplir la diligencia.

Ese día, de acuerdo con la información brindada por integrantes de la empresa Odebrecht que están siendo investigados por la Justicia brasileña, Temer habría participado de una cena con el entonces director general de la constructora, Marcelo Odebrecht, y con Claudio Melo Filho, director de relaciones institucionales de la compañía. En esa cita se habría acordado un millonario pago de sobornos.

En esa reunión también participó al parecer Eliseu Padilha, ministro jefe de la Casa Civil y amigo personal de Temer. Padilha también está siendo investigado.

De acuerdo a la información que maneja la fiscalía, el soborno habría sido de 10 millones de reales (unos 3 millones de dólares) y habría ido dirigido al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), al que pertenecen Temer, entonces vicepresidente con Dilma Rousseff, y Padilha.

El miércoles pasado, Temer ya había sido acusado por un ex ejecutivo de Odebrecht de participar de una reunión en 2010 en la que se había acordado supuestamente otro millonario pago de sobornos a su partido.

Eso jamás ocurrió, aseguró Temer el jueves en un video publicado en su cuenta de Twitter respecto a esa supuesta reunión de 2010. El presidente, sin embargo, admitió que existió un encuentro con un representante de una de las mayores empresas del país, pero que no se habló de valores financieros o asuntos turbios.

Las revelaciones publicadas esta semana sobre las prácticas de la empresa generaron un enorme revuelo en Brasil, debido a que dejaron en evidencia la supuesta magnitud de la corrupción en la altas esferas del poder político en el país.

La Corte Suprema autorizó investigaciones contra más de 100 políticos, más de 70 de ellos aforados. En el grupo están, entre otros, ocho ministros del Gobierno de Temer y los cinco ex presidentes brasileños vivos.

Odebrecht pagó cerca de 3 mil 300 millones de dólares en sobornos en los nueve años hasta 2014, según un testimonio citado por medios locales el sábado.

A través de la División de Operaciones Estructuradas, departamento creado específicamente con el fin de pagar a políticos y otros para obtener contratos de obras públicas, Odebrecht pagó hasta 730 millones de dólares anuales en 2012 y 2013, los años en que se registraron los pagos más elevados, según una hoja de cálculo que al parecer entregó un ex ejecutivo a los investigadores como parte de un acuerdo de culpabilidad.

La cifra de 3 mil 300 millones de dólares, así como los pagos anuales incluidos en la hoja, fueron publicados el sábado por el sitio de noticias G1, del grupo mediático Globo, y por Estado de S. Paulo.

Odebrecht, cuyo ex presidente ejecutivo está encarcelado desde 2015 en el marco de la pesquisa, negoció un amplio acuerdo de culpabilidad con los investigadores brasileños el año pasado, abriendo la puerta al interrogatorio de unos 80 ejecutivos y empleados de la firma.