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Propone Sirin Adlbi quitar del centro del discurso lo occidental y cristiano

Experta: sin proponérselo, reproduce el feminismo visión colonial y patriarcal
 
Periódico La Jornada
Jueves 6 de abril de 2017, p. 13

Sin proponérselo, el feminismo muchas veces utiliza categorías de análisis que reproducen la visión colonial y patriarcal de la realidad, por lo que es necesario construir un nuevo discurso que se aleje de los que ponen en el centro del mundo lo occidental y lo cristiano, como si fuera superior a otras cosmovisiones, señaló la investigadora Sirin Adlbi Sibai.

La también activista se encuentra en México para promover su libro La cárcel del feminismo: hacia un pensamiento islámico decolonial (Editorial Akal), donde cuestiona las trampas epistemológicas y discursivas del feminismo, que en muchas ocasiones reproducen los mismos vicios que critican.

“Soy consciente de que es un título muy polémico y podría llevar a malentendidos, pero es muy necesario un shock, un impacto que nos haga cuestionarnos de una vez por todas el orden de los discursos en que estamos habituados a ver colocadas las cosas”, señaló la pensadora hispano-siria en entrevista con La Jornada.

Añadió que la cárcel a que hace referencia en su libro es la que se construye de forma violenta, pero mperceptible en el campo de lo cognitivo y lo epistemológico, y mediante la cual los discursos hegemónicos del feminismo, el género y el desarrollo invisibilizan las estructuras coloniales e imperiales de antaño.

A diferencia de aquellos donde se hablaba de la oposición entre civilizados y bárbaros, en los discursos posteriores a la Segunda Guerra Mundial se habla de pueblos desarrollados y subdesarrollados, democráticos e incapaces de democratizarse.

Al dar por válidas esas categorías sin ninguna crítica, explica Sirin Adlbi Sibai, el feminismo hegemónico invisibiliza las estructuras del poder colonial, con sus mismas jerarquías raciales y sociales, pero con nuevas formas.

De esta manera, señala, se da una coartada a los intereses de las potencias coloniales e imperiales que fueron a Afganistán e Irak en nombre de la liberación de las mujeres, sin mencionar que en realidad las tropas invasoras iban a explotar los recursos naturales de esos países.

“Todos los discursos del feminismo hegemónico sobre una supuesta musulmana con hiyab (velo que portan en la cabeza), son de una mujer prototípica, subdesarrollada, analfabeta, pasiva y sexualmente reprimida. Un ‘no sujeto’, un objeto de estudio y catalogación que será el constructo transversal de la islamofobia”, subrayó la doctora en estudios internacionales por la Universidad Autónoma de Madrid.

Al estereotipar de esa manera a las musulmanas como personas atrasadas o víctimas, se produce además lo que se llama el efecto del salvaje en el espejo o efecto bumerán, pues nos devuelve la imagen de una mujer occidental muy libre, que invisibiliza que todavía una de cada tres mujeres de Europa y América del Norte sufre agresiones sexistas, machistas y patriarcales.

Fue enfática en ese punto: “los discursos que crean ‘no sujetos’ lo que hacen es robar la voz a los sujetos colonizados, los invisibilizan. En el mismo lugar en que se habla por ellos, se les roba la voz y la posibilidad de ser en el mundo. Se falsifica su existencia”.

Por todo ello, propone trascender la supuesta incompatibilidad entre feminismo e islam –tomando en cuenta la enorme diversidad y riqueza de esta cultura– y evidenciar el racismo subyacente en las teorías occidentalocéntricas y cristianocéntricas, que han sido elevadas a un supuesto lugar de objetividad y universalidad que en automático descalifica a otras formas de entender el mundo como subalternas e inferiores.