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Negocios y Empresas

Netflix se come a la televisión tradicional

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na revolución silenciosa se presenta en la televisión, que a mediano plazo llevará a pérdidas e incluso quiebras de cadenas de televisión de todo el mundo.

Esta revolución la llevan a cabo las firmas de video bajo demanda por Internet conocidas como over the top (OTT), bajo el liderazgo de Netflix, seguida por Amazon. En los países desarrollados la tendencia es que los televidentes tradicionales cancelen sus suscripciones en televisión de paga. Además, algunas productoras importantes, como la BBC, dejan la televisión tradicional para distribuir sus contenidos a través de plataformas digitales.

En el caso de México, los suscriptores de plataformas OTT se acercan a 7 millones de personas, mientras la televisión de paga cuenta con cerca de 21 millones, es decir, ya es la tercera parte de las que contratan servicios OTT frente a la televisión de paga. Pero mientras esta última se encuentra estancada o con una tendencia a la baja, los servicios OTT han crecido a un ritmo de 40 por ciento anual en cinco años.

Desde el punto de vista de las inversiones a escala mundial, las empresas OTT cuentan con recursos que no tienen las productoras de cine y de televisión. Netflix producirá este año 70 programas o series, y entre programación original y adquisiciones invertirá 6 mil millones de dólares, recursos que ni de lejos acerca otra compañía. Además, a escala global esta empresa cuenta con 94 millones de suscriptores, con crecimientos anuales cercanos a 25 por ciento.

Otro elemento a destacar es que mientras las televisoras tradicionales requieren permisos y regulaciones de cada país en el que operan, Netflix, Amazon, Hulu y demás compañías OTT, al transmitirse por Internet, no requieren concesiones especiales por cada país y llegan a escala global, lo que les da una gran ventaja tanto en libertad de operación como en el número de usuarios que las ve, lo mismo en México o Estados Unidos, que en Japón, Europa o cualquier país del mundo libre.

Esta revolución en la transmisión de contenidos audiovisuales, que no se restringe a la televisión sino que se amplía a cualquier computadora o teléfono inteligente, es un cambio irreversible que perjudica a todas las cadenas de cine y de televisión tradicionales.