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Muchas lenguas sólo las hablan personas mayores: experta de la Universidad McGill de Montreal

Lingüista consultora de Arrival advierte contra la extinción de cientos de idiomas
Foto
Fotograma de la cinta de Denis Villeneuve
The Independent
Periódico La Jornada
Viernes 31 de marzo de 2017, p. a10

Cuando se trata de la categoría de mejor película, los Óscares a menudo pasan por alto la ciencia ficción. El año pasado la Academia hizo una excepción al postular Arrival, de Denis Villeneuve, gracias a su compleja historia, su extraordinaria coreografía y su estupendo personaje central, Louise Banks, interpretada por la siempre brillante Amy Adams.

Finalmente perdió ante Luz de Luna, pero obtuvo la estatuilla por mejor edición de sonido, sobrepasando a la triunfadora de la noche, La La Land.

En la cinta –adaptación de un relato de Ted Chiang, Story of Your Life–, la Tierra es visitada por extraterrestres, conocidos por los humanos como heptápodos. Aparecen en enormes naves negras y, aunque no atacan a la humanidad, varios gobernantes los ven como una amenaza. Incapaz de comunicarse con los alienígenas, el ejército estadunidense emplea a la doctora Banks, maestra de lingüística, para traducir su lenguaje al inglés.

Comunicación con una forma de vida alienígena

Jessica Coon, profesora asociada del departamento de lingüística en la Universidad McGill de Montreal, Canadá, fue consultora de Arrival y ayudó a Villeneuve y Adams a caracterizar apropiadamente a la doctora Banks. Además de aportar detalles sobre el aspecto que debería tener la oficina del personaje, Coon revisó el argumento y conversó con los cineastas sobre cómo podría una lingüista comunicarse con una forma de vida alienígena.

La película acertó al mostrar el trabajo de campo, afirma Coon. Al principio del filme, ella es la primera persona que se quita el casco y trata en verdad de interactuar con los heptápodos en forma significativa. Como lingüistas, estamos interesados en las propiedades más abstractas del lenguaje, pero no podemos abordarlas directamente. Tenemos que interactuar con los hablantes de esas lenguas, sean humanos o alienígenas.

Al principio Banks hace preguntas sencillas, no complejas. Hay que entender primero las partes más pequeñas porque el margen de error es muy amplio y en este caso había mucho en juego. Queremos asegurarnos de que entendemos lo que se comunica y cuáles son las posibles ambigüedades.

En muchos aspectos, explica Coon, Banks traduce el lenguaje extraño como lo haríamos con una lengua extranjera. Primero se deja en claro que ambas partes quieren comunicarse. Un punto de arranque es mirar objetos comunes e intentar interpretar cómo cada grupo comunica lo que son. Por ejemplo, los científicos en Arrival bautizan a los dos heptápodos como Abbott y Costello. Luego de aprender cómo los alienígenas dicen esos nombres, Banks puede hacer como que camina y obtener de ellos la oración Costello camina. Al retirar la palabra conocida Costello, los científicos deducen la acción de caminar.

Pasar poco a poco de oraciones simples a complejas es una táctica usada al comunicarse entre lenguajes desconocidos, pero tratándose de lenguas humanas ya hay un gran trecho avanzado. Las lenguas humanas tienen ciertos puntos en común, señala Coon. “Sabemos cómo encontrar ciertas pautas, y al encontrar un terreno en común podemos hallar otros. El lenguaje humano parece estar ligado a otros aspectos de la cognición humana.

“Los humanos nacen equipados para aprender lenguas humanas y pueden hacerlo sin esfuerzo. Con lenguajes alienígenas no tenemos ese lujo. Sería una gran sorpresa si hubiera lenguajes similares al humano porque nuestro lenguaje está directamente ligado a nuestros genes –a nuestra humanidad–, así que podemos esperar que los lenguajes alienígenas sean muy distintos.”

Gramática universal

Esto nos lleva directamente a una teoría dominante en lingüística: la gramática universal. La idea, atribuida a menudo a Noam Chomsky, postula que el lenguaje humano está vinculado en forma innata a lo que nos hace humanos; que, en cualquier caso, los humanos desarrollarán lenguajes con ciertas propiedades en común. Los niños pequeños son muy inhábiles para hacer tareas básicas como anudarse los zapatos o sumar números, pero aprenden sin esfuerzo a tomar decisiones lingüísticas muy complicadas, explica Coon.

¿Qué hay de la evolución del lenguaje? ¿Han cambiado con el tiempo esas propiedades innatas? Sí hay cambios; por ejemplo, ya no hablamos latín. La gente habla de evolución de los idiomas, pero en realidad sólo cambian. Al menos, hasta donde tenemos registro, las lenguas humanas comparten propiedades fundamentales.

Caso Trump

Acerca del modo peculiar en que algunas personas usan su idioma –caso de Donald Trump y sus modismos–, Coon señala: no es cierto que una persona hable mejor que otra o que un idioma sea cualitativamente mejor que otro. Sólo son diferentes; algunos hablantes de un idioma tienen sentimientos respecto de otro idioma, pero son sólo sentimientos nacidos de sus estereotipos.

Otra idea interesante que investigan algunos lingüistas es el uso cada vez más extendido de los emojis. Aunque personas de generaciones mayores se preocupan de que esos símbolos se vuelvan parte de la vida cotidiana, no es probable que lleguen a remplazar el vocabulario por completo. Cualquier lengua humana puede expresar un número infinito de cosas, comenta Coon. Con los emojis no se tiene la misma complejidad de expresión; está uno bastante limitado. Entiendo que un grupo de personas deciden qué emoji se puede usar, y así no funciona el lenguaje. Si alguien empieza a usar una palabra y pega, esa es la forma. Con los emojis hay que negociar con un grupo para que funcione.

Lo que sí pone nerviosos a los lingüistas es el enorme impacto de Internet en el lenguaje. El inglés no corre peligro de ser remplazado por el emoji, señala, pero “se hablan más de 6 mil lenguas en el mundo y es probable que un gran porcentaje –entre 50 y 90 por ciento– ya no se hablen en los próximos cien años, a menos que algo drástico revierta la tendencia. Muchas lenguas están en peligro crítico porque sólo las hablan personas mayores y cuando mueran la lengua se habrá extinguido”.

Como el inglés, el español y el mandarín, entre otros, se extienden cada vez más, los hablantes de lenguas menos conocidas se inclinan menos a impartir ese conocimiento a futuras generaciones. A los lingüistas este fenómeno les preocupa desde los puntos de vista científico y cultural.

Desde una perspectiva científica, si nuestro objetivo como lingüistas es averiguar cómo funciona el lenguaje humano, no lo estamos haciendo muy bien si sólo miramos a un puñado de lenguas europeas íntimamente relacionadas. En lo cultural, hay comunidades en las que la lengua conlleva su identidad: se puede perder mucha información cultural si se pierde. Por ejemplo, muchas comunidades tienen nombres para distintas plantas medicinales que un lenguaje mayoritario, como el inglés o el francés, tal vez no tenga. Muchos estudios han mostrado que la salud de la lengua de una comunidad indígena se correlaciona con muchos otros factores de salud y bienestar.

Si bien es un periodo crítico para los idiomas y la lingüística, Coon espera que películas como Arrival interesen a las personas en el tema antes que sea demasiado tarde. Todo lo que se necesita para empezar es un hablante de la lengua en la que esté uno interesado, indica. Tomar clases o aprender acerca de la enorme diversidad de lenguas humanas, o entender cómo todas las lenguas son igualmente expresivas y valiosas: esas son las cosas que probablemente nos deje esta película.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya