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Alexandre de Maio aborda temas como la explotación sexual, el crimen y la violencia

Periodismo en cómic: dibujos para contar con más fuerza historias reales de Brasil

Es pionero en la realización de reportajes ilustrados; ahora hay más propuestas similares

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Quise usar la fuerza del dibujo para destacar lo que había que mostrar, dice De Maio, quien no estudió periodismo ni ilustración, pero es pionero y referencia en esta forma de informarFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Martes 21 de marzo de 2017, p. a11

Sao Paulo.

Alexandre de Maio dibuja para expresar con más fuerza las historias que quiere contar, como si las palabras no fueran suficientes para narrar el crimen, la violencia o la explotación sexual en Brasil.

Nació en Sao Paulo en 1978 y nunca estudió periodismo ni ilustración, pero editó durante una década una revista sobre la cultura hip-hop que se convirtió en referencia cuando Internet aún no era la avalancha de información que es hoy. Además es uno de los pioneros de esta forma de hacer reportajes ilustrados en un país donde la realidad suele estar varios pasos más adelante que la ficción.

El periodismo en cómic tiene la fuerza del dibujo, nos activa la memoria. Se pueden hacer temas muy complejos con ilustraciones que nos traen distintas referencias, por lo que tiene un impacto más rápido, asegura.

Está sentado en la terraza de su apartamento en un barrio antiguo de la zona norte de Sao Paulo, Casa Verde, al otro lado del río Tietê. A lo lejos se ven los grandes edificios del centro de la metrópoli. Cuando son temas peligrosos se puede preservar mejor la identidad de las personas, reconstituir escenas que no fueron registradas, añade.

A partir de 2010 De Maio ha publicado reportajes sobre temas indígenas, cárceles o violencia policial. También ha abordado la vida en las favelas o el deporte, así como el poliamor, éste último para la edición brasileña de Playboy.

En 2013 obtuvo apoyo del Premio Tim Lopes de Periodismo de Investigación para viajar a Fortaleza, en el noreste, para realizar un reportaje sobre tráfico y explotación sexual de niñas en vista del Mundial de Futbol de 2014. Trabajó ese proyecto junto con una reportera de la Agencia Pública, reconocido medio de comunicación alternativo. También ha colaborado para otros sitios como Catraca Livre o grandes diarios como Estado o Folha de S.Paulo.

Superpoderes

En 2016 lanzó en Francia las versiones de sus libros Desterro –publicado años antes con el escritor paulistano Ferraz– y Generación Favela, sobre jóvenes de los suburbios. Junto con dos corresponsales francesas que trabajan en Brasil presentó Je suis Rio (Yo soy Río), sobre saraos de poesía en barrios marginales.

Con la revista yo hacía periodismo en la calle. Iba a las periferias, viajaba por todo Brasil, hacía contactos. Eso me dio experiencia y una visión del país muy importante que me ayudó mucho para mis proyectos futuros, cuenta De Maio.

De la revista Rap se publicaron 180 ediciones entre 1999 y 2009, con miles de ejemplares cada una. Esta música ya se estaba masificando a finales de la década de 1990, cuando el grupo Racionais, de la periferia de Sao Paulo, marcó un hito con más de un millón de copias vendidas de su disco Sobreviviendo en el Infierno, en el que protestan contra una ciudad violenta y excluyente. Eran los mismos temas que le interesaban a él, que también nació en los márgenes de la ciudad. Y donde sigue viviendo.

El rap hablaba de todo eso que yo vivía. Ya dibujaba de toda la vida, pero no quería hacer historias de superhéroes, aunque me encantaban, sino de la vida real, cuenta De Maio, casado y padre de tres hijas.

Quise usar la fuerza del dibujo para destacar lo que había que mostrar, enfatiza. Entre sus mayores referencias figuran el trabajo del maltés Joe Sacco, autor de Palestina, así como el de Art Spiegelman y su monumental novela gráfica Maus, sobre el Holocausto, premiada con el Pulitzer de periodismo.

Las primeras ediciones de Rap traían textos e historietas, pero a poco andar dejó el dibujo para retomarlo años después, cuando Ferraz lo invitó a participar del cómic Desterro, que terminó de publicarse por completo en 2013.

Cuando empecé no había prácticamente nadie haciendo algo parecido al periodismo en cómic. Ahora hay más iniciativas, comenta.

Ahora prepara una historia sobre bandas dedicadas a los delitos con tarjetas de crédito. Él investiga y hace entrevistas, prepara el guión y decide cómo se distribuirá la información. El dibujo se junta con el texto y todo eso es muy poderoso. Se puede llamar la atención hacia grandes temas, reflexiona. “Pero grandes poderes conllevan grandes responsabilidades, como se dice en el Hombre Araña”, añade riendo.