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El Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México comenzará el 30 de marzo

Paliar con la imaginación el recorte de recursos, plantea Vela

La merma presupuestal es de 15 por ciento en contraste con el año pasado: de 21 millones de pesos ahora son 18 millones

Preservar la calidad es lo más sensato en tiempos de contracción económica, explica el director del encuentro artístico-cultural en entrevista con La Jornada

 
Periódico La Jornada
Martes 21 de marzo de 2017, p. 4

La crisis económica del país hace mella en el Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México, admite su director, Sergio Vela.

Para la edición 33, que se desarrollará del 30 de marzo al 16 de abril, ese encuentro artístico-cultural tiene un recorte presupuestal de 15 por ciento en contraste con el del año pasado, al pasar de 21 millones a 18 millones de pesos.

A eso se suma el encarecimiento de los servicios, luego de que los pasajes aéreos, el hospedaje, los traslados locales y la alimentación de artistas y personal técnico son más costosos.

Frente a tan complejo panorama, el también abogado y director escénico apuesta por la imaginación y la calidad al diseñar la programación de este año, la cual disminuirá entre 20 y 25 por ciento respecto de la de 2016, según expresa.

Sí ha habido una reducción (de recursos económicos) que nos afecta, pero a pesar de ello hemos persistido para que este festival salga avante, explica.

La situación económica ha limitado nuestra capacidad de programación en términos cuantitativos, situación que se ha agravado aún más por la volatilidad de la paridad (del peso frente al dólar), lo cual crea un clima de incertidumbre que nos obliga a ser más cautelosos y a no ejercer todos los recursos disponibles.

En particular, se refiere a racionalizar el ejercicio de los dineros para dejar un pequeño fondo de contingencia que permitiría solventar cualquier imprevisto.

Por un espíritu de tolerancia

En entrevista con La Jornada, Sergio Vela explica que, no obstante la disminución presupuestal, el festival no ha tenido que cancelar la participación de algún artista o grupo.

Lo que hemos hecho es pedir a los artistas, con frecuencia, cierta tolerancia antes de formalizar los compromisos. No podemos comprometernos; de lo que se trata es de no incumplir, precisa.

La reducción en términos numéricos en el programa del festival no representa una disminución en la calidad, aclara el funcionario.

Preservar la calidad es la única apuesta sensata en momentos de contracción económica, porque de otra manera, a lo mejor sí, en apariencia, se hace más, pero significa mucho menos, añade.

¿Para qué apostar, entonces, por lo cuantitativo por encima de lo cualitativo? Hay muchas formas de ejercer la imaginación para suplir las deficiencias económicas.

Por ejemplo, detalla que en vez de programar este año cuatro compañías de danza se optó por una de renombre internacional, como el Mandalian Ballet Biarritz, que representará La bella y la bestia en el Palacio de Bellas Artes, o ante los altos costos que implica el montaje de una ópera, se escenificará una versión concertante de L’Orfeo, de Claudio Monteverdi, con el cual será inaugurado el festival, el 30 de marzo, en el máximo recinto cultural del país.

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Sí ha habido una reducción (de recursos económicos) que nos afecta, pero a pesar de ello hemos persistido para que este festival salga avante, expresa Sergio Vela a La JornadaFoto Marco Peláez

A todos nos gustaría tener mayor holgura. Pero de lo que se trata es de persistir en esta cita que implica, además, en estos momentos, una apuesta a lo mejor del ser humano, adelanta.

Es decir, a su capacidad de comunicación, de asunción de una identidad propia a partir de las diferencias, de todo aquello que nos distingue y, simultáneamente, reconocernos en los demás como pertenecientes a una misma especie. Estamos realmente necesitados de ese espíritu de tolerancia.

Prejuicios infundados

Frente a la opinión de algunos sectores sociales de que el festival del Centro Histórico es elitista, Sergio Vela reafirma que se trata de prejuicios infundados cuyo origen se debe a que el encuentro surgió en el sector privado.

El hecho de que admirablemente sea una institución de derecho privado, respaldada por un patronato, nunca ha significado que su programación sea inaccesible y que los precios de los boletos sean inalcanzables, resalta.

Por supuesto, hay algunos patrocinadores que brindan su respaldo y a lo mejor quieren un tratamiento distinguido, lo cual está bien; eso es parte de una negociación, pero ninguno de los recintos se convierte en un club de ricos.

Respecto de la programación de esta edición 33 del Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México, cuyo lema es Ciudad sin muros, el creador escénico expresa que está determinada por un equilibrio entre las diferentes disciplinas, lo clásico y lo popular, lo vanguardista y lo tradicional, lo nacional y lo internacional, lo gratuito en espacios públicos y lo que se vende en espacios cerrados.

Las actividades incluyen conciertos, propuestas de danza, ópera, teatro, talleres, conferencias, exposiciones y homenajes a creadores.

Algunas de las sedes son el Palacio de Bellas Artes, el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, el teatro Julio Jiménez Rueda, El Colegio Nacional, el Colegio de las Vizcaínas y el Anfiteatro Simón Bolívar del Antiguo Colegio de San Ildefonso. Más información.