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Juan Antonio de la Riva incursiona en el género de terror; se estrenará el próximo viernes

Ladronas de almas es una historia de muertos vivientes en la Independencia

El realizador propone crear red de cinetecas en el país que permita que una película mexicana tenga aseguradas varias exhibiciones

Christopher Luna es el autor del guión

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Sofía Sisniega, Natasha Dupeyrón y Ana Sofía Durán, en un fotograma del filme.
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Juan Antonio de la Riva, en una imagen proporcionada por el Imcine
 
Periódico La Jornada
Lunes 6 de marzo de 2017, p. a12

El cineasta Juan Antonio de la Riva, uno de los más conocedores y entusiastas promotores del cine nacional, propone fortalecer una red de cinetecas a escala nacional que permita que una película mexicana tenga aseguradas, al menos, la exhibición en 30 ciudades en el país, algo que, en sus palabras se volvería muy significativo para cualquier realizador de México.

De la Riva afirmó lo anterior al referirse a su cinta Ladronas de almas, de terror, primera que hace en formato digital, tendrá su estreno comercial el 10 de marzo.

Hace unos días tuvo un preestreno en Colima como parte del programa itinerante Semana de Cine Mexicano en tu Ciudad. Y luego de que en 2012 estrenara Érase una vez en Durango, De la Riva regresa con Ladronas de almas, película con la que incursiona en el género de terror.

La historia de la película, cuyo guión fue escrito por Christopher Luna, se desarrolla en la época de la Independencia y lleva a conocer parte de la vida de las hermanas Cordero, interpretadas por Sofía Sisniega, Natasha Dupeyrón y Ana Sofía Durán, quienes defenderán su hogar de un grupo de realistas, utilizando como arma a un muerto viviente, sometido a ellas después de arrebatarle su alma.

Sobre el impulso de hacer una película del género de horror, el director de cintas, como Pueblo de madera, Elisa antes del fin del mundo o El gavilán de la sierra, ofreció una entrevista al Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) en la que compartió parte del origen de su nuevo trabajo fílmico.

Contó: Desde el guión estaba bien resuelta la trama, sobre todo lo inverosímil que representa una historia de zombis en la época de la Independencia de México... Es un reto y un placer como director tener la posibilidad de hacer cualquier género.

No se trata de zombis, dice

De la Riva, quien también fue presidente de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, aclara que en la película “no se manejan como zombis, que es el término correcto, sino como muertos vivientes. Sin embargo, creo que no es buscar qué hace falta o no. Hacen falta películas de vampiros, algo que no hemos explorado mucho y un montón de cosas que podrían realizarse.

Lo que proponía el guionista era una película de época, ubicada en la Independencia. Eso con terror y zombis sonaba muy descabellado al platicarlo, pero la gente que la ha visto cae en el juego del suspenso que se le propone.

El director contó que primero lo buscaron para revisar un guión y evaluarlo. “Al expresar los motivos por los que me había gustado el proyecto me preguntaron si quería dirigirlo. Antes de tres segundos, ya había aceptado... es la primera película que hago en digital, algo que no me causó sorpresa. Finalmente, es un medio para contar historias de manera visual.

En términos de tiempo y material gastamos prácticamente lo mismo que si hubiera sido en 35mm y el resultado en pantalla es lo que cuenta, apoyado desde la fotografía hasta el reparto, con actores poco vistos en el cine mexicano.

En cinco semanas de filmación en Hidalgo, la complejidad, señala De la Riva, estaba en cómo crear las atmósferas necesarias para suscitar tensión en los espectadores, responsabilidad que recae en el director y su equipo. Fui muy respetuoso de la premisa que se planteaba en la película y quise hacerla en memoria de las grandes cintas de terror mexicanas, inglesas y estadunidenses. Soy un gran aficionado el cine de terror clásico y eso me ayudó a mantener gran mesura.

La película se ha exhibido en festivales del género, como Feratum, en la que fue reconocida. También se proyectó en el ciclo Masacre en Xoco.

La productora es Cucuy Odriozola; el guión de Christopher Luna; la fotografía de Alberto Lee; la dirección de arte de Eduardo López y Marlene Serrano; la edición de Óscar Figueroa, y la música de Diego Herrera.

El financiamiento de la cinta fue posible gracias al Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción Cinematográfica Nacional (Eficine 189), del Imcine.