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Gritón gestiona el espacio de la delegación Cuauhtémoc

La Casa de Cultura San Rafael recobra su espíritu artístico

Gracias al entusiasmo de colaboradores, el sitio avanza, pero esperamos un pequeño presupuesto, comentó el artista plástico

Foto
La casa de cultura acaba de cumplir nueve añosFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Domingo 12 de febrero de 2017, p. 4

La Casa de Cultura San Rafael cumplió nueve años el pasado 2 de febrero; desde hace un año, con el artista plástico Antonio Ortiz Gritón en la dirección, ese espacio recobró su espíritu ciento por ciento cultural.

Sus puertas se abren a las presentaciones de pintura y música de todos los géneros, así como de libros, teatro, danza, performance, talleres de gráfica y serigrafía, entre otras actividades.

Anteriormente, sólo había una clase de hawaiano y una exitosa clase de guitarra, y se rentaba un espacio para una marca de cosméticos, explica Ortiz, quien desde 2016 coordina ese centro cultural.

Ahora, cuatro habitaciones son pequeñas galerías, otra sirve para albergar a un artista residente y el resto es para clases y talleres.

De acuerdo con la normatividad para todas las casas de cultura, “lo único que se permite es alquilar espacios o hacer intercambios; nosotros optamos por el intercambio, de tal manera que la invitación a usar la casa está abierta a todos los creadores y colectivos, a hacerla suya, a tomarla. Y a cambio, de manera gratuita, dar un taller, una conferencia, una plática, en fin, lo que quieran, destacó Gritón.

La cuestión, explica, es que una casa de cultura en sí no tiene presupuesto de las delegaciones; sólo se pagan los sueldos del personal que trabaja en ella, así como todos los servicios de agua, luz.

Las delegaciones, dice Ortiz, ven las casas de cultura como fuente económica de ingresos; es decir, quieren que los talleres se cobren. Que no haya talleres pagados de la delegación es un sistema al que se denomina de autogeneración, pero que se quedó en el pasado, empezó en los años 60 y así sigue, considera Antonio Ortiz.

“Por eso, si en una casa de cultura se da una clase de inglés, zumba o karate, y se tienen muchos alumnos, eso es considerado por los directores como un éxito porque, dicen, genera mucho dinero para la delegación; así, las casas de cultura se transforman en pequeños gimnasios o centros sociales.

Hay lugares, por ejemplo, donde la clase de karate tiene 10 años, y si la quitas las mamás protestan; sin embargo, soy de la idea de ser más firmes para quitarlas, porque, aunque la gente no lo sabe, meter zumba o karate implica negar a los usuarios sus derechos culturales.

Ahora bien, “las delegaciones no están obligadas a dar presupuesto a las casas de cultura, eso depende del delegado.

El año pasado nos prometieron un pequeño presupuesto, pero nunca llegó. Esperamos que este año nos destinen alguno, pues hemos tenido que trabajar a contracorriente tratando de recuperar el espíritu cultural de la casa, como espacio de iniciación artística, dice Ortiz.

El año pasado, entre las diversas actividades, tuvimos unos 50 conciertos de pequeños ensambles y todos los géneros, gracias a la programación y entusiasmo de Adriana Camacho, contrabajista e impulsora de free jazz.

La celebración por su noveno aniversario se realizó el pasado miércoles con la inauguración de una retrospectiva de la pintora Carmen Irigoyen, un mural de Jocelyn Nieto, un “performance gastronómico” a cargo de Karla Paola y Daniela Bustamante, y la presentación del ensamble Tohuwabohu Big Band. La Casa de Cultura San Rafael, de la delegación Cuauhtémoc, se ubica en José Rosas Moreno 110, San Rafael.