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Django, de Etienne Comar, disputa el Oso de Oro a otras 18 cintas

Filme sobre el genocidio gitano en la Alemania nazi abre la Berlinale

De AL compite Una mujer fantástica, del chileno Sebastián Lelio

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La actriz alemana Lavinia Wilson (extrema derecha) y otros invitados llegan al estreno de Django, en la 67 edición del festival de cine de BerlínFoto Afp
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Periódico La Jornada
Viernes 10 de febrero de 2017, p. 7

Berlín.

El primero de los 18 aspirantes al Oso de Oro del festival de cine de Berlín abrió la jornada con una dosis de buena música que deleitó los sentidos de los asistentes, aunque a la par de un tema que sigue y seguirá siendo el hilo conductor de miles de producciones: el Holocausto y las atrocidades del nazismo, en este caso, contra los pueblos sinti y romaní, dos ramas de un grupo al que suele denominarse gitano.

El francés Etienne Comar, conocido como guionista y productor, debuta ahora como director con Django, película biográfica sobre el guitarrista gitano Django Reinhardt, quien junto con su familia sufrió la persecución nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

En palabras del realizador, la cinta retrata a un personaje cegado por su música, que no ve que el mundo cambia y que se verá atrapado por la guerra.

Reda Kateb da vida al extraordinario talento en la guitarra de Django, quien con su cuarteto deleitó con ritmos de jazz y swing a París en una Europa agobiada por la guerra.

Más allá del personaje, cuya biografía escrita por Allexis Salatko Folles es la base literaria del trabajo de Etienne Comar, Django tiene como telón de fondo una historia más alrededor del Holocausto, que incluye persecución, campos de concentración y el asesinato de los pueblos sinti y romaní.

Aunque estos grupos prefieren no utilizar el término gitano, fueron las primeras víctimas del nazismo.

Desde 1933 imperan leyes en Alemania que les prohíben llevar una vida itinerante o vivir en comunidades en campos abiertos. Se esteriliza a los niños para evitar la procreación, ya que son considerados delincuentes natos y se les clasifica junto con los calificados de antisociales, alcohólicos y vagabundos. Se calcula que es el segundo grupo más numeroso de víctimas del horror nazi después del pueblo judío, con alrededor de un millón de personas asesinadas.

Por otra parte, el experimentado director holandés de 78 años Paul Verhoeven, cuya maestría está detrás de Instinto básico y de Elle, preside este año el jurado de la Berlinale.

El actor y director mexicano Diego Luna es también parte de este grupo, que el 18 de febrero entregará los preciados Osos del encuentro alemán.

Verhoeven ha declarado que está a la expectativa de alguna sorpresa, de ideas que todavía no haya visto, da igual que sean éticas o inmorales. Los organizadores esperan con ahínco cubrir la difícil tarea bajo el perfil político del festival.

La Berlinale es el segundo mercado cinematográfico más importante del mundo, después del festival de Cannes. Alrededor de 400 producciones de 70 países se presentan durante 11 días.

El cine de América Latina está en competencia por el Oso de Oro con Una mujer fantástica, del chileno Sebastián Lelio, cuatro años después de que Paulina García, protagonista de su filme Gloria, se llevó el premio a mejor actriz.

El brasileño Marcelo Gomes (Cinema, aspirinas e urubus) presenta Joaquim, película ambientada en el siglo XVIII, en el Brasil colonizado.

El español Álex de la Iglesia estrena en Berlín, aunque fuera de competencia, su decimocuarto largometraje, El bar.

Forum Expanded

La vena política del festival puede vivirse en toda su dimensión en la sección de Forum Expanded, que este año se presenta con el título Archivos Visionarios.

Instalaciones con pantallas paralelas que cuentan una misma historia en tres versiones diferentes, documentaciones que parten de material privado en VHS durante el periodo de guerra en Sarajevo, material de archivo desclasificado de dictaduras militares y creaciones en tercera dimensión son algunos ejemplos de que la Academia de Arte de Berlín da espacio a la Berlinale en una zona considerada por muchos de riesgo entre creación artística y producción cinematográfica.