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Astillero

Lo que (solo) vibra apoya

De Televisa a las calles

Marchas concentradas en Trump

Rechazo (también) a Peña

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ANÁLISIS LEGISLATIVO. La Cámara de Diputados organizó un foro para analizar la relación México-EU. En el estrado estuvieron presentes Víctor Giorgana, Agustín Basave, Marcelo Torres, Alejandra Noemí Reynoso, César Camacho Quiroz, Jorge Enrique Ávila, Martha Cristina Jiménez y Javier VegaFoto Jesús Villaseca
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l pasado jueves 26 de enero, Televisa transmitió desde su canal estelar, el dos, un programa especial denominado México en la encrucijada. Comenzó justo al terminar el noticiero que conduce Denise Maerker y duró una hora con 45 minutos (https://goo.gl/kbjrGw). Aparte de la conductora, participaron los periodistas de casa, Joaquín López-Dóriga y Carlos Loret de Mola, y los comentaristas Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Jorge Castañeda y Rubén Aguilar. En términos generales, se buscaba vislumbrar alguna fórmula que permitiera al país, y a su actual gobierno, enfrentar al huracán de nombre Donald, que ese mismo día había empujado a Enrique Peña Nieto a dar por cancelada una cita en Washington.

Una parte del programa, en el que por vía telefónica participaron líderes empresariales, partidistas y religiosos, e incluso Felipe Calderón y Vicente Fox, se dedicó a explorar las posibilidades de acciones que fortalecieran a México en su tormentosa relación con el nuevo gobierno estadunidense. Se habló de fomentar el espíritu de unidad nacional. Uno de los comentaristas convocó a radicalizarse. También se especuló acerca del tipo de personajes u organizaciones que podrían lanzar una convocatoria viable a movilizaciones o actos de apoyo a México, pues el desprestigio de partidos y políticos les inhabilitaba. Alguien habló de que ese llamamiento podría hacerse desde los ámbitos religioso o militar, o de organizaciones de la sociedad civil.

En ese tenor, se ha convocado a dos movilizaciones simultáneas este domingo venidero, esencialmente para mostrar rechazo a las políticas de Donald Trump hacia México, aunque con diferencias entre ellas en cuanto al tratamiento hacia EPN. La primera se ha denominado #VibraMéxico y su amplio abanico de organizaciones convocantes incluye universidades, entre ellas la Nacional Autónoma de México, cuyo rector se sumaría físicamente a la marcha, que partirá a las 12 horas del Auditorio Nacional al Ángel de la Independencia.

Esta marcha se asume como apartidista, pide vestirse de blanco y endereza su movilización contra Trump, pero sin dejar de plantear exigencias a Peña Nieto. Una de las convocantes más activas es María Elena Morera Mitre, quien preside Causa Común y ha sido acusada de tener una relación política estrecha con personajes como Genaro García Luna, quien fue tortuoso secretario de Seguridad Pública durante el sexenio en que Felipe Calderón ocupó Los Pinos (Morera fue también organizadora en 2004 de la marcha de blanco, contra la inseguridad pública, a la que sus opositores calificaron de ser una movilización de pirrurris).

La otra marcha dominical, denominada Mexicanos Unidos, comenzará también a las 12 horas, pero irá del Ángel de la Independencia al Hemiciclo a Juárez, con la intención expresa de convertirse en una continuidad de la primera, la de #VibraMéxico. Sus principales convocantes son Isabel Miranda de Wallace, presidenta de Alto al Secuestro, quien fue candidata por el Partido Acción Nacional al gobierno de la Ciudad de México, y Laura Herrejón, quien ocupa la secretaría del comité nacional del PRI para vinculación con la sociedad civil.

Miranda dijo a Ciro Gómez Leyva, en Radio Fórmula: Es una marcha de apoyo a México y que nuestro país esté fortalecido y que el presidente sepa que tiene a todo México detrás de él, dispuesto a luchar por nuestro país (...) No es el momento de tratar temas domésticos hacia el interior de nuestro país (...) ahorita es momento de unidad. Ya después volveremos a exigir lo que no hacen los gobiernos local o el propio gobierno federal o el Presidente o el senado. Herrejón, la directiva priísta, opina de forma parecida: Si hay algo que reclamar al Presidente (Peña), no es el momento, no es el motivo, sino el crear un frente común contra Trump, pero no en el reclamo al Presidente (Peña Nieto), porque no es el momento, me parece que (para eso) tenemos todos los días.

En un país en constante ebullición, con múltiples marchas y protestas por todos lados, las movilizaciones del próximo domingo parecieran pretenderse únicas, predestinadas a ser históricas (y a merecer en muchos medios de comunicación el apoyo regateado a las otras), con relevancia inusual por cuanto muchos de los convocantes suelen criticar y satanizar las protestas ajenas. Aunque los participantes bien podrían rebasar los límites de los organizadores, estos no buscan rechazar el conjunto de hechos y decisiones políticas, empresariales y culturales que han llevado a México a un estado de práctica indefensión ante el villano transfronterizo: no se pretende denunciar la corrupción (en casos como la Casa Blanca u OHL), la continua violación de los derechos humanos (por ejemplo, los sucesos de Iguala-Ayotzinapa), el gasolinazo, las reformas estratégicas fallidas o el entreguismo de la administración federal. Sólo se busca encauzar el enojo nacional hacia casilleros institucionalizados: el repudio al ogro Trump y el cierre interno de filas, dejando para después lo relacionado con la clase política nacional, corrupta y depredadora.

Son necesarias, desde luego, la unidad nacional y la manifestación masiva de rechazo al proyecto avasallador de Trump. Pero no es Trump, o no solamente él, la causa de la actual desgracia nacional, sino la acumulación de prácticas políticas y económicas nocivas para el interés del país, particularmente en los cuatro años recientes. Concentrar la atención en los factores externos resulta, así, una coartada para no enfocar los internos, y un salvavidas provisional para el ocupante de Los Pinos que, antes de estas turbulencias mediáticas y políticas a modo, estaba en bajísimos niveles de popularidad, hundido en sus propios errores. Vale marchar, y hay que hacerlo conforme a la propia conciencia, pero con contexto, con ruta y con claridad. De otra manera, todo quedará en una redituable telenovela política más.

Y, mientras el ex presidente de la petrolera Exxon Mobil anuncia su próxima visita a México, como secretario de Estado de EU, ¡hasta mañana!

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