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Con la actual hay gobernabilidad, dicen juristas y políticos

Una nueva Carta Magna no resolverá los problemas del país
 
Periódico La Jornada
Sábado 4 de febrero de 2017, p. 11

Los problemas del país deben resolverse en el marco de la Constitución actual, en vez de plantearse la creación de una nueva, ya que los tiempos que se viven hoy día son demasiado inciertos como para realizar una tarea de esa magnitud.

Así lo afirmaron políticos y juristas que participaron en una mesa de debate en la última jornada del XIII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional, quienes llamaron también a reglamentar la posibilidad de formar un posible gobierno de coalición en 2018 para obligar a los diversos partidos a llegar a acuerdos.

El académico e investigador universitario Diego Valadés consideró que la elaboración de una nueva Constitución puede llevarnos a proceso anarquizante, pero también admitió que tener una Carta Magna que se resiste a cambiar algunos aspectos del régimen de gobierno resulta cada vez más difícil de entender por parte de muchos ciudadanos.

Un ejemplo de ello es el hecho de que al tener un presidente con un nivel de aprobación popular de apenas 12 por ciento, el sistema político en su conjunto se debilita, porque durante muchos años se ha acumulado demasiado poder en manos del jefe del Ejecutivo.

Por lo anterior, Valadés llamó a hacer las reformas necesarias para que el gabinete también pueda tomar decisiones y asumir responsabilidades, en vez de poner todo el peso en los hombros de una sola figura.

El investigador y jurista Francisco Valdés Ugalde coincidió en que el poder no debe seguir residiendo en una sola persona, sino que debe contemplarse la posibilidad de formar gobiernos de coalición en donde participen figuras de diversos partidos políticos.

Asimismo, indicó que no ve un momento propicio en la actualidad para crear una nueva Constitución, aunque no descartó que la idea pueda seguirse contemplando de cara a las presiones que ejercen sobre México las tendencias autoritarias que se viven hoy en Europa y Estados Unidos.

Respecto de los gobiernos de coalición, el ex gobernador sonorense Manlio Fabio Beltrones manifestó que se debe reglamentar esta opción, para ver si es factible aplicarla en 2018, cuando se renueve al Poder Ejecutivo.

Por su parte, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, fundador del PRD y ex jefe de Gobierno de la capital, aseveró que muchas de las reformas que se le han hecho recientemente a la Constitución van en contra del espíritu del texto aprobado en 1917, lo cual significa un retroceso, sobre todo en lo que se refiere al control del Estado sobre sus recursos naturales.

Pedro Salazar Ugarte, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, se sumó a las opiniones en el sentido de que escribir una nueva Carta Magna no es un proyecto viable en la etapa actual del país.

En este momento yo no veo esa coyuntura constituyente. Veo muchos problemas, mucho desconcierto, desafíos enormes. Debemos enfrentar el 2018 con el andamiaje constitucional que tenemos, aprovechando figuras que ya están en la Constitución y que pueden ofrecernos una ruta de gobernabilidad distinta, como los gobiernos de coalición, dijo.

El ex senador panista Diego Fernández de Cevallos convino en que enfrascarnos en la labor de hacer una nueva Constitución sería una locura, por la complejidad de los tiempos que se están viviendo, por lo que llamó a mejorar el pacto social existente y fortalecer el modelo de democracia representativa.

Sí hay gobernabilidad con el texto actual de la Constitución, el problema es que todo lo queremos resolver en la ley. Hacemos la ley, inmediatamente la violamos, después hacemos otra para seguir con el círculo vicioso. Con esta Carta Magna se puede gobernar, recalcó.

Sobre la posibilidad de establecer la opción de una segunda vuelta electoral cuando no exista una clara mayoría en los comicios, los participantes en el debate coincidieron en que dicha alternativa no resolvería los problemas de dicho escenario y sí en cambio generaría un mayor oportunismo político en diversos actores.