Opinión
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México SA

Meade: gasolina y aspirina

Aumenta el 18 de febrero

SRE: no acostumbramos

D

os noticias: la buena, que de aquí al 17 de febrero no aumentarán los precios de los combustibles, de tal suerte que los consumidores tendrán dos semanas de respiro –por llamarle así– tras el brutal incremento en el arranque de 2017; la mala, que tal disposición sólo es para agarrar vuelo, porque a partir del día 18 el gasolinazo será permanente, cotidiano e inmisericorde.

Esa es la fórmula que la Secretaría de Hacienda ideó para suavizar y minimizar el impacto del incremento en los precios de las gasolinas (José Antonio Meade dixit), algo así como conceder el último deseo a quien morirá en el paredón de los precios (un cigarrito y un litro de Magna a precio de inicio de año, y después… ¡pum!). Por cierto, la citada dependencia nunca menciona aumento, incremento o alza. Simplemente refiere la necesidad de un ajuste.

Así es. La siempre generosa Secretaría de Hacienda decidió repartir aspirinas entre los consumidores de combustibles, aunque no como una muestra de sensibilidad social, sino como un claro reconocimiento de que la protesta ciudadana le ha puesto los pelos de punta al de por sí deteriorado gobierno peñanietista, aderezado ello con un repunte inflacionario no registrado desde hace casi dos décadas.

Por cierto, la jocosa versión oficial indica que las medidas de austeridad ya anunciadas por el gobierno de la República, así como la evolución reciente del tipo de cambio y del precio internacional de las gasolinas, han creado las condiciones para mantener sin cambios los precios máximos durante el periodo señalado.

En días pasados los especialistas en la materia previeron un aumento de 8 por ciento en los precios de los combustibles, aplicable a partir de hoy. Todo indica que de ese tamaño sería el segundo golpe del año, lo que para el caso de la Ciudad de México hubiera llevado a 21 pesos el litro de gasolina Premium. Y, en ese contexto, estimaron que –de acuerdo con el calendario original– el 11 de febrero se registraría un alza de una magnitud similar para elevarlo a 23 pesos, sólo en espera de la liberación total y diaria a partir del 18 de febrero.

Pero bueno, Hacienda encontró su fórmula y en las próximas dos semanas los multicitados precios se mantendrán como hasta ahora, es decir, en las nubes. Bien, pero la aspirina suavizante repartida por Meade y sus muchachos tiene fecha de caducidad. ¿Qué hará el gobierno a partir del 18 de febrero? ¿Cómo logrará contener la protesta ciudadana y la espiral inflacionaria? ¿Con unidad y muchos discursos?

En Estados Unidos –de donde México importa el grueso de la gasolina que consume– el precio promedio del combustible se mantiene casi 30 por ciento por abajo del imperante en esta República de discursos, pero aun así el gobierno peñanietista asegura que no hay margen para reducirlo internamente, con todo y que asegura que con el nuevo esquema se divorciará el precio del petróleo de razones tributarias o políticas.

Con la citada aspirina suavizante, los precios promedio a nivel nacional se mantienen 15.99 pesos por litro de gasolina Magna, 17.79 de Premium y 17.05 de diésel. Sin embargo, dividida en 90 regiones, a lo largo y ancho de la República existen mil 453 precios diferentes para el mismo producto. Por ejemplo, en las grandes zonas consumidoras, como la Ciudad de México, tales precios se elevan a 16.31, 18.20 y 17.06, respectivamente.

Entonces, la buena es que de aquí al 17 de febrero tales precios se mantienen tal cual arrancaron 2017. La mala, que a partir del 18 del mismo mes los bolsillos de los consumidores podrían registrar un golpe similar al reportado en el arranque mismo del presente año, porque en la segunda fecha citada el mercado ya estará totalmente liberado y recargado, de tal suerte que la brillante idea de suavizar y minimizar los aumentos sólo quedará en el anecdotario.

Pero bueno, como parte de la aspirina, el gobierno federal publicó el respectivo decreto en el Diario Oficial de la Federación (con las firmas de Enrique Peña Nieto y José Antonio Meade), por medio del cual deciden reformar temporalmente lo relativo a los estímulos fiscales en materia del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) aplicables a los combustibles.

Digno del lenguaje oficial, el citado decreto fija la citada temporalidad: el periodo comprendido de las 4 horas del 4 de febrero a las 3:59.59 horas del 11 de febrero de 2017, y explica que “se otorga un estímulo durante el ejercicio fiscal de 2017 a los contribuyentes que importen y enajenen gasolinas, diésel y combustibles no fósiles (…) consistente en una cantidad equivalente al porcentaje de las cuotas aplicables a dichos combustibles”. La decisión fue tomada en el marco de la volatilidad que en las pasadas semanas se ha observado en el comportamiento de diversas variables financieras debido a la incertidumbre sobre el entorno económico internacional, incluido el valor del tipo de cambio del peso y fluctuaciones significativas en el precio del petróleo.

En castellano simple, lo anterior quiere decir que el beneficiado no será el consumidor, sino los contribuyentes que importen y enajenen gasolinas, diésel y combustibles no fósiles. Los primeros seguirán pagando las gasolinas y el diésel a precio de oro, mientras los segundos serán subsidiados en proporciones que van de 33.85 a 41.23 por ciento. Ello equivale a un estímulo fiscal de 1.77 pesos por litro de Premium, 0.15 centavos de Magna y 1.6 pesos de diésel.

En días pasados un alto funcionario de Petróleos Mexicanos reconoció que, contrario a lo previsto en la reforma energética, no se habían materializado las hordas importadoras de gasolinas, porque el precio y las condiciones no les resultaban atractivas. Pues ya está armado el negocio, mientras el consumidor paga lo mismo. Entonces, preparaos para el martillazo del 18 de febrero.

Las rebanadas del pastel

Dice el subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Carlos Sada, que el gobierno peñanietista no divulgará la grabación y/o versión estenográfica de la conversación telefónica (27 de enero) entre el inquilino de Los Pinos y el energúmeno Donald Trump. ¿Por qué? Bueno, dice el diplomático que no acostumbramos hacer eso. ¡Claro!, pero los mexicanos tampoco están acostumbrados a que los amenacen con una invasión de marines. Entonces, ¿qué costumbre importa más?... Murió el siempre pío Lorenzo Servitje, fundador de Grupo Bimbo y rabioso soldado de los Legionarios de Cristo. Sólo queda que Marcial Maciel lo acoja.

Twitter: @cafevega