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Activistas y familiares señalan a policías de Ahome por presuntos nexos con cárteles

Casi un año después, entregan restos de tres jóvenes desaparecidos en Sinaloa

Viajaban de Culiacán a Los Mochis y habrían sido arrestados por agentes de los que no hay registro; el acta de liberación es falsa, señalan deudos

En seis años, cerca de 2 mil 200 casos

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Los restos de Sergio Ernesto Ceballos Ríos, desaparecido en diciembre de 2015 durante un viaje al municipio de Ahome, Sinaloa, fueron velados por sus familiares un año después en su domicilio, ubicado en CuliacánFoto Javier Valdez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 4 de enero de 2017, p. 23

Culiacán, Sin.

Faltaron seis días para que se cumpliera un año de la desaparición de tres primos culichis que viajaron a Los Mochis, cabecera de Ahome, para visitar a la novia de uno de ellos. Los hallaron a flor de tierra: tiesos, con los huesos expuestos al sol y el frío, ya sin piel.

Pasaron 360 días antes de que la familia supiera de ellos. En ese lapso hubo gestiones, denuncias, protestas públicas, audiencias y reclamos airados al director de la policía de Ahome, Gerardo Amarillas Gastélum, y al presidente municipal, Arturo Duarte García.

A los dos alcanzaron los gritos de los padres de los jóvenes desaparecidos, de activistas de organizaciones de derechos humanos y de Las Rastreadoras, quienes buscan cadáveres de personas privadas ilegalmente de su libertad.

Versiones extraoficiales indican que Sergio Ernesto y Jesús Antonio Ceballos Ríos, además de Francisco Antonio Ceballos Jiménez, estuvieron en una fosa clandestina, de la que fueron sacados para que los encontrara la policía o los grupos de voluntarios. El cadáver de Carlos Omar Pérez Rodríguez, amigo de los otros tres, no fue encontrado.

Mirna Nereida Medina Quiñónez, dirigente de Las Rastreadoras, ha afirmado que en cerca de 90 por ciento de las desapariciones están involucradas diversas corporaciones policiacas.

La de Ahome es la policía municipal más señalada por su presunta participación en secuestros, coludida con el crimen organizado, específicamente con el cártel de Sinaloa, que disputa la región con células de los hermanos Beltrán Leyva.

En este caso, informó Medina Quiñónez, fue una llamada anónima a Las Rastreadoras la que alertó sobre la existencia de tres cadáveres en la zona conocida como Campo 7, cerca de la comunidad El Carrizo. Ellas acudieron solas, pero no tuvieron suerte. Al día siguiente, el 29 de mayo de 2016, fueron agentes de la policía municipal y los localizaron.

Pistas de la cuarta víctima

Fuentes allegadas a las indagatorias señalaron que el cadáver de la cuarta víctima, Pérez Rodríguez, podría estar en las inmediaciones de la comunidad Primero de Mayo, cerca de esta zona. También indicaron que las víctimas podrían estar relacionadas con robo de vehículos, pero esto no ha sido confirmado por las autoridades.

Ahora estaban ahí, secos y enteleridos, en espera de su localización e identificación, de los abrazos tibios y del llanto, del traje de madera, la tierra del panteón, la velación y los rezos de tres familias.

Los cuatro jóvenes, entre ellos los primos Ceballos, salieron de Culiacán a Los Mochis en diciembre de 2015 en un automóvil Volkswagen Jetta modelo 2009, rojo, con placas de Chihuahua, que no ha sido localizado.

Las investigaciones realizadas por la familia indican que los cuatro fueron aprehendidos por la policía municipal y existen registros de que salieron de barandilla (la cárcel preventiva donde encierran a quienes violan el bando de policía y buen gobierno) el 21 de diciembre de 2015, luego de que aparentemente pagaron una multa por una supuesta infracción.

Pero los agentes que firman el documento de salida de las celdas no existen. La familia de los primos sostiene que las firmas que aparecían en las boletas de salida eran apócrifas y que la excarcelación fue una mentira fraguada por los jefes de la corporación.

Los parientes de las víctimas e integrantes de las organizaciones Voces Unidades por los Desaparecidos, Las Rastreadoras y la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa (Cddhs) gritaron a Gerardo Amarillas Gastélum, durante protestas, plantones y marchas, que los agentes de la policía habían desaparecido a estos y otros muchachos. Nadie les respondió.

Los cadáveres fueron hallados en mayo, pero fue apenas el 15 de diciembre de 2016, después de la realización y entrega de las pruebas de ADN, cuando se supo que los tres cadáveres hallados en el Campo 7 eran los de Sergio Ernesto y Jesús Antonio Ceballos Ríos, y el del primo de éstos, Francisco Antonio Ceballos Jiménez. Pocos días después, los cadáveres fueron entregados a las familias y sepultados en panteones de Culiacán.

Lo logramos. Mi corazón tiene paz y está contento porque tengo a mi hijo Sergio aquí, pero no paramos. Seguiremos buscando (a los otros desaparecidos) con amor, dijo Patricia López, madre de Sergio Ernesto, acompañada por activistas y familiares, y por Óscar Loza Ochoa, de la Cddhs, el día de las exequias, en la colonia Libertad.

Hay un caso anterior que también apunta a la policía municipal. El 21 de julio de 2015, en el fraccionamiento San Rafael, fueron desaparecidos David Mendoza Marín, su esposa embarazada, Narda Marín Yan, y Fredo Elías Marín Bustos, luego de haber sido interceptados por un grupo de agentes de la corporación y entregados a los ocupantes de un auto compacto blanco. La vagoneta Chevrolet Astrovan color arena y placas de circulación CZL-6994 de Baja California, en la que viajaban los hoy desaparecidos, no ha sido encontrada. Ni ellos.

Según la Procuraduría General de Justicia del Estado y el gobierno federal, en Sinaloa han desaparecido cerca de 2 mil 200 personas en los seis años recientes.

Nadie escapa

Loza Ochoa dijo que el hallazgo de los primos Ceballos deja sentimientos encontrados: consuelo porque termina la búsqueda, y duelo por lo ocurrido y las condiciones en que se encontraban los restos, pero también porque el caso permanece, igual que la mayoría, impune.

Sostuvo que más allá de la tragedia personal o familiar, la verdadera desgracia es lo que el país vive: miles de desaparecidos y sepultados en fosas clandestinas en Coahuila, Morelos, Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, Sinaloa, Veracruz... Ningún estado escapa a esta catástrofe, sostuvo.