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El conductor venezolano dirigió a la Filarmónica de Viena con frescura y temperamento

Dudamel prometió fuego latino en el Concierto de Año Nuevo, y cumplió

Con innovación, sin menoscabar la tradición, el músico dio la bienvenida a 2017

La edición 76 de la gala fue seguida por más de 50 millones de telespectadores de más de 90 países

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El músico de 35 años es el director de orquesta más joven a la batuta del tradicional concierto que se celebra en la sala Dorada del Musikverein, de VienaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 2 de enero de 2017, p. 7

Viena.

Frescura, pasión y temperamento: la batuta del maestro venezolano Gustavo Dudamel llevó ayer aires renovadores al tradicional Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena para dar la bienvenida a 2017. Innovación sin dañar la identidad tradicional del acto, centrado como cada año, en las obras de la dinastía austriaca Strauss: siete de ellas se tocaron por primera vez en el concierto de esta edición 76, con frecuencia marcadas por el fuerte temperamento del director.

Con sólo 35 años, el venezolano es el director de orquesta más joven a la batuta de este tradicional concierto que se celebra en la sala Dorada del Musikverein, de Viena, caracterizado esta vez por una nueva y creativa decoración: a las miles de coloridas flores que cada año adornan el acto, se sumaron frutas tropicales, como piñas y limones.

Dudamel, también violista y procedente de una familia de músicos, mostró su alegría por la ocasión antes del renombrado concierto.

Ahora puedo morir en paz, dijo antes del acto, y aseguró que sobre todo quería divertirse.

La sopa que cocina la orquesta es perfecta y su intención era sólo sazonarla un poco más fuerte y aportar un poco de fuego latino, aseguró en forma de metáfora. Y lo consiguió.

Sonrisa y esperanza

El entusiasmo del director era palpable en algunos pasajes de los vals y rápidas polkas, dirigidas siempre con una amplia sonrisa y transmitiendo su pasión por la música al público de la sala, que esperaba el obligado Prosit Neujahr!, saludo con el que la Filarmónica de Viena da tradicionalmente la bienvenida al Año Nuevo a los asistentes.

Además de las acostumbradas y animadas piezas de la dinastía Strauss, sonaron obras de Franz Lehár, Émile Waldteufel o Franz von Suppé.

Un importante propósito de los organizadores era transmitir una sensación de esperanza y optimismo tras un turbulento 2016 a los millones de telespectadores. El vals Gritos de Mefistófeles desde el infierno fue respondido por la polka So ängstlich sind wir nicht (algo como ‘no tenemos tanto miedo’), las dos de Johann Strauss (hijo).

El concierto se pudo ver en más de 90 países y fue seguido por más de 50 millones de telespectadores. Además, 40 emisoras de radio emitieron el espectáculo en directo.

En vivo disfrutaron del espectáculo invitados como el ex presidente austriaco Heinz Fischer y la ministra de Defensa alemana, Ursula von der Leyen, que escuchaban con atención el vals El Danubio Azul, tocado por primera vez hace 150 años, y acompañaron con palmas La Marcha Radetzky.

El ballet de la Ópera Estatal de Viena acompañó algunas de las piezas desde el palacio de Hermesvilla, un regalo de Francisco José I de Austria a su esposa Isabel de Baviera (Sisi).

La Filarmónica de Viena celebró también su 175 aniversario con un nuevo vestuario, a cargo de la diseñadora británica Vivienne Westwood y su marido, el austriaco Andreas Kronthaler.

Para las mujeres, los diseñadores se inspiraron en la casacas del siglo XVIII. El presidente de la Filarmónica Andreas Großbauer habló de una evolución, pero no revolución.

Esa evolución se palpaba también sobre el escenario, donde la compenetración entre Dudamel y la Filarmónica era evidente: desde 2007 han ofrecido más de 45 conciertos juntos. Tras el concierto de ayer comenzarán una gira por Sudamérica.

Pero si este año el Concierto de Año Nuevo de Viena ha estado marcado por la innovación de Dudamel, el próximo será un veterano quien vuelva a dirigir el acto: el italiano Riccardo Mutti, de 75 años, abrirá 2018 al frente de una orquesta con la que lleva colaborando muchos años y de la que es miembro de honor desde 2011.

Lo hizo en 1993, 1997, 2000 y 2004, por lo que esta será su quinta vez. En total, a lo largo de su carrera la ha dirigido en unos 500 conciertos.