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La caída del peso frente al dólar y el triunfo de Trump, hechos que afectaron mucho

Vaivenes externos e internos pusieron al descubierto la fragilidad de la economía
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Al vencer en los comicios presidenciales de Estados Unidos, Donald Trump puso a temblar no sólo al pesoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 31 de diciembre de 2016, p. 7

Arrastrada por una gran volatilidad de los mercados financieros en el mundo y por insólitos desenlaces de procesos políticos electorales en Gran Bretaña y Estados Unidos, la economía nacional mostró su fragilidad durante 2016.

Una acelerada devaluación del peso, cuya cotización frente al dólar inició en 17 pesos y concluye rondando los 21; obligados recortes presupuestales de 132 mil millones de dólares, y la caída en las expectativas de crecimiento, sacudieron al país en un año marcado por el triunfo de Donald Trump en los comicios estadunidenses.

Su figura también representó un nuevo desliz del gobierno de Enrique Peña Nieto, que unificaría las críticas de actores políticos y sociales en su contra. La convocatoria a Trump a sostener un encuentro en Los Pinos derivó en una indignación social generalizada, la caída en su popularidad y un obligado ajuste en su gabinete, que sacrificaría a uno de sus principales alfiles y cerebro de la convocatoria al candidato republicano: el entonces secretario de Hacienda Luis Videgaray.

Año de agitación magisterial, con el retorno de los maestros a las calles para oponerse a la reforma educativa; de ofrecimientos presidenciales frustrados, como el matrimonio igualitario, desechado tras la embestida de la Iglesia católica y grupos conservadores; de una nueva visita de un Papa a México y de una crisis ecológica registrada en el valle de México, que obligó a la imposición del programa Hoy no circula reforzado y a una revisión de las políticas ambientales para enfrentar la coyuntura, no sin roces institucionales entre los gobiernos involucrados (federal, capitalino y del estado de México).

Presente de principio a fin

Como nunca antes, en 2016 las campañas presidenciales de los vecinos del norte concitaron gran interés en el país, en buena medida porque México se tornó en una de las partes medulares del agresivo discurso de Trump para alcanzar la Casa Blanca.

Y en esa proporción la fragilidad de la economía mexicana se hizo evidente a lo largo del año con especial énfasis en los periodos en que dos eventos internacionales agitaron los mercados internacionales: el triunfo de la salida de la Unión Europea de Gran Bretaña (Brexit) hacia finales de junio, y las semanas previas y posteriores a los comicios presidenciales en Estados Unidos, cuando el desplome del peso se hizo notorio y el dólar en poco tiempo repuntó de las 18 a las 21 unidades.

Al efecto económico registrado desde octubre a la fecha se había anticipado el impacto político con el traspié del gobierno mexicano al invitar a Trump a Los Pinos, censurado unánimemente por el desprecio explícito de sus posturas al referirse a México.

Se hicieron evidentes las diferencias en el seno del gabinete, la inconformidad de la cancillería frente a la medida –aunque oficialmente se adhirió institucionalmente– y un conjunto de cambios en vísperas de la presentación del presupuesto, con el inevitable sacrificio de Videgaray –de tan alta estima en el Presidente–, la llegada de José Antonio Meade a Hacienda y de Luis Enrique Miranda a la Secretarpia de Desarrollo Social.

El austero presupuesto de 2017 resume la compleja situación económica nacional, cuyo endeudamiento crecía al doble de la economía mexicana, con inútiles e intermitentes esfuerzos gubernamentales para apuntalar al peso y con la aparición de los Papeles de Panamá, expedientes que se hicieron públicos y revelaron que más de 300 mexicanos realizaron transacciones para sacar dólares del país.

En el primer bimestre del año, se registró la séptima visita de un Papa a México. En febrero, Francisco llegó a territorio nacional, donde por primera vez fue recibido en Palacio Nacional y oficio una misa en la Basílica de Guadalupe con la presencia del presidente Enrique Peña Nieto, y un recorrido a Chiapas y Ciudad Juárez, donde el pontífice abordó la problemática indígena y migrante.

Aunque dentro de los márgenes del protocolo Francisco no obvió mensajes sobre problemas centrales del país: Buscar el privilegio o beneficio de las minorías en detrimento del bien de todos se convierte en terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión, la violencia, el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, advirtió en Palacio Nacional.

En marzo, el valle de México enfrentó una crisis ambiental como hace años que no padecía. Los altos niveles de ozono registrados obligaron a la Comisión Ambiental de la Megalopólis a reforzar el programa Hoy no circula, ante la emergencia que se enfrentaba a pesar de lo cual, en varias ocasiones, fue insuficiente y orilló a una medida aún más extrema: el doble Hoy no circula. Durante tres meses imperó la medida, lapso en el cual hubo tensiones entre autoridades federales y locales.

Hacia mayo, la oposición magisterial a la reforma educativa cobró nueva fuerza y retomó intensidad y amplió su presencia territorial, en algunos casos abarcando secciones institucionales. Renuente a discutir lo que para el gobierno era un proceso ya superado, la Secretaría de Gobernación fue orillada a abrir nuevas mesas de diálogo, en medio del caos en Chiapas y Oaxaca, donde la violencia se hizo presente en Nochixtlán.

Ante la inconformidad también presente en secciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la secretaría del ramo se vio obligada a replantear algunos aspectos de la evaluación, mientras la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación endurecía sus movilizaciones hasta alcanzar una salida política al conflicto.