Opinión
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Itacate

El arte de cocinar

C

on este título publicó una revista durante seis años Josefina Velázquez de León, una figura interesante en la historia de la cocina mexicana que dejó una amplia bibliografía, pero en cambio, pocos datos sobre su vida.

Jeffrey M. Pilcher, José Luis Juárez López y algún otro investigador como Daniel de Lira Luna, que en una parte de su tesis de doctorado ubicó los libros de esta maestra de cocina en las distintas bibliotecas del país, nos han aportado datos de importancia. Los autores de este Itacate han contribuido a su vez con algunas notas.

Hoy toca desbrozar, a partir de la información contenida en algunos números de la revista El arte de cocinar, nuevos aspectos. La publicación se plantea como revista mensual culinaria, órgano de la Academia de Alta Cocina, cuya directora era precisamente doña Josefina. Tenía difusión en todo el país, pues fijaba como precio por la suscripción anual, que constaba de 12 números, cuatro pesos; los números sueltos se vendían a 40 centavos y los atrasados a 80 centavitos.

Se podía adquirir también en el extranjero; en ese caso la suscripción tenía un costo de un dólar y medio. Contaba con una agencia en Guadalajara a cargo de la señorita Elena Flores Peón. Luego las hubo en Puebla, en Veracruz y en Zacatecas, así como en la república de Guatemala.

Es relevante que en la nota editorial del número de octubre de 1943 se refiera a la necesidad de profesionalizar la enseñanza de la cocina. Comenta la directora de la revista que el entonces secretario de Educación Pública, Octavio Véjar Vázquez, había aceptado en principio la idea de impulsar estas enseñanzas e incluso le había hecho “el honor de hacer sugestiones al respecto para la formación de un programa a seguir en las escuelas de la República, procurando abrir una fuente que favorezca a la mujer…”

En tanto estas expectativas se cumplían, ella hacía un llamado “a toda persona deseosa de aprender y fomentar el imprescindible arte de saber cocinar…”, entendemos que para capacitarse en este ramo. Señalaba finalmente que a partir de la publicación de la revista se habían recibido solicitudes de personal competente de entidades gubernamentales como Ferrocarriles Nacionales, así como de empresas, de “Negociaciones de Estados Unidos, además de otras legaciones y Consulados extranjeros acreditados en la capital, ofreciendo dotaciones de sueldo nada despreciables…”

Se muestra así doña Josefina como una mujer moderna para su época, interesada en profesionalizar una labor que ya se llevaba a cabo de manera empírica. De sus visitas a diversos sitios del país y otros temas, escribiremos luego.