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En la inauguración participaron Miguel Ángel Mancera y Eduardo Matos Moctezuma

Dos ventanas arqueológicas servirán para apreciar vestigios en el Templo Mayor

Son de una estructura arquitectónica de al menos cinco etapas constructivas, señala experto

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Ángeles González Gamio y detrás Miguel Ángel Mancera y Eduardo Matos Moctezuma durante la inauguración de dos ventanas arqueológicas en la zona del Templo MayorFoto María Meléndrez Parada
 
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de noviembre de 2016, p. 4

Dos ventanas arqueológicas, instaladas a mitad de la calle República de Argentina, entre Justo Sierra y San Ildefonso, en el Centro Histórico, servirán para apreciar los vestigios de uno de los edificios aledaños al área del recinto sagrado de México-Tenochtitlán o Templo Mayor, construido en el costado norte.

De acuerdo con las investigaciones de un grupo de especialistas, coordinados por el arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, responsable del Programa de Arqueología Urbana (PAU), del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), las dimensiones de ese edificio son muestra de su relevancia; mide 40 metros de norte a sur.

La estructura arquitectónica presenta el frente principal hacia el lado oeste, al igual que el Templo Mayor. Atraviesa la calle Argentina y entra parcialmente por debajo de los edificios coloniales aledaños, por lo que aún no se tiene certeza de su ancho, aunque se calcula que debe ser de las mismas dimensiones por los cuatro lados.

Habrá nuevo museo de sitio

Los vestigios o gran basamento, explicó Barrera Rodríguez, presentan evidencias de por lo menos cinco etapas constructivas que abarcan de 1440 a 1521 dC; es muy posible que existan más etapas constructivas.

Aunque se desconoce la función original del templo, en opinión de Barrera Rodríguez se presume que el edificio evocaba una montaña sagrada áspera, simbolismo que se deduce de las lajas incrustadas que decoran uno de sus muros en talud.

Los trabajos de excavación se hicieron entre 2013 y 2014. El edificio era parte del centro ceremonial tenochca, área de unos 500 metros por lado, donde había unos 78 templos, de acuerdo con fray Bernardino de Sahagún. Después del Templo Mayor, esta construcción es una de las más importantes.

Los vestigios se hallan a más de dos metros de profundidad. La primera ventana mide unos 13 metros. La segunda abarca cuatro metros de largo por 3.25 de ancho. Para su adecuada conservación, los espacios se equiparon con deshumidificadores industriales que regulan la humedad y cuentan con iluminación fría con base en leds, lo que permite mejor apreciación.

En la ventana arqueológica de mayores dimensiones se observan los restos de un muro en talud con estuco que corresponde a la última ampliación del basamento, hecha entre 1481 y 1486. La evidencia de esa etapa constructiva se destruyó de manera parcial, debido a la introducción de un drenaje de tubos de barro vidriado a inicios del siglo XX.

Esa obra afectó una arista que formaba el mismo muro, de alrededor de dos metros hacia el norte, donde daba vuelta de nuevo hacia el poniente, explicó Barrera.

En la época prehispánica, añadió, era común que los grandes basamentos con sus templos representaran simbólicamente montañas sagradas. En este caso aún se requiere de mayor información para afirmar a quién estuvo dedicado el edificio. Se requiere de una ofrenda o escultura, las cuales aún no tenemos.

Barrera Rodríguez adelantó que se creará un nuevo museo de sitio en el Centro Histórico, a partir de otros vestigios prehispánicos sobre los que se trabajan desde 2009. Son los restos de un templo circular que, de acuerdo con el plano reconstructivo del centro ceremonial mexica, podría ser el más importante dedicado a Ehécatl-Quetzalcóatl, dios del viento, encontrado en Guatemala 16, así como los restos de un juego de pelota y el que es considerado el principal y gran tzompantli, que se encontraron a un costado. Aún no hay fecha para mostrarlos al público, aunque ya se tiene la autorización del INAH para que se convierta en museo de sitio formado con diversas piezas arqueológicas y sus cédulas y gráficos correspondientes.

Los trabajos de las recién abiertas ventanas arqueológicas, inauguradas la noche del pasado lunes, fueron financiados por el Gobierno de la Ciudad de México con asesoría del grupo de especialistas adscritos al PAU, creado hace 25 años a iniciativa de Eduardo Matos Moctezuma, que implica la investigación en un perímetro de 500 metros por lado del área que ocupó el Templo Mayor.

Como parte de ese acto, también reabrió, tras 15 años de permanecer cerrado por trabajos de remodelación, el denominado puente sobre el Templo Mayor, andador ubicado frente al mismo.

Acudieron el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera; el arqueólogo Matos Moctezuma; Diego Prieto Hernández, encargado de despacho de la dirección del INAH; José Mariano Leyva Pérez Gay, director del Fideicomiso del Centro Histórico, y Ángeles González Gamio, entre otros funcionarios.