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Ese material será presentado por el intérprete en el Palacio de Bellas Artes

Armando Merino rescata en un disco la música del compositor Ricardo Castro

Es el primer ejecutante de piano que con obras de concierto irrumpió en la modernidad, define

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Armando Merino, ayer en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, durante la entrevista con La JornadaFoto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Jueves 24 de noviembre de 2016, p. 6

Para Armando Merino, Ricardo Castro (1864-1907) es el compositor mexicano más relevante del siglo XIX y el primer concertista de piano que abrió la música a la modernidad con sus piezas concebidas como obras de concierto.

Merino, pianista, presentará el miércoles 30 a las 19 horas, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, su nuevo disco La Belle Époque: el México de Ricardo Castro.

Con ese material rescata la música de ese autor, cuyo virtuosismo y complejidad lo distinguieron de sus contemporáneos.

A propósito de ese material discográfico, Merino señala en entrevista con La Jornada que la obra de Castro cae más bien en el ámbito de la música de concierto, aunque también hay piezas que podrían situarse dentro del repertorio de salón, muy en boga en el porfiriato.

Explica que la música del primer concertista de piano en México dejó de tocarse y cayó en el olvido, porque tras la muerte de Castro las partituras de sus composiciones ya no se imprimieron y luego, con la Revolución, hubo un cambio en los valores musicales.

Armonía, cromatismo y color

En opinión de Merino, Castro es uno de los compositores más complejos y difíciles de interpretar, cuya creación se caracteriza por el manejo de la armonía, el cromatismo y el color. Pianísticamente sus obras son muy virtuosas, muy difíciles y para tocarlas se le deben dedicar muchas horas al piano. Creo que esto hizo también que cayera en el olvido.

Refiere que el compositor, quien estudió en el Conservatorio de Música, fue armando un lenguaje propio y casi de manera autodidacta se convirtió en un gran pianista, porque te puede enseñar un maestro en la escuela, pero eso no te hace gran ejecutante; es con base en la voluntad y en esa época no tenía ejemplos a seguir, pues era un medio realmente pobre.

Merino grabó el disco en 2014, en el 150 aniversario del natalicio de Castro, con recursos propios. Creó el sello Merino Records porque sentía la necesidad de compartir con los mexicanos la música del gran pianista y compositor, que refleja el ambiente refinado y elegante de la moderna sociedad mexicana de finales del siglo XIX y principios del XX.

“Asumí la tarea de rescatar sus obras desde las partituras, porque si tú quieres tocarlas no están en los repertorios. En 2007, con motivo de su centenario luctuoso, grabé un disco con los valses de Castro, ya que sólo se conocían seis de 22 que compuso; lo mismo pasó en La Belle Époque, donde hago la primera grabación mundial de dos nocturnos, 48 y 49, los preludios que tampoco estaban grabados y una romanza que también es estreno”, indica Merino.

Respecto de su deseo de grabar la obra de Castro, Merino indica que el disco lo hizo con sus recursos, ya que en 2014 preparó un recital homenaje con algunas piezas que no se habían grabado.

“Me he vuelto, sin ser mi idea, productor de discos porque fue más la necesidad artística y personal de difundir este repertorio que no es mío sino de todos los mexicanos. Cuando lo escuchen es como ver la colonia Roma, el Palacio de Bellas Artes; se transporta uno a nuestro México del siglo XIX.

La necesidad de compartirlo me llevó a poner mi dinero y es un trabajo hecho con muchísimo esmero.

El disco La Belle Époque: el México de Ricardo Castro, que será presentado el día 30 en el Palacio de Bellas Artes (Juárez, esquina Eje Central Lázaro Cárdenas), se puede adquirir en la página de Facebook de Merino

Incluye la primera grabación mundial de los seis preludios op. 15, de los dos nocturnos op. 48 y 49 y de la romanza en sol mayor op 31; contiene, además, las ocho improvisaciones op. 29, los dos impromptus op. 28, los dos estudios de concierto op. 20, la mazurca en si menor op. póstumo y la melodie op. 35 para violín y piano.

En la discografía de Merino figuran Azulejos, México y España a través del siglo XX (QP037), ‘S Wonderful, de los 20 y 30 en América (QP100) y Manuel M. Ponce: los ocho ciclos para voz y piano (QP136), con la soprano Silvia Rizo.