La comunidad internacional aprobó ayer una agenda de trabajo contra el cambio climático y exhortó al presidente electo Donald Trump a no romper los compromisos de Estados Unidos en esta lucha.

Al final de las negociaciones de dos semanas sobre calentamiento global, realizadas en Marrakech, Marruecos, muchos países hicieron un llamado a Trump –quien ha dicho que el cambio climático es una patraña– para que reconsidere su amenaza de desechar el Acuerdo de París, cuya finalidad es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y lograr que el planeta no supere más de dos grados centígrados respecto a la era preindustrial.

Tras una década de negociaciones, dicho pacto fuerza a las naciones a monitorear mutuamente sus esfuerzos contra el cambio climático y entrará en vigor en 2020.

Los representantes de 196 países solicitaron al presidente electo de Estados Unidos actuar con el máximo compromiso político ante esta difícil lucha, que requerirá de inversiones gigantescas.

Ustedes han sabido proclamar que no solamente el Acuerdo de París era irreversible, sino que ya está en marcha y que su aplicación va a acelerarse, declaró el presidente de las negociaciones, Salaheddine Mezouar, canciller marroquí, quien se refirió al pragmatismo de Trump, hombre de negocios millonarios.

Lo que está en juego, añadió, es una cuestión de dignidad de millones de personas amenazadas por el calentamiento del planeta.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, solicitó a los países desarrollados cumplir su promesa de movilizar 100 mil millones de dólares anuales para 2020 en apoyo a las acciones climáticas de los países pobres.

Días oscuros

Frank Bainimarama, primer ministro de Fiyi, cuyas islas están directamente amenazadas, por el aumento del nivel del océano Pacífico, comentó que de la misma manera que apelamos a Estados Unidos durante los oscuros días de la Segunda Guerra Mundial, le digo al pueblo estadu-nidense: es tiempo de ayudarnos a salvarnos.

El suspenso fue la constante en las negociaciones, pero el espíritu del histórico Acuerdo de París contra el calentamiento del planeta, firmado en 2015, se mantuvo, dijeron los participantes y observadores en la cumbre.

La conferencia acordó terminar el libro de normas a más tardar en diciembre de 2018, el cual es necesario porque el acuerdo dejó muchos detalles vagos, como la forma en que los países informarán y supervisarán sus compromisos para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero.

Los negociadores dijeron que el ritmo es lento y abierto en todos los frentes, como ha sucedido habitualmente en las grandes citas de la ONU sobre el clima.

En el capítulo de financiamiento, los países desarrollados se habían comprometido a desembolsar 100 mil millones de dólares al año a partir de 2020.

Los países en desarrollo, y en especial los más atrasados, piden que las ayudas se concreten en la adaptación al cambio climático, invertir en infraestructura, como construir diques o canales para luchar contra las inundaciones o planes de desarrollo agrícola contra las sequías.

Las naciones ricas insisten en destinar fondos a lo que se denomina mitigación, es decir, la progresiva extinción de los focos emisores de gases de efecto invernadero como las centrales de carbón.

Luego que la conferencia del clima de la ONU aprobó ayer la agenda contra el cambio climático, los 196 firmantes se dieron cita para dentro de un año y evaluar los progresos.