Opinión
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Ruta Sonora

Juan Cirerol

Cartel VL17

Ars Futura

P

ara Juan Cirerol (Mexicali, 1987), cantar en casa de amigos, en las calles, en fondas y cantinas fronterizas, era hace siete años un juego. No imaginó que su trabajo fuera a gustar de manera cada vez más amplia a un público quizá harto de los clichés del rock; que estaría en festivales, que haría este sábado 12 su primer Lunario. Sin intención snob (le achacan pretensión hipster, cuando no es así), espontáneo, casi naive, tuvo la ocurrencia de mezclar polkas-norteñas-sierreñas-country (adora a Johnny Cash) con una actitud punk y letras sobre consumo de enervantes (cosa que no se había cantado en esta escena, de forma tan abierta y divertida, sin culpa ni eufemismos), toques literario-existenciales a lo Charles Bukowski (su autor de cabecera) y vocablos locales (loquear, pichar, pistear, o cuando canta: lo único que ocupas es amor, emulando a John Lennon, mas con ese verbo tan del norte: ocupar, en vez de necesitar). Con una potente y cálida voz barítona (en nuestra escena son escasos los buenos cantantes), y una presencia deschavetada, arrojó un ventarrón de frescura que hace mucho no se veía en la escena nacional. Sin duda, una de las voces más auténticas de su generación.

Cirerol puso de vuelta en el mapa del rock (en la regional no encaja), a nivel menos subterráneo, al trovador solitario con identidad mexicana (muy diferente de lo que hace por ejemplo Café Tacvba); al de corazón frágil que también canta al desamor con una sinceridad tal, que no suena cursi sino que pone a gritar a voz en cuello y cerveza en mano a su público, en actitud no roquer, sino adolorida, similar a quien escucha a José Alfredo Jiménez o José José. Los varones gritan: ¡te amo, cabrón! y lo besan muy en onda fraterna de borrachera. Así de pasional es la obra de este prolífico cantautor, que cuenta con unas 150 composiciones (no todas grabadas). Sin embargo, él no cree encabezar ningún movimiento: Hay muchos músicos muy buenos; sólo soy uno más.

En breve charla, Juan recuerda un momento difícil: “No estaba preparado ni académica, ni musical ni mentalmente para la aceptación que empecé a tener; me empecé a volar mucho, sufrí, la pasé mal, cometí muchos errores. Hay gente que quiere verlo a uno mal, y es de la que hay que alejarse. Me animé a entrar a rehabilitación porque estaba ya metiéndome muchas madres y ahora me siento mucho mejor”, dice en respuesta a quienes señalan que si ya no está drogado, es más aburrido. “Los que digan eso, los invito a que se sienten… y se tomen un café (risas). Mi locura no ha decaído, ahí sigue, y pueden comprobarlo yéndome a ver”, acota quien ahora domina mucho mejor la voz y la guitarra docerola: la verdadera diferencia es que antes estaba solo y ahora hay un equipo de gente trabajando detrás; es más profesional, y eso me tiene muy contento. Creo que van a ver una evolución importante. Tocaré tanto solo como con banda.

Juan cerrará un ciclo y recorrerá el camino andado por Ofrenda al Mictlán (2009), Haciendo leña (2012), Cachanilla y flor de azar (2013) y Todo fine (2014), para iniciar una etapa con mayor proyección: ¿Qué si seguiré haciendo música norteña? No lo sé. Han cambiado las cosas; hace cinco años vivo en la Ciudad de México, y estoy oyendo mucha música diferente. No sé bien qué haré, pero seguro que mi espíritu seguirá siendo el mismo, ya más sereno, más concentrado.

Cirerol presenta mañana el EP En los días de música triste (una canción nueva y cinco reditadas) en Lunario. 21 horas, $345.

Pocos riesgos

Ayer fue anunciado el cartel del festival Vive Latino 2017, a efectuarse los días 18 y 19 de marzo. Aparte de que el diseño remite más a rave de inicios de los dosmiles (imagen de los artistas gráficos Amanda Sage, de Estados Unidos, y Alex Sastoque, de Colombia), sorprende, pues ya había ofrecido elencos jóvenes con sonidos actuales, y ahora vuelve de más, a ritmos ya muy gastados (fusiones afroantillanas). Hay pocos riesgos. Aun así, no perderá su cariz fiestero y al menos hay más bandas mexicanas que extranjeras. Agraciados internacionales: Justice, Foxygen, Prophets of Rage, Rancid. Nueva generación: Mexican Dubwiser, LNG/SHT, Mon Laferte, Little Jesus, Costera, Candy. Repetitivos: Babasónicos, Fabulosos Cadillacs, Enanitos Verdes, Jarabe de Palo. Desconcierto: Hombres G y Sonora Santanera. Cartel completo

Música sin Fronteras

Sábado 12: Ars Futura. Muy recomendable sesión de jazz y demás exploraciones. De Estados Unidos: Scott Kinsey y Gary Novak (en ensamble con los mexicanos Marco Rentería y Diego Franco). De Alemania: Hauschka. De México: Iraida Noriega y Ken Bichel (EU), Astrolab-io (Alex Otaola y Javier Lara), Mark Aanderud. Cineteca Nacional, 17 horas, entrada libre (más conciertos).

Twitter: patipenaloza