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Austerlitz, cinta de Ucrania, triunfó en el festival DOK Leipzig

Cinta critica actitudes de turistas en lo que fue un campo de exterminio
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 7 de noviembre de 2016, p. a13

Leipzig.

Austerlitz se titula del documental del ucranio Sergei Losnitza, que en la 59 edición del festival de cine documental y de animación DOK Leipzig fue premiado con la Paloma de Oro.

No se trata de un trabajo sobre el Holocausto, afirmó Losnitza. También el nombre podría generar confusión entre el público que no esté familiarizado con la historia bélica de Europa. Austerlitz es el título de una novela del escritor alemán W. G. Sebald sobre Jacques Austerlitz, científico judío cuyo destino se transforma al investigar sobre su pasado y el de su familia.

El jurado aseguró que las imágenes, de una inusual tranquilidad, y el sonido que acompaña esas imágenes dan al espectador suficiente tiempo para reflexionar una vez más sobre lo que ocurrió en el centro de Europa no hace mucho tiempo.

Durante 90 minutos, el espectador es testigo del comportamiento de los turistas que visitan lo que fue el campo de concentración de Sachsenhausen, al norte de Alemania, en una tarde de verano. El lugar es hoy día un museo que recibe a miles de visitantes al año.

Las imágenes son en blanco y negro. La cámara se mantiene fija en cada escena –cada una de cerca de 10 minutos–: turistas, cientos de ellos, se mueven de un lugar a otro, calzan chanclas de hule, lo mínimo, pues el calor aprieta; se ven celulares por doquier...

La reja de la entrada tiene inscrita la misma frase que lleva la puerta de ingreso a Auschwitz, la cual ha sido documentada en infinidad de ocasiones: Arbeit macht frei, cuya traducción es el trabajo hace libre.

Ahí se congregan los turistas para tomarse la foto del recuerdo; se amontonan, esperan su turno y sonríen ante la reja detrás de la cual fueron asesinadas cientos de miles de personas: judíos, gitanos, homosexuales, enemigos del sistema.

Sachsenhausen no sólo fue campo de concentración, sino también de exterminio.

Una de las escenas en las que el ucranio traslada al espectador a los antiguos hornos crematorios documenta el mismo comportamiento de muchos turistas.

No sólo se trata de tomar las fotografías; las selfies hoy día son parte de la visita, se captan en un escenario que la historia documenta como espacio de crueldad sin límites y donde cientos de miles de seres humanos perdieron la vida de una manera terrible.

En el transcurso de la película aparecen turistas aburridos, grupos con sus guías, risas, masas de gente van de aquí para allá con escasa vestimenta veraniega, como si fueran a la playa.

El director ucranio ha visitado otros campos de concentración y siempre se ha mostrado interesado en la reacción de la gente. Afirmó que con su película no trata de impactar ni de enseñar algo. La gente no sabe cómo comportarse frente a la muerte. La falta de experiencia sobre la guerra o de un sufrimiento similar, puede ser la razón.