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Entre la población adulta pasó de 36% en 2002 a 43% en 2014, indicó el BID

Aumentó el empleo formal en la región, menos en México, Guatemala y Panamá
 
Periódico La Jornada
Lunes 7 de noviembre de 2016, p. 25

En lo que va del siglo, el empleo formal entre la población de 24 a 65 años de edad ha aumentado en prácticamente todos los países de América Latina y el Caribe, en algunos hasta niveles de 50 por ciento, pese al retroceso que al respecto ocasionó la crisis financiera mundial de 2009.

Sin embargo, México, Guatemala y Panamá representan las excepciones porque casi no mostraron cambios en el número de empleos que ofrecen acceso a prestaciones de seguridad social, como atención médica, jubilaciones, seguro de desempleo y hasta créditos del sistema financiero, indica el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El empleo formal entre los adultos aumentó de 36 por ciento (respecto al total de trabajadores) registrado en 2002 a 43 por ciento en 2014, último año del que el BID dispuso de estadísticas comparables para todas las naciones.

Con excepción de Panamá, Guatemala y México, que casi no mostraron cambios, el empleo formal aumentó en los demás países, en particular en Bolivia, Guatemala, Ecuador, Nicaragua, Paraguay y República Dominicana, donde se reportaron incrementos de más de 50 por ciento, indica en el documento Realidades y perspectivas: pulso Social de América Latina y el Caribe 2016.

No obstante dichos incrementos, hay naciones donde apenas la cuarta parte o menos de los adultos cuentan con empleo formal, como son los casos de Guatemala, Bolivia, Honduras, Nicaragua, Paraguay y Perú.

En contraste, los países mejor posicionados son Chile, Costa Rica y Uruguay, donde entre 70 y 80 por ciento de las personas de entre 24 a 65 años cuentan con trabajos con prestaciones sociales.

En México, quienes gozan de tales condiciones laborales son apenas la tercera parte de los trabajadores adultos, casi 35 por ciento, de acuerdo con el BID.

Si el comparativo se realiza por género, el organismo asienta que en siete naciones son inexistentes, en cuanto a porcentaje, las diferencias entre hombres y mujeres adultas que cuentan con un trabajo formal, pero en Honduras, Venezuela y Honduras éstas superan en número a los varones y lo contrario sucede en otros ocho países, incluido México.

El empleo formal en América Latina se concentra entre la población de clase media, ya que 57 por ciento de los trabajadores de ese nivel cuentan con prestaciones, mientras solamente 17 por ciento de los pobres tienen empleos formales.

El BID puntualiza que los indicadores de empleo o desempleo están vinculados a la actividad económica y coherente con el crecimiento que la región experimentó al principio del siglo. En la región, la tasa de desempleo de los adultos fue decreciente hasta la crisis de 2009, cuando se elevó de 4.3 a 5.2 por ciento, porque el producto interno bruto de la región cayó en promedio 1.3 por ciento.

En siete de 22 naciones analizadas, dicha crisis implicó un cambio en la tendencia decreciente del desempleo de los adultos: en Honduras se triplicó, en Costa Rica la tasa aumentó 90 por ciento, en Bahamas y Barbados subió 60 por ciento y en México, Jamaica y República Dominicana creció 30 por ciento.

Aún así, el BID asegura que, con la crisis, América Latina y el Caribe se posicionan entre las regiones del mundo con las tasas más bajas de desempleo entre la población adulta, porque en Europa osciló entre 6 y 17 por ciento, en Asia entre 7 y 8 por ciento y en África de 9 a 21 por ciento, además de que los latinoamericanos duran poco tiempo desocupados porque menos del 17 por ciento ha declarado que lleva más de un año buscando trabajo.