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Afirman que a partir de la marcha por la familia han ocurrido 10 homicidios

Mujeres trans enfrentan ola de asesinatos por la campaña de odio de la Iglesia

No es posible que nos sigan matando y nadie haga nada; somos carne de cañón, dice activista

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La comunidad transexual exige al Gobierno de la Ciudad de México establecer medidas de seguridad con carácter de urgente, particularmente en las zonas de trabajo sexual, a fin de detener el dramático incremento de homicidios, señala Laura Marisol Cuevas FuentesFoto Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 30 de octubre de 2016, p. 10

Laura Marisol Cuevas Fuentes vive en la Ciudad de México y cada día que sale de su casa rumbo al trabajo la invade un sentimiento de miedo y angustia: Somos demasiadas chicas trans que estamos sufriendo esta ola de odio después de las marchas por la familia. La Iglesia católica es terrible, por su culpa nos están matando. Tenemos miedo.

Tiene 58 años y pasea por la plancha del Zócalo capitalino. Va vestida con un pantalón de mezclilla, camiseta a rayas y un chaleco color morado. Sonríe con nerviosismo y mira a su alrededor para volver a hablar: “El que más incita al odio es el cardenal Norberto Rivera, que está allí en la Catedral Metropolitana.

Estamos exigiendo que se respeten nuestros derechos y se acabe esa transfobia. Hay gente que no logra entendernos, porque no lee y no se cultiva. La ignorancia del mexicano llega a una gravedad tremenda, señala.

En menos de un mes han ocurrido en distintas entidades del país 10 asesinatos de transexuales, algo que tiene alarmada a la comunidad, sobre todo en la Ciudad de México.

Hay una alza de asesinatos de mujeres transexuales. Son transfeminicidios, porque están relacionados con todos los discursos de odio y las marchas organizadas por el Frente Nacional por la Familia y por la Iglesia, que están incitando a la intolerancia y a que la gente bajo su propia perspectiva de justicia salga no sólo a expresar su opinión, sino a tomar la vida de estas personas en sus manos, dice Ari Vela Morales, presidenta de la organización Almas Cautivas, dedicada a la defensa de la comunidad transexual.

Segundo sitio en estos crímenes

México ocupa el segundo lugar en asesinatos de mujeres trans en el mundo. De 2007 a 2015 han sido asesinados 283 transexuales, según el Centro de Apoyo a las Identidades Trans (Cait), algo que tiene su explicación en las campañas de odio.

“No es fortuito que a partir de la marcha por la familia hasta hoy vayan 10 asesinatos a mujeres trans; de esos casos, tres fueron en la Ciudad de México, además de un intento de homicidio, donde la víctima por fortuna sobrevivió.

La jerarquía católica justifica que la persona que no es igual no pueda tener los mismos derechos por el simple hecho de no estar reconocida bajo sus estatutos eclesiásticos, añade.

Los asesinatos de Paola Ledezma, el pasado 6 de octubre en la Ciudad de México, y de la activista Alessa Flores, el 13 de octubre en el cuarto de un hotel en la delegación Cuauhtémoc, también en la capital del país, han disparado la alarma.

Los asesinatos han sido por estrangulamiento, a puñaladas, por quemaduras o les arrancan los genitales o las matan a tiros, y en la mayoría de los casos se ensañan en el cuerpo de las mujeres trans, más que en cualquier homicidio. Y esto también es responsabilidad del Estado. Existe la idea de que al matar a una mujer transexual no es necesario investigar y, lo peor, que a los dos días sueltan al responsable, como vimos en el caso de Paola, donde liberaron al criminal, un escolta de formación militar.

Añade: ¿No se puede ser mujer si tienes genitales masculinos? Les arrancan los genitales tal vez porque en la mentalidad del asesino los transexuales no son dignos representantes de esa virilidad. El mensaje de estos crímenes es que quieren desaparecer esta femineidad, a estas personas. El perpetrador quiere borrar el rostro de la mujer trans, eliminar al diferente.

Ari Vela Morales afirma que están viviendo una emergencia nacional a consecuencia de las marchas por la familia: El discurso es que no quieren matrimonios igualitarios y que protegen a sus hijos de los homosexuales. Creen que las mujeres trans son homosexuales vestidos de mujer, cuando la orientación sexual es una cosa muy diferente a la identidad de género. Hay mucha ignorancia.

Explica: “Las mujeres transexuales en estos momentos son la carne de cañón de un movimiento gay y lésbico, porque son las más expuestas, porque son las que están en la calle y ejercen el trabajo sexual para poder subsistir y están en las manos de gente dañada con estos odios que no sólo quedan en la expresión, sino que pasan a la acción y arrebatan vidas.

Esta emergencia nos está animando a caminar juntas, para defendernos, para procurarnos y cuidarnos, porque el Estado y la sociedad no lo están haciendo y nos han fallado.

Tipificar los transfeminicidios

La comunidad transexual ha exigido al Gobierno de la Ciudad de México establecer medidas de seguridad con carácter de urgente, particularmente en las zonas de trabajo sexual, a fin de detener el dramático incremento de homicidios.

Queremos que se implementen medidas de alerta en el área donde se han cometido estos asesinatos. Queremos que la policía acuda de manera efectiva al llamado de emergencia, señala.

Otro de los problemas son las normas establecidas por las autoridades: Queremos la tipificación de los transfeminicidios. No se reconoce la identidad. Por ejemplo, nos enfrentamos a la pena de reclamar el cuerpo de alguna de las víctimas, porque quienes lo solicitan no son familiares y las autoridades no lo quieren entregar.

Añade: Tampoco se trata de que les pongan una patrulla al lado a quienes ejercen el trabajo sexual, porque entonces los clientes tampoco van a llegar a requerir el trabajo con el que ellas se mantienen, sino que se trata de crear estrategias en donde las mujeres trans se puedan sentir seguras con la cercanía de un policía.

Vivir con miedo

Para los transexuales vivir con miedo ha sido una constante, aunque ahora hay una especie de zozobra por lo que llaman ola de odio en su contra: Las mujeres trans siempre hemos tenido miedo. Desde que nos reconocemos tenemos miedo de que nos corra de la casa nuestra familia, que nos nieguen la entrada a una escuela, que nos corran de un lugar de esparcimiento, que no nos quieran recibir en un hospital o centro de salud. Hoy hay mucho coraje y mucha indignación, además de miedo, dice Ari Vela.

Laura Marisol camina por la plancha del Zócalo y recuerda el momento de su transformación con la misma sensación de terror actual. Eran tiempos de Arturo El Negro Durazo Moreno, jefe de la policía de la capital: Fue muy difícil, terrible, porque sucedió en la época de Durazo. Los mismos judiciales mataban a compañeras transexuales con sus pistolas. Las violaban y golpeaban. Todos los días había agresiones y detenciones arbitrarias en la calle.

Recuerda que cuando tenía 22 años incluso fue detenida por caminar en la vía pública: “El policía estaba enojado. Dijo: ‘¿Cómo es posible que ésta sea más bonita que mi mujer?’ Y me pegó, me bajó a los separos de Tlaxcoaque. Allí estuve 72 horas detenida”.

Femenina, Laura Marisol va perfectamente maquillada y lleva su melena larga color cobrizo: “Toda la vida supe que era mujer. Viví mi transformación a los 16 años. Soy de Oaxaca.

“Cuando mi familia de 11 hermanos vio mi transformación la aceptaron; mi papá era militar, y a pesar de eso me dijo: ‘Es tu vida, tú sabes cómo puedes llevarla, nomás te pido que la casa se respete’”.

Agrega que ahora tiene un negocio de venta de ropa de paca y se dedica al activismo: Ya saqué mis documentos transgénero legales, incluyendo mi visa. Soy una luchadora social, una veterana y no podemos permitir que ahora nos quieran regresar a la época del terror. Estamos exigiendo un alto a esta campaña de odio. No es posible que nos sigan matando y nadie haga nada.