Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Director: Iván Restrepo
Editora: Laura Angulo
Número Especial octubre noviembre 2016 No 208

Palo loco, árbol endémico de los pedregales del Valle de México

Presentación

Con toda justicia se le conoce como el apóstol del árbol. Para recordarlo, una avenida, cada vez más congestionada de coches y contaminada, lleva su nombre en la Ciudad de México. Pero el ingeniero Miguel Ángel de Quevedo (1862-1946) no solamente fue un acérrimo defensor de los pulmones verdes del país. También de los recursos naturales en general, entre ellos y destacadamente, el agua, que conforma, con los bosques y selvas, el binomio fundamental para la vida en el planeta.

Destacó también en la creación de instituciones destinadas a acrecentar el patrimonio ecológico del país. Incursionó hasta en la arquitectura con gran visión. Y fue, además, un eficiente colaborador del presidente Lázaro Cárdenas. No está de más recordar que cedió a la Nación una zona que hoy disfrutan miles de capitalinos: los viveros de Coyoacán.

Una de sus creaciones más importantes fue la Sociedad Forestal Mexicana, en 1921, y, dos años después, de la revista México forestal, que alentó hasta su fallecimiento. Tarea que continuaron sus herederos por más de medio siglo, hasta 1978. Esta publicación adquiere hoy más actualidad que nunca porque es un muestrario de las oportunas llamadas de atención que don Miguel Ángel y un nutrido grupo de especialistas hicieron al sector público y a la sociedad sobre la necesidad de conservar áreas hoy devastadas por la acción de las políticas oficiales, los intereses particulares y la falta de una conciencia por parte de la sociedad en torno a los recursos naturales y al medio ambiente. Este último, un tema en el que el prolífico investigador y activista ambiental fue precursor.

La maestra Luz Emilia Aguilar Zinzer, bisnieta de don Miguel Ángel, se ha encargado de conservar los números de la revista México forestal y ponerlos a disposición de los interesados en el tema. Gracias a ese esfuerzo, La Jornada Ecológica puede ofrecer en este número textos que muestran la importante tarea cumplida por don Miguel Ángel de Quevedo y por sus herederos.

Además, contamos con las colaboraciones de Tom Gill (el estadounidense contemporáneo de Quevedo que destacó por su conocimiento de los bosques de su país y de México), del doctor Humberto Urquiza, que se ocupa en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de estudiar a fondo las contribuciones del visionario personaje, y de la siempre joven y memoriosa María de la Paz Canales, que nos recuerda la presencia en su natal Puerto de Veracruz del creador de instituciones, del sabio y precursor del ambientalismo.

En otras entregas, La Jornada Ecológica dará a conocer varios de los estudios pioneros publicados en la revista México forestal y en los que se insiste en la importancia y urgencia de conservar diversas áreas naturales. En contraste, revelar el lamentable estado en que hoy se encuentran, la destrucción que ha sufrido por la desidia oficial y la falta de participación activa de la población en defensa de un patrimonio fundamental para lograr el desarrollo sustentable del país.

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